Gobierno español sube el tono para poner orden en la región catalana
→ Pedro Sánchez intenta recuperar la iniciativa en momentos en que la derecha lo acusa de ser rehén de los independentistas catalanes
MADRID. AFP- Presionado por el auge de fuerzas antiseparatistas en España, el gobierno socialista abandonó su tono conciliador con los independentistas catalanes y amenazó con asumir la garantía del orden público, si la región es incapaz de hacerlo.
Al frente de un Ejecutivo minoritario desde junio, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, venía realizando una labor de equilibrista, multiplicando sus gestos hacia los separatistas, con la esperanza de obtener los necesarios votos para aprobar los presupuestos del 2019.
Pero esta política conciliadora, denunciada con fuerza por la derecha, contribuyó a la debacle de los socialistas en las elecciones regionales andaluzas, del 2 de diciembre.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, previno el lunes a las autoridades catalanas de que si la Policía regional, los Mossos d’Esquadra, no ejerce “las funciones que constitucional, estatutaria y legalmente le incumben”, las fuerzas de seguridad del Estado intervendrán.
Esta advertencia se produjo después de que el sábado, los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) mantuvieran bloqueada durante 15 horas la autopista AP-7, que une la costa mediterránea española con Francia, sin que los Mossos intervinieran.
Posteriormente, el domingo, los activistas radicales de estos grupos, creados para forzar la ruptura con España, levantaron las barreras del peaje de dicha autopista.
Cataluña, el País Vasco y Navarra son las tres regiones autónomas españolas que disponen de su propia Policía. En el resto, el orden está garantizado por la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Pero en la región catalana, los Mossos se encuentran entre dos fuegos. Por un lado, sus antiguos responsables esperan juicio acusados de haber participado en la tentativa de secesión de Cataluña, en octubre del 2017. Del otro lado, el presidente regional catalán, el independentista Quim Torra, reclamó la semana pasada cambios en la dirección del cuerpo policial, tras choques violentos entre agentes y militantes de los CDR, algo que el ministro catalán del Interior declinó hacer. En el marco de la política nacional, Pedro Sánchez intenta recuperar la iniciativa en momentos en que la derecha lo acusa de ser rehén de los independentistas catalanes.
El discurso antiindependista brindó réditos a la derecha y a la ultraderecha en los comicios de Andalucía, en lo que fue la primera prueba desde la llegada de los socialistas al poder.
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