Miles de niños quedan fuera de la Red de Cuido
Ni tan pobres para acceder a servicio, ni con dinero para pagar privados
Para Ramona Sandoval, madre soltera de dos hijos, llegar al final de cada quincena se convierte en un complicado ejercicio de matemáticas.
Con quincenas de ¢120.000, tiene que pagar ¢130.000 mensuales de alquiler; ¢30.000 de electricidad; ¢30.000 de pases del bus, la comida y el cuido de sus hijos...
“Entonces imagínese, uno paga solito. No alcanza”, dice Sandoval, de 32 años, quien vive con sus chiquitos de seis y 11 años en barrio IMAS, en el cantón de Mora.
Paradójicamente, la buena noticia de conseguir un empleo, para tener ingresos le trajo un problema.
En noviembre del 2017, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) le comunicó que le retiraba el servicio de cuido a Dereck, entonces de cinco años, en el centro infantil de la Municipalidad local, el cual había recibido por años.
Según relató la jefa de hogar, cuando fue a entregar los documentos para renovar el subsidio, las funcionarias le indicaron que ya no era elegible para la ayuda, pues con los ingresos que percibía por el trabajo que consiguió en un almacén ya no calificaba como un hogar pobre.
“La explicación que me dieron a mí es que el Gobierno dice que se puede vivir con ¢100.000 por persona, y yo ganaba ¢350.000. Entonces, que tenía ¢50.000 libres para recreación y no sé qué”, lamentó Sandoval.
Línea de pobreza. La familia de Ramona vive apenas por encima de la línea que divide a los hogares que se consideran pobres de los que no.
En el 2017, su salario de ¢350.000 resultaba en un ingreso per cápita de ¢116.000 colones para cada uno de los tres miembros de su familia.
La línea de pobreza entonces estaba definida en ¢99.240, así que la diferencia de ¢16.700 la dejó fuera del sistema de cuido del IMAS.
No obstante, ella sostiene que su salario no le alcan-
CLASE MEDIA BAJA NORMALMENTE SON MUJERES QUE IGUALMENTE SON DE CLASE MEDIA BAJA, CON INGRESOS DE ALREDEDOR DE ¢300.000 A ¢350.000, QUE ES LO QUE GANA UNA CAJERA, O UNA PERSONA QUE TRABAJA DE DEPENDIENTE”. Emilio Arias Expresidente del IMAS
za para pagar un servicio de guardería privado.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el 2017 había casi 155.000 familias en el tercer decil de la población, con un ingreso per cápita promedio de ¢113.000. Es decir, en el cual ya no se les considera como pobres, pero sí son vulnerables.
Lo que no está cuantificado, según reconocieron la Secretaría Técnica de Red de Cuido y el IMAS, es la cantidad de niños que se quedan sin atención estatal porque sus hogares no son lo suficientemente pobres, pese a que sus papás tienen dificultades para pagar un servicio de atención privado mientras trabajan.
Emilio Arias, quien presidió el IMAS durante la segunda mitad del gobierno anterior, tiene la certeza de que los casos son numerosos.
“Es como una población invisibilizada numéricamente, todos sabemos que existe, pero no tenemos un dato certero de cuántos son”, aseguró el exministro.
En casos como el de Ramona, en los que la familia gozó del beneficio, pero de golpe lo perdió, el Programa Estado de la Nación dice que existe un alto riesgo de que caigan en un círculo vicioso conocido como “la trampa de la pobreza”.
“Cuando un individuo no es pobre gracias a la ayuda estatal, pero no desarrolló capacidades que le permitieran acceder a un empleo de calidad, si pierde ese subsidio −dado que técnicamente ya no es pobre− recaerá nuevamente en esa condición”, dice el informe del PEN del año 2017.
Gilberto Monge, alcalde de Mora, critica que se permita el uso de los centros públicos de la red de cuido para familias de ingresos medios y altos que pagan por el servicio, mientras hay menores en condición de vulnerabilidad excluidos.
Para poder seguir trabajando, Ramona Sandoval tiene que destinar una parte de su salario a pagarle a la señora con quien comparte el alquiler de su casa, quien cuida a sus niños y los lleva a la escuela.
“Ahí hablamos para pagarle un poco, porque lo que cobra una niñera tampoco lo podría apagar”, explicó.