La Nacion (Costa Rica)

Por qué un Sistema Nacional de Empleo

- Jorge Rodríguez Vives INTERNACIO­NALISTA jrvives121@gmail.com

Los costarrice­nses hemos visto cómo a lo largo de los últimos 40 años el país ha cambiado aceleradam­ente. Los talentos, la capacidad de adaptarnos y una reputación notable de nuestro talento humano nos han permitido contar una historia de desarrollo y crecimient­o económicos relevante.

Sin embargo, los retos del presente han llegado a nuestras puertas y algunos nos han tomado por sorpresa. Quienes hemos estado vinculados la generación de empleo y gestión del talento humano en los últimos años sabemos que se ha venido hablando en todos los espacios posibles (sectores gobierno, privado y sindical) de la urgente necesidad de remozar el enfoque de trabajo de las instancias nacionales que formulan la política nacional de empleo.

Como lo indica la OIT en su último informe sobre el

trabajo a escala mundial, algunos de los desafíos que enfrentamo­s globalment­e son los 190 millones de personas desemplead­as, los 2.000 millones de personas que trabajan en la informalid­ad, el decrecimie­nto de los salarios, la brecha salarial entre hombres y mujeres (que afecta a estas con una tasa promedio del 20 % menos que los hombres), el ensanchami­ento de la desigualda­d y una brecha digital que impide oportunida­des a las familias más vulnerable­s del globo.

Inmersos en el mundo. La situación de Costa Rica no es ajena a la realidad del mundo. Esa premisa debió ser la base para que el presidente de la República lanzara el Sistema Nacional de Empleo y girara instrucció­n a su gabinete para que este año entre en funcionami­ento. Al contrario de las primeras reacciones de alguna gente, creo que este es un paso en la línea correcta.

En primer lugar, este Sistema Nacional de Empleo se centra en las personas, sus talentos y capacidade­s. Por lo tanto, la gente constituir­ía la prioridad de las políticas económicas, sociales y de la práctica empresaria­l. En otras palabras, todos ganamos. Si el sistema nacional de empleo logra empatar las necesidade­s reales de talento humano del sector privado (por medio de prospecció­n) con la formación del talento humano en los distintos niveles formativos, la intermedia­ción laboral será ejecutada con gran éxito. El resultado final sería crecimient­o económico y en cuanto a la equidad, con lo cual se apoyaría no solo a los más vulnerable­s de hoy, sino también a las futuras generacion­es.

El Sistema Nacional de Empleo puede convertirs­e en una gran alternativ­a para las personas a lo largo de los procesos de transición que enfrentará­n para recapacita­rse en las necesidade­s que el mercado laboral requiere y requerirá conforme avance la cuarta revolución industrial. Por ende, también estamos a las puertas de una modernizac­ión urgente del Instituto Nacional de Aprendizaj­e (INA) y sus procesos formativos. Finalmente esta institució­n podrá medir su impacto y podrá disfrutar de los insumos que le brinda el sector privado para cumplir con su razón de ser: dar oportunida­des de formación para el empleo con las habilidade­s que el siglo XXI requiere.

En segundo lugar, el sistema nacional de empleo vincula al INA, al Ministerio de Trabajo, al Ministerio de Planificac­ión, al Inamu y al IMAS como instancias que articulan sus esfuerzos para beneficiar integralme­nte a la sociedad. Coordinada­mente, se puede lograr más y esto implica una transforma­ción del aparato estatal. Al contrario de lo que algunos analistas han venido planteando, no estamos en un escenario de creación de burocracia, sino más bien en la gestión articulada del aparato estatal.

Por último, es satisfacto­rio saber que este esfuerzo está basado en la visión tripartita en la cual empresas, gobierno y sindicatos convergen para crear una instancia de traba jo para facilitar la igualdad de género, aumento de la protec ción social y la revitaliza­ción del rol de los sindicatos en la política pública.

Estímulo. Ciertament­e hay que dinamizar la economía La dinamizaci­ón depende de aprovechar las buenas prác ticas que el Estado ha venido ejecutando, como la simplifica ción de trámites, liderada por el MEIC, la ventanilla única de comercio exterior y el regla mento para formalizac­ión de las pequeñas y medianas em presas con un sistema diferido

Un proceso así viene a transforma­r la economía y la sociedad. En definitiva, esta mos ante el origen de un mo delo económico con capacidad de reinventar­se a partir de propio talento de su gente. Es una oportunida­d enorme que va a requerir que todos aporte mos a la solución de la coyun tura que hoy enfrentamo­s.

La gente será la prioridad de las políticas económicas y sociales, y de la práctica empresaria­l

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