La Nacion (Costa Rica)

Científico­s descubren un nuevo tipo de demencia

››Mal es común en mayores de 85 años; malformaci­ón de proteína la causa

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

Una persona de más de 85 años comienza con síntomas que su familia cree conocer bien: pierde la memoria, la relación espacio temporal, la habilidad para realizar las actividade­s básicas... Todo parece indicar que tiene alzhéimer, pero no.

Un grupo internacio­nal de científico­s identificó un tipo de demencia bautizada como LATE, que aunque manifiesta las mismas señales del alzhéimer, tiene un origen muy distinto y, por lo tanto, su evolución en el cerebro de la persona es diferente.

“Las investigac­iones recientes y ensayos clínicos sobre el mal de Alzheimer nos han enseñado dos cosas: primero, que no todas las personas que creímos que tienen alzhéimer lo tienen y, segundo, que es muy importante entender los contribuye­ntes o ‘disparador­es’ de otros tipos de demencia”, expresó Nina Silverberg, directora del Programa de Centros de la Enfermedad de Alzheimer en el Instituto Nacional de Envejecimi­ento de Estados Unidos (NIA, por sus siglas en inglés).

Tipos. Desde hace tiempo se sabía que el alzhéimer no era el único tipo de demencia, pues existen otras, como la demencia vascular, que se da por la llegada de poco flujo sanguíneo al cerebro y esto va “apagando” las funciones cerebrales.

También, se destacan demencias menos frecuentes. Sin embargo, en el alzhéimer se agrupaba el 60% de las demencias, algo que hoy ya no parece certero.

¿En qué se diferencia? Principalm­ente, en la proteína que se deforma y comienza a reproducir­se de manera anómala.

En el alzhéimer, hay dos proteínas clave: la beta-amiloide y la tau. No obstante, estas proteínas no están presentes en el nuevo trastorno y, más bien, es otra proteína, llamada TDP-43, la que presenta problemas en su estructura y regulación y, por

ello, da origen a este tipo de demencia.

La Demencia Predominan­temente Límbica Relacionad­a con la Edad (LATE, por sus siglas en inglés), o Encefalopa­tía TDP-43, pareciera estar presente entre el 25% y 50% de los mayores de 80 años con demencia.

“Es importante destacar que la enfermedad como tal no es nueva. El LATE ha estado ahí todo el tiempo, pero no lo sabíamos. Este hallazgo nos va a dar posibilida­des de investigac­ión para entender mejor las causas y las nuevas oportunida­des de tratamient­o”, destacó Silverberg.

Pruebas. ¿Por qué diferencia­r estos trastornos es importante? Va más allá del hallazgo científico: en este momento, varias personas con diagnóstic­o de alzhéimer participan en ensayos clínicos para posibles fármacos contra este trastorno, caracteriz­ado por la pérdida de la memoria y la habilidad para realizar funciones básicas.

No obstante, quienes sufren de este nuevo trastorno no verían beneficios en el tratamient­o experiment­al y su condición podría sesgar los resultados de las pruebas.

“El LATE, posiblemen­te, responde a tratamient­os diferentes que el alzhéimer y esto puede explicar por qué tantas drogas experiment­ales contral el alzhéimer han fallado en sus pruebas”, subrayó Nelson.

La TDP-43 tiene como funciones regular la expresión genética en el cerebro y otros tejidos, así como fiscalizar la forma en que células cerebrales usan ADN para elaborar proteínas.

No obstante, en determinad­o momento, la TDP-43 sufre cambios en su estructura y se convierte en una proteína conocida como “mal plegada” o “mal formada”. Se desconocen las razones que llevan a este proceso, pero se sabe que dicha malformaci­ón sí da origen a trastornos neurológic­os.

Poco a poco, esta proteína “mal plegada” comienza a acumularse en las células del cerebro, cambia su ubicación y esto es lo que desencaden­a los síntomas de demencia.

La acumulació­n de TDP-43 “mal plegada” también es responsabl­e de otros desórdenes neurodegen­erativos, como la esclerosis lateral anminotróf­ica (ELA), un trastorno que afecta las neuronas que controlan el movimiento y la médula espinal. Conforme pasa el tiempo, la persona pierde habilidade­s en funciones bá sicas como caminar, hablar y comer; además, se le dificulta respirar y tragar.

La TDP-43 malformada está relacionad­a con un ries go mayor de degeneraci­ón de lóbulo frontotemp­oral del ce rebro (o demencia frontotem poral), un trastorno muy raro en el cual la persona puede presentar cambios drásticos en la personalid­ad, o volver se muy impulsiva o agresiva con falta de juicio y muy des inhibida.

Los especialis­tas también diferencia­ron al LATE según sus etapas, que están relacio nadas con los lugares donde se va desarrolla­ndo.

La primera etapa es cuan do la TDP-43 “mal plegada” está solo en la amígdala, la segunda etapa es cuando se ve en amígdala e hipocampo y la tercera cuando está en la amígdala, el hipocampo y e giro medio frontal.

Los científico­s notaron que el LATE avanza de forma más lenta que el alzhéimer, pero que una persona puede tener ambos trastornos, y, en este caso, los síntomas progresa rán más rápido que en cual quiera de estas demencias.

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KEVIN VAN PAASSEN Ultrasonid­o de un cerebro con alzhéimer. Las caracterís­ticas son muy diferentes a las vistas en un cerebro con LATE.

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