La Nacion (Costa Rica)

De juntabolas a salvador morado

Debutante de 16 años logra gol del empate ante Limón en el minuto 93

- José Pablo Alfaro R. jose.alfaro@nacion.com

La Cueva fue un concierto de silbidos. Tal cual, el Monstruo de mil cabezas resonó tan fuerte y tan lúcido, sin tregua para un equipo que resiente el golpe de la última final, perdida en su propia casa. Y el Monstruo de mil cabezas puede levantar un muerto, o hundirlo.

Por poco se hunde el Saprissa, de no ser por la ‘insolencia’ de un debutante, Manfred Ugalde, que a solo 12 minutos del final del juego recibió la orden de ingresar al campo, se quitó el chaleco, abrazó a Vladimir Quesada, y a solo un minuto del final del enfrentami­ento hizo lo que tanto resin- tió el anfitrión: meterla. 2 por 2.

No había margen de error para Saprissa en la primera jornada del certamen. El coro unísono en las gradas empezó a sonar como una orquesta dispuesta a cantar toda la noche, sin reparo, cuando apenas a los 28 minutos Jeikel Medina cometió un gol en propia puerta, después de un centro por izquierda de Ryan Bolaños que buscaba la cabeza de Keyder Bernard.

Y sin Christian Bolaños, Mariano Torres y Johan Venegas, la ofensiva morada fue un bostezo. A la escasa profundida­d que aportaron los volantes elegidos para romper el ordenado bloque caribeño, se une el desgano de otros de los que se espera mucho pero, ofrecen poco.

El dominio de la redonda se volvió tan predecible como los pases en corto de Randy Chirino y las descolgada­s poco efectivas de Luis Hernández. Del soso rendimient­o del anfitrión en la inicial no se puede decir más que lo evidente: sin sus figuras de peso es un fantasma.

Limón solo hizo lo necesario para castigar a Saprissa, en virtud de una zaga sólida que apuntaló a formar un muro capaz de esperar con certeza y frenar los embates, para luego empezar su andadura ofensiva con la fórreplant­eó mula de la velocidad, capaz de aprovechar­se del lento repliegue de la defensiva morada.

Fue al 38’ cuando Bernard se filtró entre los centrales y, sin marca alguna, aumentó la cuenta, ante el desconcier­to de una feligresía cada vez más frustrada con el ‘espectácul­o’.

El concierto de silbidos despertó a Vladimir Quesada, que

“No hay palabras por este gol, esto no tiene precio, es lo más lindo del mundo. Yo era juntabolas de la Primera División, yo venía de vez en cuando a hacer eso. Yo llegué a Saprissa por medio de Carlos Santana, quien me vio en un ca mpeonato colegial que se hizo en el CES. Manfred Ugalde Delantero de Saprissa

en el medio tiempo con el ingreso de Torres y Bolaños; de sentido común y hasta de superviven­cia, los movimiento­s transforma­ron la pasividad del primer periodo en un sentido voraz de recuperar y perforar. A Limón le tocó resguardar­se ante los constantes pases filtrados y la presión alta de la S, que con 2 goles en contra se vio obligado a atacar.

Los cierres in extremis de Derrick Johnson y el orden proporcion­ado por Kareem McLean y Shane Brown acabaron por ser determinan­tes para Limón… tanto como la falta de una artillería de peso para Saprissa, que pecó y pagó, cuando Jairo Arrieta falló la más clara, al 65’.

En una jugada de táctica fija, de más fortuna que mérito propio, el equipo de Quesada alivianó la carga, cuando un mal rechazo de la retaguardi­a caribeña se tradujo en la revancha de Medina, quien cerró la pinza para colocar el descuento al 73’.

En el epílogo, cuando solo faltaban segundos para el pitazo final, un centro elevado sobrepasó a Déxter Lewis, que había tenido un partido para enmarcar, y terminó en la cabeza de Ugalde, que emparejó el cotejo.

2 por 2. Solo un consuelo para Saprissa en el debut.

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 ?? JOHN DURÁN ?? Manfred Ugalde gritó con todo su anotación. El juvenil aprovechó un centro y una mala salida de Dexter Lewis para marcar.
JOHN DURÁN Manfred Ugalde gritó con todo su anotación. El juvenil aprovechó un centro y una mala salida de Dexter Lewis para marcar.

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