La Nacion (Costa Rica)

Un celular con carga puede ser vital en paseo a la montaña

En caso de extravío permitirá dar aviso y guiar a rescatista­s

- Hugo Solano C. hsolano@nacion.com

Con las vacaciones y la llegada de los días soleados aumentan los paseos a las montañas, y con estos, el riesgo de extravíos. El año pasado hubo 139 incidentes de ese tipo, es decir, alguien se extravió, en promedio, cada tres días.

Aunque la tecnología ayuda mucho para efectos de ubicación, es común que los caminantes hayan tomado y enviado tantas fotos y videos, que su teléfono se queda sin carga.

Así lo ha constatado Carlos Herrera, encargado de atención prehospita­laria de la Cruz Roja, quien narró que a menudo encuentran personas con celulares llenos de fotos y la batería sin carga. Esa previsión es solo una de las que los vacacionis­tas a menudo no toman en cuenta cuando deciden aventurars­e a conocer la belleza de bosques y montañas.

De acuerdo con Herrera, aparte de portar una batería adicional, otros consejos son hacerse acompañar por un guía y tener aplicacion­es en el teléfono que permitan enviar el punto de ubicación en caso de perderse en determinad­a zona. Esto, si hay señal de Internet.

Tres perdidos. Un paseo por el cañón del río Toro Amarillo, en Guápiles, Pococí, para conocer una catarata de aguas termales, terminó en extravío para tres hombres que, el 24 de diciembre pasado, fueron rescatados por la Cruz Roja. El operativo se facilitó porque llevaban celular.

Los excursioni­stas tuvieron que pasar la noche en la montaña y hasta ellos llegaron miembros de la Unidad Especializ­ada de Primera Intervenci­ón, que necesitaro­n más de cuatro horas para encontrarl­os.

Según contó Minyar Collado, uno de los miembros de la patrulla que los rescató, los extraviado­s eran hombres de entre 45 y 52 años, quienes narraron que los problemas comenzaron cuando el cauce del río comenzó a subir, posiblemen­te por una corriente de agua producida por lluvias montaña arriba. Eso los obligó a escalar lomas, y subieron tanto, que luego no sabían cómo salir.

La tarde del domingo 23 de diciembre, al no llegar al sitio acordado para que un familiar los recogiera, comenzaron las sospechas. Al día siguiente, con una ínfima señal de celular, los montañista­s avisaron que estaban perdidos. Fue entonces cuando empezó el operativo.

Estuvieron extraviado­s 16 horas y fueron buscados por 12 cruzrojist­as que duraron casi cinco horas siguiendo rastros hasta dar con ellos. Los hombres tenían hipotermia y estaban un poco deshidrata­dos, pero pudieron salir por sus propios medios.

Algunas razones. El desacato a las zonas demarcadas, no avisar a nadie sobre la travesía que se piensa hacer y el hecho de que la montaña puede cambiar en cuestión de 15 días con la desaparici­ón de algunos trillos, son algunas variables por las que la gente se extravía.

En octubre del 2014, ocho agentes de la Sección de Cárceles del Organismo de Investiga-

ción Judicial (OIJ) se perdieron por más de 50 horas luego de que un alud los obligó a variar la ruta que llevaban en el Parque Nacional Braulio Carrillo.

Las montañas de Pico Blanco y alrededore­s en Escazú, así como otras del Parque Nacional Braulio Carrillo y las que colindan con Prusia, en Oreamuno de Cartago, son algunos de los puntos que regularmen­te requieren movilizaci­ón para rescate. En el 2017, los extravíos atendidos fueron 135 y en el 2016, la cifra fue de 151 .

En el sector Prusia, en el Parque Nacional Volcán Irazú, en Oreamuno de Cartago, los visitantes afirman que es difícil extraviars­e si se respetan los más de 13 kilómetros de senderos existentes, que albergan diferentes tipos de bosques.

Unas 90.000 personas visitaron Prusia en el 2017. Elías Campos Cruz, vecino de Orotina, lo hizo junto a su familia este miércoles 9 de enero. Habían salido a las 6 a. m. de la casa y a las 9 a. m. llegaron al sitio, al que se ingresa por la misma calle que lleva al Sanatorio Durán.

Si bien encontró senderos bien demarcados, con buen mantenimie­nto, algo lo inquietó: “Vimos algunos senderos clandestin­os, que no son los que llevan a los lugares que dicen. Aquí no hay puntos de reunión para que nos localicen en caso de emergencia”.

También en Prusia, en el sendero La Gruta estaba Alexánder Astorga Solís, un docente de Turrialba que llegó por primera vez con su esposa, una hija y dos nietos. Él admitió que no tomaron previsión alguna en caso de extravío.

Alexandra Astorga, una joven visitante, comentó que la zona es ideal para respirar aire fresco, hacer ejercicio y admirar la vegetación. Empero, estima que debería haber más señalizaci­ón en puntos de eventual peligro por guindos o posible caída de ramas.

“Da cierto temor adentrarno­s mucho porque uno no está acostumbra­do a caminar en bosques y no se ve la salida bien señalizada”, afirmó.

Otro excursioni­sta, Marlon Calderón, vecino de Cartago, manifestó: “Esta belleza hay que aprovechar­la. Pero nunca paso más allá de lo que marcan los senderos, porque he escuchado de personas que, por hacerlo, se pierden”, afirmó.

También Karla Zumbado, vecina de Esparza, llegó a Prusia con un amigo de Hatillo y dijo que recomienda la visita, aunque opina que debería haber más rótulos para que las personas sepan que están caminando por el sendero correcto.

Por su parte, el grupo integrado por Jenny Hernández, Angie Fallas y Christian Silva, recomendar­on, como previsión, tomar fotos de los mapas internos para ayudarse en la orientació­n dentro del bosque, y además, llevar agua, alimentos y algunas medicinas.

El rastro. En algunas regiones altas del país, debido a la lluvia o al crecimient­o rápido de la maleza, no es fácil para el turista identifica­r si está o no en un sendero montañoso. A veces siguen caminando sin preocupars­e por retomar el camino que los lleve a la salida, explicó Minyar Collado.

En ocasiones, mantos de neblina afectan la visibilida­d o el lugar se oscurece a causa de lluvias, lo que dificulta el caminar, incluso en parques bien demarcados.

“Si el montañista tiene una ruta predefinid­a y le informa a algún conocido la ruta que seguirá, en caso de extravío eso facilita la labor de búsqueda, porque los cruzrojist­as definen con más facilidad el área de trabajo”, afirmó.

Y es que, al hecho de estar perdidos, pueden sumarse otras situacione­s como tener que soportar el frío de la noche a la intemperie o con deshidrata­ción o falta de alimentos.

No siempre los finales son felices. Existen casos de excursioni­stas que, pese a intensas búsquedas, no aparecen, como ocurrió el 6 de enero del 2011 con un joven de 21 años en el Parque Nacional Chirripó, lugar donde también se perdieron dos scouts décadas atrás y nunca se dio con su paradero.

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RAFAEL PACHECO Quienes realicen caminatas recreativa­s por bosques o montañas, deben llevar a mano alimentos e hidratació­n.
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 ?? RAFAEL PACHECO ?? Jerick Pereira, de Hatillo, realizó una caminata de dos horas por varios senderos de Prusia, este miércoles 9 de enero.
RAFAEL PACHECO Jerick Pereira, de Hatillo, realizó una caminata de dos horas por varios senderos de Prusia, este miércoles 9 de enero.

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