Un viaje entre maravillas y compromiso ambiental
→ Melania Guerra cuenta experiencia en expedición con 79 mujeres de 34 países
Ballenas jorobadas, orcas, pingüinos y focas son algunas de las exóticas especies que muchos sueñan ver.
Sin embargo, la mayoría no podrá conocer estos excepcionales animales más allá de una pantalla, una imagen fotográfica o, con suerte, una visita a algún zoológico.
Una costarricense tuvo la oportunidad de presenciar a estas criaturas a pocos metros de distancia, en su estado natural, en la Antártida.
Melania Guerra, ingeniera mecánica y doctora en Oceanografía, compartió en su página de Facebook La Tica Polar una parte de lo que la ha “maravillado” durante su periplo por el continente más austral de la Tierra.
Desde el pasado 31 de diciembre, la investigadora zarpó desde Argentina en un barco rumbo a la Antártida junto con otras 79 mujeres de 34 nacionalidades.
El objetivo de la travesía es visibilizar el liderazgo femenino en asuntos de interés global, como el desarrollo sostenible y la mitigación del cambio climático.
Entre estas destacadas mujeres también se encuentra la costarricense Christiana Fi- gueres, quien es una de las nueve instructoras del programa australiano Homeward Bound, auspiciado por la empresa española Acciona, y que organizó la misión exploratoria.
Objetivo. La iniciativa se propone crear, en un plazo de 10 años, una red internacional de 1.000 mujeres interesadas en la lucha contra el cambio climático, para que trabajen juntas en proyectos de diversos campos.
Guerra contó que también visitó las estaciones científicas que China, Argentina y Estados Unidos mantienen en esta región polar.
“Ha sido muy interesante aprender sobre los diferentes campos científicos que colaboran (en las estaciones) y cómo se toman muestras en estas condiciones tan dramáticas”, escribió la científica.
La oceanógrafa también compartió un poco de lo que se vive en el interior del barco que las transporta, el MV Ushuaia.
“Las demás mujeres participantes del programa son todas increíbles y las sesiones de trabajo son largas, cansadas y algunas veces muy emotivas”, relató la investigadora.
También dijo que todas las participantes están “comprometidas a bajarse de esta expedición como mejores personas, mujeres con un mejor entendimiento sobre cómo el cambiarnos a nosotras mismas afecta el entorno inmediato y crea contextos donde es posible transformar la realidad global”.
La expedición se extenderá hasta el 19 de enero.
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