Las lecciones del terrorismo en Argentina
Los atentados contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, en 1992, y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en julio de 1994, demuestran la poca eficiencia gubernamental para llevar a los culpables frente a la justicia. Se ha acusado a funcionarios por encubrir o ser cómplices del terrorismo, principalmente, en los hechos contra la AMIA, sin que hasta ahora hayan sido castigados.
Los actos de terror deben hacer reflexionar a quienes velan por la seguridad de nuestros Estados, ya que lo que se consideraba posible solamente en Oriente Próximo dejó de ser así y pasó a tocar las puertas de nuestro continente; mucho antes de los atentados contra las Torres Gemelas, quedó claro que el terrorismo está más cerca de lo que pensamos.
La elección de estos ataques no fue fortuita; obedeció a la oscura forma de trabajar del grupo chiita libanés Hizbulá; cuyos miembros amenazan constantemente con atacar objetivos israelíes y judíos en cualquier parte del mundo.
Los atentados en Argentina le dieron una bofetada a los latinoamericanos para despertarlos y mostrarles que en el momento que necesiten una carta alternativa de acción echarán mano de ella y, por esta vez, la comunidad judía argentina fue el comodín perfecto para dar la lección.
Junto con los sucesos en la AMIA y la embajada, se investiga la posibilidad de que el avión panameño de la aerolínea Alas Chiricanas, que hizo explosión pocos minutos de despegar del aeropuerto de Colón y murieron 21 pasajeros, entre ellos 12 empresarios judíos, en 1994, haya sido perpetrado también por este grupo islamista, lo cual claramente añadiría a su particular currículo un acto de terror cerca de nuestras fronteras.
Radicales en América. La presencia de Hizbulá y otros grupos en la región está comprobada en Venezuela y en la triple frontera suramericana (entre Argentina, Brasil y Paraguay). Se sabe de actividades de islamistas radicales que quizás en estos momentos no tienen como objetivo golpear lugares en la región, solo uti lizan estos territorios como centros de operaciones y una forma de ayudar a romper re lativamente el cerco que sufre la República Islámica de Irán en su región, principalmente mediante sus fuertes vínculos con el vicepresidente venezo lano Tareck el Aissami.
No es conveniente voltear la mirada pensando que lo ocu rrido en Argentina fue un caso aislado, no se puede tampoco creer que estamos inmunes a este tipo de hechos, si el obje tivo de grupos radicales como Hizbulá es la comunidad judía cualquier otro grupo de seres humanos podrían ser blanco oportuno para ellos.
Tampoco debe verse como un asunto menor el apoyo que países de la región están brin dando al posicionamiento y empoderamiento que agrupa ciones como esta han logrado dentro de la región. No tienen directamente una participa ción bélica; regularmente comienzan con trabajo social generando simpatías entre la población, y el activismo polí tico y violento se puede pospo ner o combinarse en medio de caos que pueda estar ocurrien do en un territorio.
Ayuda venezolana. Por lo anterior, también es que Ve nezuela podría convertirse en el campo perfecto para esto, y eventualmente no solo tener presencia de Hizbulá, sino también de otros grupos.
No se puede tampoco dejar de reflexionar cómo los atenta dos en Argentina desnudaron la ineficiencia del gobierno para sentar responsabilidades y que por el contrario, institucionali zó la impunidad y convirtió las solicitudes de justicia en una tradición año tras año.
De lo anterior, es imperati vo recordar que los atentados terroristas en Argentina co braron una víctima más, en el 2015, cuando fue presunta mente asesinado el fiscal Al berto Nisman, quien estuvo a punto de revelar información que involucraría a funciona rios públicos de ese país en omisiones para dejar impunes los atentados mencionados.
Lo que se consideraba posible solo en Oriente Próximo pasó a tocar nuestro continente