Anomalías se extienden al proceso de nombramiento
Según constató la auditoría realizada por el Ministerio de Educación Pública (MEP), no se encontraron documentos que certifiquen que los 80 docentes nombrados dominaran la lengua a impartir, a pesar de que es requisito.
En algunos casos, los docentes solo tienen título de primaria, amparados al Convenio 169 de la OIT, mientras para los maestros de Cultura, ni siquiera existen requisitos de escolaridad, pero sí se establece la obligación de demostrar ante el CLEI (Consejos Locales de Educación Indígena) ser conocedor de la cultura.
Ante cuestionamientos de la Autoría Interna, José Estrada, jefe de Educación Intercultural, indicó que solo una persona mayor con conocimientos ancestrales podría cumplir lo que pide el Convenio 169.
Según señaló, suponer que otra persona puede hacerlo (aunque sea indígena con formación profesional docente) “es contravenir” el derecho de los pueblos indígenas de decidir sus prioridades en lo que atañe a su desarrollo autónomo y cultural.
Sin embargo, la Auditoría indicó que, “a pesar de lo expuesto por el señor Estrada, se observó que se han nombrado personas jóvenes, con edades de 19 a 25 años, para impartir Cultura, situación que, a todas luces, contradice lo argumentado por el señor Estrada; además, la propuesta es realizada por dicho funcionario, quien es de otra cultura”.
Para la investigación, los auditores hicieron giras en las que se evidenciaron carencias que tienen los funcionarios de Lengua y Cultura para impartir lecciones. Por ejemplo, los exámenes a los estudiantes se hacen en español, aunque lo que se pretende evaluar es la lengua autóctona.
“Esta situación deja en evidencia la carencia en técnicas y metodologías para impartir lecciones que mantienen estos funcionarios, lo cual provoca que la calidad de la educación y el método de enseñanza no sean idóneos para esta población”, resaltó la Auditoría
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