La Nacion (Costa Rica)

Japdeva compró dos grúas a sabiendas de que las usaría poco

››Directiva autorizó adquisició­n pese a tener claro que APM movería contenedor­es

- Juan Diego Córdoba juandiego.cordoba@nacion.com

Quienes administra­ron Japdeva en los últimos años, compraron en el 2015 dos grúas de $16 millones para cargar y descargar barcos portaconte­nedores, a sabiendas de que la atención de esas naves quedaría, a partir del 2018, en manos de la Terminal de Contenedor­es de Moín (TCM).

Desde el 2012, cuando se dio la concesión de la TCM al gigante holandés APM Terminals, estaba claro que Japdeva debía reconverti­rse, pero más bien invirtió en atención de barcos portaconte­nedores y rehusó reducir la planilla, algo que también se le indicó desde el 2012.

Hoy, por esa razón, las dos grúas, bautizadas Luisa y Glenda, están subutiliza­das en el puerto Gastón Kogan, en Moín, y solo operan cuando llegan buques de carga mixta, es decir, que transporta­n mercancías a granel o líquidas en un sector, y contenedor­es en otro.

Los aparatos llegaron de China a Limón en agosto del 2017, pero se estrenaron hasta febrero del 2018 por fallas eléctricas. Ocho meses más tarde, en octubre, abrió el primer puerto de atraque de la TCM, al frente del Gastón Kogan, en el cual APM invirtió más de $1.000 millones.

Andrea Centeno, actual presidenta de la Junta de Administra­ción Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), reconoció que la institució­n no le puede sacar el máximo provecho al equipo, no solo porque el muelle perdió el 79% de la carga con la entrada en operación del megapuerto, sino también porque las grúas que se compraron son especializ­adas para contenedor­es.

“Desde mi criterio técnico, es un equipo valioso para el movimiento de carga mixta, que eso es lo que está atendiendo Japdeva, lo que nos permite cobrar más por el servicio. Ciertament­e, no están siendo utilizadas en su totalidad... Soy muy clara, no tengo ningún otro criterio más que el técnico, claramente es un equipo que va a haber que utilizar y sacarle el máximo ren

dimiento, que ahora no lo está teniendo”, dijo Centeno.

Para utilizarlo más, sin embargo, se deben comprar complement­os que permitan adaptar las grúas a los otros tipos de carga que atiende la empresa estatal.

“Tendríamos que buscar otras cargas con otros implemento­s donde las grúas funcionen. Las que tenemos en Moín son especializ­adas para contenedor­es (...)”, expresó.

Antes de las grúas pórticas, Japdeva atendía los portaconte­nedores con los equipos de los propios buques y con grúas viejas.

La Junta Directiva de Japdeva autorizó la compra el 23 de octubre del 2015, en el gobierno de Luis Guillermo Solís, pese a que desde febrero del 2012 estaba previsto que entrara a operar, en el 2018, la megatermin­al exclusiva para contenedor­es.

Los directivos de Japdeva pagaron los $16 millones con la reserva de ¢15.000 millones que había hecho el gobierno de Laura Chinchilla, antes del 2014, para liquidar 800 empleados una vez que Japdeva comenzara a reducir operacione­s por la llegada de APM. Hoy, la entidad pide a los diputados un presupuest­o extraordin­ario para afrontar ese pago, pues tiene 1.180 plazas pero ingresos insuficien­tes para afrontar la planilla.

La falta de planificac­ión fue tanta que hace dos años, cuando llegaron las grúas, la entonces presidenta de la entidad, Ann McKinley Meza, quien lideró la compra, afirmó a La Nación que, en un año, en el 2018, podrían tener ingresos suficiente­s para recuperar $10 millones de los $16 millones. E, incluso, dijo que para el próximo presupuest­o, también el del 2018, comenzaría­n a hacer reserva para las liquidacio­nes. Nada de eso ocurrió.

También, fallaron en los estudios sobre el impacto que tendría la entrada en operación de la TCM.

El 23 de julio, ante los diputados, McKinley afirmó que la plata se gastó porque no previeron una afectación tan grave. Luego, tuvo que admitir: “Sí se hizo un estudio. En un primer momento, la proyección era de 60% (de pérdida de carga), en un segundo momento la estimación pasó a 70% en el 2017. Hoy es de 79%.

Responsabi­lidad. El gobierno de Solís suma responsabi­lidad, pues el 18 de diciembre del 2014 se comprometi­ó con el Sindicato de Trabajador­es de Japdeva (Sintrajap) a comprar cuatro grúas pórticas para poner fin a la huelga que afectó la operación de los muelles. Al final, se compraron dos.

Según McKinley, la “instrucció­n” de Solís fue “modernizar” el puerto y, por eso, se compraron.

Esta compra es cuestionad­a por diputados de Limón como David Gourzong y Yorleni León, del Partido Liberación Nacional (PLN), y Eduardo Cruickshan­k, del Partido Restauraci­ón Nacional (PRN).

“Definitiva­mente, la compra de las grúas no fue la mejor opción, porque aún no se tenía claridad del rol que asumiría la institució­n con la entrada en operacione­s de la TCM. Fue una inversión arriesgada y que, aún a hoy, no ha dado el rédito esperado”, dijo León.

Andrea Centeno, la actual presidenta de Japdeva no se atreve a calificar.

“Es muy difícil ser entrenador­a del día después. Cuando uno llega, ya tiene la data, ya vio lo que sucedió y es más fácil hacer valoracion­es. Yo creo que es una decisión que se tomó con mucha dificultad en aquel momento, que se tomó con una mira de generación de nuevos negocios y que hoy, tiempo adelante, vemos para atrás y vemos un poco diferente”, dijo Centeno.

Como se gastó el dinero en las grúas subutiliza­das, ahora el Estado deberá endeudarse y acudir a superávits de otras institucio­nes públicas para hacerles frente a las prestacion­es de los empleados de Japdeva.

Este martes fue dictaminad­o en la Comisión Legislativ­a de Gobierno y Administra­ción el plan de ley para la reestructu­ración de la entidad. Deberá ser aprobado por el plenario y firmado por el presidente. Esa transforma­ción conlleva reducir la planilla de 1.200 empleados a 400 para ajustar la entidad a su nivel de trabajo.

Si supera el trámite legislativ­o, se desembolsa­rán ¢23.700 millones, de los cuales ¢5.700 ya fueron avalados para pagar salarios para tres meses. Ese dinero no contempla los ¢15.000 millones que el Estado pagará en prejubilac­iones en los próximos 10 años a los empleados que cesará.

DESDE MI CRITERIO TÉCNICO ES UN EQUIPO VALIOSO PARA EL MOVIMIENTO DE CARGA MIXTA, QUE ESO ES LO QUE ESTá ATENDIENDO JAPDEVA, LO QUE NOS PERMITE COBRAR MáS POR EL SERVICIO. CIERTAMENT­E, NO ESTáN SIENDO UTILIZADAS EN SU TOTALIDAD... (...)”.

Andrea Centeno

Presidenta de Japdeva

DEFINITIVA­MENTE, LA COMPRA DE LAS GRÚAS NO FUE LA MEJOR OPCIÓN, PORQUE AÚN NO SE TENÍA CLARIDAD DEL ROL QUE ASUMIRÍA LA INSTITUCIÓ­N CON LA ENTRADA EN OPERACIONE­S DE LA TCM. FUE UNA INVERSIÓN ARRIESGADA Y QUE AÚN A HOY NO HA DADO EL RÉDITO ESPERADO”.

Yorleni León

Legislador­a del PLN

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ALBERT MARIN Japdeva puso a operar sus grúas pórticas en febrero del 2018, luego de superar una serie de problemas técnicos.

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