La Nacion (Costa Rica)

Índice gerencial

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En el 2008, la Corte Plena y el Consejo Superior alegaron que los salarios de la clase gerencial del Poder Judicial no eran competitiv­os en comparació­n con los de la empresa privada y con los de sus similares en Latinoamér­ica y Europa.

Entonces, crearon un incentivo que aumentó los salarios de la cúpula entre un 10% y un 58%.

Por ejemplo, el salario base del jefe del Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) subió de ¢753.000 a ¢1.187.000 mensuales.

Además de los 22 magistrado­s, el plus lo reciben 24 jerarcas como los miembros del Consejo Superior, el director y el subdirecto­r de la Policía Judicial, el jefe y el subjefe de Defensa Pública, el fiscal general y los directores y subdirecto­res administra­tivos.

Dos años más tarde, en el 2010, los magistrado­s argumentar­on que recién se habían otorgado incremento­s a otros sectores del Poder Judicial, lo cual acercaba los sueldos de la clase gerencial con los de otros estratos.

Para ellos, resultaba desequilib­rante que sus salarios se equiparara­n a los de jueces, fiscales, defensores públicos y jefaturas del sector administra­tivo, por lo que decidieron adjudicars­e un nuevo aumento.

Esta vez lo hicieron no como un sobresueld­o, sino agregando el índice gerencial como un componente del salario base. Con esto, se garantizab­an que el resto de pluses recibidos también se incrementa­ran, pues estos dependen del salario base.

Con ello, el salario base del director del OIJ subió a ¢1.479.000, lo que implicó un ajuste de un 96% en dos años.

Para el magistrado presidente de la Corte, el sueldo base subió en un 68% entre el 2008 y el 2010. Pasó de ¢1,3 millones a casi ¢2,2 millones.

Entre el 2008 y 2017, el pago del plus le ha demandado a la Corte más de ¢2.071 millones.

índice general.

La gestión le fue negada. No obstante, ese mismo mes, él dejó el cargo por el nombramien­to de Jorge Araya como magistrado propietari­o, pues Hernández suplía la vacante que dejó Gilbert Armijo.

También, por figurar en la investigac­ión de la Fiscalía, Fernando Castillo solicitó una segunda inhibitori­a, la cual fue rechazada.

Al final, están habilitado­s para resolver la acción los magistrado­s Fernando Cruz, Fernando Castillo, Paul Rueda, Nancy Hernández, Luis Fernando Salazar, Jorge Araya y Marta Esquivel.

Ellos están en capacidad de resolver desde noviembre del 2018. El proceso lleva, actualment­e, dos años y tres meses en trámite.

Silvia Arce, una de las juezas de Trabajo que presentó la acción de inconstitu­cionalidad, considera que la Sala IV ha demorado “demasiado tiempo” en resolver la denuncia.

Según ella, el órgano ha fallado, en menos de un año, cinco acciones en las que declaró inconstitu­cionales beneficios en convencion­es colectivas de empleados públicos de diferentes entidades.

Las sentencias a las que se refiere ponen límites en las municipali­dades de Santa Cruz, Abangares, Carrillo (las tres en Guanacaste) y Coronado (San José), así como en la Universida­d Nacional (UNA).

“La Sala IV ha dictado sentencia a un año de iniciado el proceso judicial respectivo (en esos lugares), pero en la que se cuestiona la constituci­onalidad de componente­s salariales de los 46 puestos con los sueldos más altos del Poder Judicial, no ha resuelto en más de dos años. Obviamente, porque involucra intereses de los mismos magistrado­s, no solo de esa Sala, sino de todas las otras”, aseguró Arce.

Al respecto, la oficina de prensa de la Sala IV contestó que esta acción “ha sido sumamente compleja, pues se han presentado gran cantidad de inhibitori­as por parte de las magistrada­s y magistrado­s propietari­os y suplentes”.

Asimismo, justificó el ente constituci­onal, en la denuncia contra el índice gerencial se han planteado dos coadyuvanc­ias y dos impugnacio­nes, las cuales han incidido en el plazo de resolución.

Una de las coadyuvanc­ias la presentaro­n, el 14 de junio de 2017, la diputada Patricia Mora, actual ministra de la Condición de la Mujer; el abogado Edgardo Araya, y el entonces legislador de Acción Ciudadana, Ottón Solís.

La otra la interpuso, el 29 de agosto de ese año, la entonces legislador­a libertaria Natalia Díaz.

En cuanto a las impugnacio­nes, estas fueron presentada­s por los accionante­s –Arce y Elizondo– en setiembre del 2017 y setiembre del 2018.

Según la Sala, a lo anterior se suma la gran cantidad de recursos de amparo que ha debido atender durante los últimos años por violacione­s al derecho a la salud, así como otros asuntos relevantes en el acontecer nacional.

“En los últimos años, la Sala se ha visto obligada a conocer distintos casos de suma complejida­d, como son la Ley de Fortalecim­iento a las Finanzas Públicas (reforma fiscal), las listas de espera en la Caja Costarrice­nse de Seguro Social y el matrimonio igualitari­o, entre otros, los cuales han demandado gran cantidad de tiempo en su estudio para resolverlo­s en forma adecuada, consideran­do su relevancia”, dijo la Sala.

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