Aves son un dolor de cabeza en otros centros urbanos
El problema de las palomas no es exclusivo del parque de Guadalupe.
En otros centros urbanos del país también ocurre, en igual o menor medida.
Por ejemplo, en el 2017, La Nación informó de que 25 edificios patrimoniales, como Correos de Costa Rica, sufren graves daños por las excretas de estas aves.
Zaidett Barrientos Llosa, ecóloga e investigadora en el Laboratorio de Ecología Urbana de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), explicó que la paloma es una especie originaria del Mediterráneo, muy acostumbrada a los acantilados.
“Las estructuras que nosotros construimos (en las ciudades) son muy parecidas a un acantilado, ofrecen las mismas ventajas.
”Siempre hay algún hueco donde hacen sus nidos, para ellas es como que, simplemente, les ampliaron la cantidad de acantilados donde podrían habitar. Les estamos dando un lugar bastante parecido a lo que ellas consideran aceptable”, comentó.
Empero, el principal problema es que la gente las alimenta.
“Si a la gente no le dieran lástima las palomas y no las alimentara, no se establecerían ni tendrían esas poblaciones tan grandes”, advirtió.
Según la investigadora, se trata de un problema social, ya que esta práctica incluso se ha convertido en una actividad económica para ciertas personas que “se ponen a vender alimento y hasta les sacan la foto con el pajarillo comiendo de la mano”.
“Siempre se ha dicho que no se alimenten (las palomas) y la gente no obedece esta orden”, aseguró.
Esta práctica de alimentar a las palomas también tendría un efecto dañino en la salud de las aves, que en su mayoría “tienen problemas de hígado”.
“Son aves que están bajas de peso pero grasosas, porque vuelan muy poquito ya que tienen el alimento fácilmente y también porque el alimento está desbalanceado; la gente les da semillas o comida chatarra, dulces y productos salados”, explicó.
La principal opción para atacar este problema es la posibilidad de utilizar un método que afecte negativamente la incubabilidad de los huevos para así reducir las poblaciones de estas especies.
En este sentido, el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) confirmó a La Nación que en el país ya se encuentra registrado el producto cebo OvoControl P. y, por ende, puede utilizarse. Este, justamente, reduce la incubabilidad de los huevos.
Según Barrientos, un estudio mostraría que el 70% de las personas consultadas se inclinan más por este tipo de “anticonceptivos”.