Restauración del templo de Nicoya rumbo a su fase final
→ Obras incluyen el reforzamiento estructural de presbiterio y sacristía
El próximo mes de febrero se iniciará la última etapa de los trabajos para corregir los problemas estructurales que desde hace años aquejan al templo colonial de San Blas, en Nicoya, Guanacaste.
La tercera y última etapa en la restauración de una de las iglesias más antiguas del país, se encuentra en proceso de adjudicación mediante licitación abreviada, señaló el Gobierno en un comunicado de prensa.
La empresa que resulte seleccionada en el proceso de licitación, será supervisada por un arquitecto del Centro de Patrimonio Cultural. Esto, debido a que en 1995, el edificio fue declarado de interés histórico y arquitectónico.
Las obras que se efectuarán en esta última etapa contemplan el reforzamiento estructural del presbiterio y la sacristía del templo, así como trabajos preliminares de evaluación arqueológica y levantamiento detallado de los acabados y elementos decorativos.
“Luego se procederá con el reforzamiento con fibras de carbono que aportan resistencia y a la vez flexibilidad a la estructura, remoción de pisos y excavación para fundaciones e instalación de bases de concreto estructural, desde donde se “anclan” las bandas de fibra de carbono”, explicaron las autoridades.
Las obras culminarían con el acabado a pisos, el repello con cal en los muros y la rehabilitación de elementos decorativos, revestimientos y acabados de techo. También, se instalarán rampas de acceso para cumplir con la Ley 7.600.
Para estos trabajos, el Ministerio de Cultura y Juventud tiene previsto invertir ¢300 millones. Este monto se suma a los ¢370 millones aportados entre el 2013 y el 2017, y que han permitido financiar una secuencia de intervenciones tras el terremoto de 7,6 grados, ocurrido el 5 de setiembre del 2012.
En desuso debido a daños. Los nicoyanos no han podido utilizar el templo desde el fuerte sismo de hace seis años, que dejó al inmueble con graves daños estructurales.
“Estamos muy complacidos de contar con los recursos para finalizar, en el primer semestre del 2019, la restauración total de este templo. Sabemos el significado que tiene como punto medular de la cultura de Nicoya, de su historia y de la identidad de sus pobladores”, expresó Diego Meléndez, director del Centro de Patrimonio Cultural.
Por partes. Las autoridades optaron por dividir en tres etapas el reforzamiento de toda la estructura, debido al alto costo de las obras.
Los primeros trabajos de reforzamiento se hicieron en el 2015, con una inversión de ¢167 millones. Durante ese periodo se reforzaron las paredes laterales norte y sur del templo con bandas de fibras de carbono que se adhirieron a los muros y se anclaron al suelo.
La segunda etapa se ejecutó en el 2016. La inversión en el reforzamiento estructural de la espadaña del templo fue de ¢157 millones. Para lograr su consolidación, se construyó una estructura de acero y cemento en la parte posterior de la fachada principal.
A estas cifras se suman otros ¢45,8 millones que se invirtieron en una primera intervención realizada en el 2013 y también en una consultoría para el diseño del refuerzo estructural.
El actual templo de Nicoya es una estructura centenaria de paredes hechas a base de calicanto y con un techo cubierto de tejas. Fue construido en 1827, por lo que su estilo guarda características de la época colonial.
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