Alumnos de décimo estrenarán nuevas pruebas del MEP
Evaluaciones de bachillerato mueren a partir del 2020
El Ministerio de Educación Pública (MEP) eliminará, a partir del 2020, la prueba de bachillerato aplicada por 30 años a estudiantes del último año de secundaria.
En su lugar, implementará, desde este 2019, un conjunto de diagnósticos conocidos como Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades (FARO).
Este instrumento seguirá siendo obligatorio para colegiales, pero ahora también para escolares, anunció este miércoles el MEP.
Lo realizarán en quinto grado de la escuela y décimo del colegio académico o en undécimo de colegios técnicos.
En ambos casos, las evaluaciones serán en Matemáticas, Ciencias, Español y Estudios Sociales. En el primer año, no se aplicará en la última materia, a la espera de un cambio en los planes de estudio.
Aparte de las cuatro pruebas FARO, para obtener el bachillerato en educación media será requisito someterse a una evaluación de dominio de un idioma, puede ser inglés, francés, italiano o mandarín. Dependerá de las lenguas que se
impartan en el centro educativo y, entre esas, la que prefiera el alumno.
En esa evaluación específica, el estudiante no aprueba o reprueba, solo obtiene un indicador de su nivel, según el idioma seleccionado.
Con este cambio, desaparecerán las llamadas curvas o puntos de apoyo que da el MEP, los cuales permitieron en el pasado aumentar la promoción de manera significativa.
Para los colegiales, la prueba de Ciencias incluirá contenidos de Biología, Química y Física; no como en bachillerato, que los estudiantes tenían la opción de escoger una de esas ramas.
Otro cambio es que Español para secundaria no se dividirá en Redacción y Ortografía.
“Vamos a tener un proceso de transición en el tipo de preguntas, porque prevemos que esto va a tener un impacto no solo en las pruebas nacionales, sino las que realizan en las aulas los estudiantes”, enfatizó Pablo Mena, director de Gestión de Calidad del MEP.
¿Cómo funcionará?. Las pruebas FARO se realizarán en el penúltimo año de la primaria
y de la secundaria, para que los alumnos tengan tiempo de superar sus debilidades, detalló Mena.
Un aspecto fundamental de estos nuevos diagnósticos es que no tendrán una calificación mínima de aprobación, es decir, no se aprueban ni reprueban. Sin embargo, representarán el 40% de la nota final para pasar el último año de escuela o colegio.
El estudiante recibirá calificación para cada una de las cuatro materias evaluadas.
Esa calificación representará un porcentaje que se sumará al promedio ponderado de todas las asignaturas de sexto grado, que representará el 60% restante de la nota. En el caso de primaria, al final la suma de ambos promedios debe ser superior a 65 para pasar y en secundaria de más de 70.
Por ejemplo, si el estudiante tuvo una baja calificación en la prueba FARO de Matemáticas, eso no significa que ya perdió esa materia, porque, además del examen, la calificación final por materia incluye un 60% que se constituye con el promedio de notas de todas las asignaturas (incluso las llamadas materias especiales), que obtenga durante ese último año.
En ese mismo escenario, un estudiante podría optar por repetir la prueba FARO para mejorar ese resultado a fin de aumentar su posibilidad de éxito al finalizar undécimo año. Se consignará la nota mayor.
Las pruebas FARO se aplicarán, ordinariamente, al finalizar el curso lectivo. Sin embargo, si el estudiante de quinto grado o de décimo tuvo un baja calificación, puede repetir la prueba a principios del siguiente año lectivo.
Si en ese segundo intento el resultado no lo deja satisfecho, puede volver a someterse a la prueba, a finales de sexto grado o de undécimo.
Si después de este proceso, el estudiante pasó sexto grado o undécimo año, pero no obtuvo la calificación mínima, tendrá dos oportunidades más de acudir a pruebas de convocatoria, las cuales, según dijo la viceministra académica Giselle Cruz, posiblemente se realicen en las fechas que actualmente se hacen las convocatorias de bachillerato.
El resultado de la nota que el alumno sacó en cada una de las cuatro materias de FARO se le entregará al docente, estudiante y padre de familia al final de penúltimo año de primaria o secundaria para que todos tengan conocimiento de si el alumno alcanzó las habilidades o no y cuáles conocimientos deben ser reforzados el año siguiente.
Según Mena, a partir de los resultados, el docente deberá elaborar planes de mejora para superar las debilidades que presenta el estudiante. Ese plan debe estar listo y calendarizado al inicio del sexto grado y al comienzo del último año de secundaria.
Los padres y el alumno también podrán pedir al educador reforzar alguna área.
¿Qué pasará este año?. El 2019 será un año de transición, es decir, los alumnos de undécimo y de último año de colegios técnicos sí harán bachillerato tradicional, en noviembre. Será la última generación que hará la prueba.
La excepción será Inglés, pues en vez de la prueba acostumbrada, realizarán la de dominio lingüístico.
Adicionalmente, los alumnos que este año cursan décimo, harán los exámenes FARO en una fecha por definir.
En primaria no se efectuarán las pruebas FARO en quinto grado, pero sí como un plan piloto, en sexto grado. No obstante, estos exámenes no tendrán valor en sus notas. Todavía no están claras las fechas.
A partir del 2020 se realizarán las evaluaciones FARO en quinto grado, pero tampoco tendrán valor en la promoción
final. Será a partir del 2021 cuando los resultados se tomarán en cuenta para las notas finales.
¿Para qué sirve?. Pablo Mena considera que con los diagnósticos FARO se pasa de un modelo de medición de contenidos, a un modelo de evaluación de las habilidades que el alumno adquirió durante su aprendizaje.
Estas pruebas, además, están ligadas con los programas de estudio, que pretenden privilegiar el análisis y la comprensión.
“Son pruebas que aportan un valor para la promoción al asegurar: 1. Resultados que permiten tener un diagnóstico sin sesgo. 2. Respetabilidad y apreciación social de las pruebas. 3. Seguimiento y control del currículo. 4. La promoción se define a nivel central del MEP, para prevenir posibles inequidades en el sistema educativo”, explicó el funcionario.
Además, permitirán tener datos de cada centro educativo, región educativa y nacional y brindará al estudiantado los apoyos requeridos.
En un comunicado, representantes de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) y de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) criticaron el hecho de que la aprobación de las pruebas FARO se realizó de manera “apresurada, ocurrente y sin consenso”, pues no les consultaron a las organizaciones magisteriales.
Según Mena, el MEP espera que haya buena promoción, pues no dependerá solo del resultado de una prueba, sino de los logros que el alumno alcanzó en todas las materias en el último año de primaria y secundaria.
La Nación publicó que solo 4 de cada 10 alumnos (el 40%) pasan bachillerato sin ayuda. Sin embargo, la situación se recrudeció en el 2018 por la huelga y ese porcentaje bajó a 25%. En el 2017, la promoción en bachillerato en los colegios académicos fue de 66,53%.