Sanción a catedrático evidencia poca eficacia de UCR frente al acoso sexual
Rector propondrá ajustes disciplinarios ante denuncia de ‘Universidad’ contra Mainor Salas
Un catedrático de la UCR, entonces de 45 años, fue sancionado con una suspensión de ocho días por escribirle a una estudiante de 20 años que quería verla en calzones, entre otras manifestaciones.
Esa fue la sanción que la Facultad de Derecho le impuso a Mainor Enrique Salas Solís en agosto del 2015, luego de que la Comisión de Hostigamiento de la Universidad de Costa Rica (UCR) concluyera que había incurrido en una falta grave.
Tras cumplir con esa sanción, el docente en propiedad se reincorporó a sus funciones y actualmente imparte clases, pese a que parte del estudiantado se niega asistir a cursos suyos, o bien, a que sea nombrado como su director de tesis.
Así lo dio a conocer este miércoles el Semanario Universidad en un artículo donde además del testimonio de Fernanda, la joven en cuestión, aparecen otros nueve relatos de estudiantes, exestudiantes y egresadas de la UCR, quienes aseguran haber sufrido acoso sexual e insultos por parte de Salas, en los últimos años.
Ellas también afirman que escuchaban al catedrático expresarse con un vocabulario obsceno, en el cumplimiento de sus funciones. Actualmente, Mainor Salas labora medio tiempo como docente y otro medio tiempo como investigador universitario.
Si bien esa sanción se emitió hace cuatro años, ahora que se revela públicamente, el mismo rector Henning Jensen reconoce que es necesario impulsar una reforma al reglamento sancionatorio “para poder darle una más expedita protección y resolución a los casos” y para ello, hará la recomendación al Consejo Universitario en las próximas semanas.
No obstante, Jensen insiste en que este no es un tema exclusivo de la UCR, sino que la revisión de la legislación y los reglamentos también debe ser a nivel nacional.
“Creo que en estas cosas tenemos que ser más eficientes y expeditos. En otras universidades del mundo este tipo de circunstancias se resuelven con una gran prontitud porque aquí está en juego la dignidad, la integridad física, moral y psicológica de las personas y eso requiere de una respuesta muy rápida”, afirmó el rector de la UCR.
Con él coincide Paola Brenes, psicóloga del equipo interdisciplinario contra el hostigamiento sexual del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer de la UCR, quien enfatiza en que la sanción máxima de ocho días de suspensión “se queda corta ante una falta grave”.
Para ella, además de elevar la pena, se debe establecer un criterio más claro de cuándo un hecho debe ser considerado como una falta grave o muy grave, ya que actualmente queda a discreción de quienes analizan cada caso.
“Es un reglamento antiguo,
“NO PUEDO AFIRMAR QUE LO ATRIBUIDO AL SEÑOR SALAS SEA LA VERDAD, PERO SÍ PUEDO DECIR QUE LO QUE TRANSMITEN LAS VÍCTIMAS TIENE QUE SER TOMADO COMO UN HECHO REAL”.
Henning Jensen Rector de UCR
“ESAS FRASES OBSCENAS, LOS INSULTOS, LAS PROPOSICIONES SEXUALES QUE RECIBIERON ESTAS ESTUDIANTES NOS PARECEN QUE SON EXPRESIONES CLARÍSIMAS, DE UNA VIOLENCIA MACHISTA, MISÓGINA, SEXUAL, TANTO VERBAL COMO PSICOLÓGICA”.
Patricia Mora Presidenta del Inamu
sí es un reglamento actualizado en el 2013 y el 2018, pero en términos de faltas graves se queda corto”, precisó Brenes.
Universidad informó de que contactó a Salas, pero respondió que “por lo delicado del tema” prefería que su abogado, Boris Molina, respondiera.
Molina, consultado por La Nación, envió a este medio el mismo texto que a Universidad, en donde expresa que algunas de las frases de su cliente “fueron totalmente sacadas de contexto” y que quienes lo atacan “jamás han puesto un pie en sus cursos”.
“Sería bueno que, en búsqueda de la simetría de la información y de la imparcialidad, se buscara el criterio de aquellas personas que quieran contar su experiencia favorable en las clases, o fuera de ellas, con el profesor Salas”.
”Incluso, haciendo hasta una convocatoria en redes sociales, tal cual parece que hicieron quienes ahora le acusan (haciéndose llamar una “manada” feminista)”, afirmó Molina en el texto enviado a La Nación.
Malestar. Para Luis Eduardo Zapata, presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho, el castigo de solo ocho días, atiza el temor del alumnado a denunciar, pues consideran que existe el riesgo de recibir represalias académicas a posteriori.
“Don Mainor no es el único profesor sobre el cual yo tengo conocimiento que ha materializado situaciones de acoso. Mainor es uno de los más sonados, pero hay otros profesores que están impartiendo clases que la Facultad sabe bien quiénes son”, dijo Zapata.
Agregó que en febrero pasado el malestar hacia el comportamiento de Mainor Salas fue comunicado al decano de la Facultad de Derecho, Alfredo Chirino, en una carta en la que la Asociación pide que no lo nombren como profesor del curso de Derecho Penal.
“Las y los estudiantes han externado que el profesor expresa comentarios misóginos, irrespetuosos, que incurre constantemente en manifestaciones sexistas y que en sus cursos los estudiantes se han sentido vulnerados, acosados y hostigados”, señala el oficio AED-008-2019.
El caso. Universidad dio a conocer el relato de Fernanda y otras nueve mujeres. Aunque solo el caso de la primera se denunció formalmente ante la Comisión de Hostigamiento de la UCR. Eso ocurrió en 2014 y concluyó con la suspensión de ocho días para el catedrático, en agosto del 2015.
Esa es la pena máxima que dicta el reglamento de la UCR en contra del hostigamiento sexual para los docentes y personal administrativo que incurran en una falta grave.
Incluso, esa pena es muy inferior a la que recibiría un estudiante por hechos similares, pues para ellos, la sanción contemplada va de los 15 días a un mes de suspensión.
En esa oportunidad, según Universidad, la Comisión calificó los hechos denunciados como una falta grave, luego de concluir que Salas usó “diferentes estrategias para evitar que la estudiante suspenda su comunicación con él”.
“Entre ellas se identifica ba ‘retarla cognitivamente’ a discutir temas sexuales como parte de una relación académi ca entre profesor y estudiante hacerse la víctima por una su puesta actitud displicente de la estudiante; buscar formas verbales para despertar el ero tismo en la estudiante y que entonces se abra a comentar experiencias propias en ese ámbito”.
Como prueba de su testi monio, la denunciante aportó mensajes de Facebook, donde Salas, en apariencia, le solici taba entre otras cosas, fotogra fías en ropa interior.
“Quiero verte en calzones... (sic)”, se lee en uno de los men sajes, que según Universidad el catedrático le envió a la de nunciante por esa red social.
En esa mensajería, agrega el medio, también se leen fra ses como: “En qué fase sexua estás ahora…? Qué te excita mucho? Algo con lo que fanta sees seguido (sic)”. O comen tarios como: “A mí me pone como loco agarrar a una joven cita de unos 20 añitos y tratar la como una completa zorra”.
Fernanda se atrevió a pre sentar la denuncia luego de que Salas la reprobó en un curso, según ella, sin ninguna justificación.
La cúpula de la UCR se distanció de las polémicas de claraciones del decano de la Facultad de Derecho, Alfredo Chirino, quien dijo al Semana rio Universidad que detrás de Mainor Salas “hay toda una leyenda negra de la forma en que él da clases, los ejemplos que utiliza, algunas referen cias que hace; pero todo han sido rumores”.
El rector a. i., Fernando García, dijo que las afirmacio nes de Chirino “no represen tan la posición de la Universi dad”, pues “los casos de acoso y hostigamiento sexual no son trivialidades o rumores”.
Posteriormente, el rector Henning Jensen, en una lla mada telefónica desde Perú con La Nación, secundó esa posición: “Yo no utilizaría ese tipo de caracterizaciones, so bre todo que el concepto de le yenda hace referencia a acon tecimientos fantásticos.
La presidenta ejecutiva de Instituto Nacional de la Mujer Patricia Mora, dijo que es “in aceptable” el vocabulario y las frases externadas por Salas según los testimonios recolec tados por Universidad.