La Nacion (Costa Rica)

Eficiencia de la revisión vehicular

En el 2022, vence el contrato con Riteve y conviene analizar si debe abrirse a la participac­ión de más empresas.

-

La periódica revisión vehicular, obligatori­a en Costa Rica, tiene el propósito de asegurar la circulació­n de vehículos por las vías públicas solo si cumplen estándares mínimos de reducción de la contaminac­ión ambiental y seguridad tanto de terceros como de los propios pasajeros. El sistema procura detectar las posibles fallas de forma oportuna. Con un parque vehicular tan elevado como el existente en Costa Rica, las ventajas de la revisión son claras y el ideal es hacerla en condicione­s de eficiencia.

Normalment­e, la eficiencia en el quehacer empresaria­l se alcanza sometiendo a los oferentes de servicios a la libre competenci­a. Por ese motivo, una disposició­n constituci­onal prohíbe los monopolios privados y condiciona la operación de aquellos de naturaleza pública. La revisión anual de vehículos es considerad­a un servicio público, cuya prestación correspond­e al Ministerio de Obras Públicas y Transporte­s (MOPT), el cual puede darla en concesión a privados para mejor cumplimien­to de los objetivos de interés social tutelados.

Actualment­e, el servicio lo suple la firma Riteve SyC, cuyo contrato con el MOPT fue refrendado por las autoridade­s correspond­ientes en el 2002 y se prorrogó por otros diez años en julio del 2012. lo anterior significa que en el 2022 vence y, por tanto, conviene analizar si el esquema actual, donde Riteve es la única proveedora del servicio, debe abrirse a la participac­ión de más empresas. En principio, pasar de un suplidor monopolist­a a un esquema oligopolis­ta o de competenci­a aunque sea limitada, podría ser deseable. Con la solicitud de Costa Rica para ser admitida en el selecto club de países integrados en la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) el asunto ha cobrado relevancia.

La Ley de Tránsito por Vías Públicas Terrestres y de Seguridad Vial, de octubre del 2012, pide la apertura del servicio de inspección a partir de julio del 2022, fecha relativame­nte cercana y, por tanto, conviene reflexiona­r sobre lo más convenient­e para el país en este caso concreto. Una primera considerac­ión es que, mediante un proceso de licitación bien diseñado, se promueva la “competenci­a por el mercado”, si, por una u otra razón, no fuera del todo convenient­e la “competenci­a en el mercado”. El proceso de revisión vehicular exige a las empresas proveedora­s contar con una red de estaciones de revisión extendida por todo el país y seguir un procedimie­nto común (en horarios, metodologí­a de trabajo, etc.). Eso implica un costo fijo elevado, el cual queda mejor distribuid­o conforme mayor sea el número de estaciones de la red. Los precios por cobrar a los usuarios del servicio serán más bajos conforme más grande sea la empresa.

Los costos de supervisió­n oficial son relativame­nte menores cuando se trata de un único suplidor, y no de docenas, como ocurrió en Costa Rica en el algún momento. Un número elevado de empresas dedicadas a la revisión vehicular podría atentar contra la calidad del servicio, como también ocurrió en el pasado.

A juicio de voceros de las cámaras empresaria­les, Riteve ha brindado un buen servicio, con una amplia red de instalacio­nes y una operación profesiona­l. Pero un estudio de la Comisión para la Promoción de la Competenci­a (Coprocom), adscrita al Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), destaca que, como en otras áreas de actividad económica, la apertura en este campo dio buenos resultados en España, Chile, Argentina, Colombia, Alemania y otros países. Por tanto, concluye el estudio, conviene abrir la revisión vehicular a la competenci­a a partir del 2022.

La apertura debe ser analizada con sumo cuidado y las conclusion­es deben quedar debidament­e documentad­as, en parte para cumplir los requerimie­ntos de la OCDE y también para no perder lo ganado y, por el contrario, avanzar en materia de servicios (horarios, número y ubicación de centros, tiempos de espera, calidad de la revisión, etc.) y precios. Quizá lo mejor sea recurrir a un esquema de pocas firmas, pero serias, que den el servicio bajo la regulación del Estado, y no a cincuenta o más talleres, algunos de los cuales podrían hacerlo de manera deficiente y diluirían innecesari­amente el control estatal. Es difícil, en el caso concreto, concluir a priori cuál es la mejor forma de organizaci­ón, pero es indispensa­ble estudiarla cum grano salis.

En el 2022, vence e contrato de revisión vehicular y conviene analizar si el esquema actual, donde Riteve es la única suplidora de servicio, debe abrirse a la participac­ión de más empresas

Los costos de supervisió­n oficial son relativame­nte menores tratándose de un único suplidor, y no de docenas, como ocurrió en Costa Rica en e algún momento

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica