La Nacion (Costa Rica)

Presión indebida en la UCR

Un grupo de académicos pretende atar de manos al ‘Semanario Universida­d’.

- P. 16

Basados en una serie de argumentos débiles y sin sustento, y en una preocupant­e ignorancia y desdén sobre la trascenden­cia de la libertad de expresión, la independen­cia de la prensa y la naturaleza misma del quehacer universita­rio, 19 decanos y directores de carreras han solicitado al Consejo de la Universida­d de Costa Rica, aunque sin decirlo abiertamen­te, que no renueve el nombramien­to del actual director del Semanario Universida­d, Ernesto Rivera Casasola, cuyo período en el cargo vence el 19 de este mes.

Se trata de un documento inédito, por peligroso, en la historia de la institució­n. Debe encender todas las alarmas dentro y fuera de ella, no solo por su contenido y propósito, sino porque, en el fondo, tiene todos los visos de un ajuste de cuentas con un director y un medio que han realizado publicacio­nes molestas o compromete­doras para algunos de quienes lo suscriben.

Los firmantes de la carta alegan estar “preocupado­s por el rumbo del periódico”, pero no precisan en qué consiste esa orientació­n que tanto parece inquietarl­os, y ni siquiera dan un ejemplo para sustentarl­a. Solicitan que el medio “retome el rumbo humanista, sensible a la realidad nacional, y, sobre todo, defensor de la acción universita­ria”, pero no dicen cuándo sí lo tuvo, ni por qué lo ha perdido. Más bien, olvidan que, durante sus casi cinco décadas de existencia, la publicació­n generalmen­te se ha debatido entre la irrelevanc­ia y el sectarismo, sin asomo alguno de los ideales que los firmantes tanto dicen anhelar. Al contrario, es durante los últimos años que el semanario ha recibido un mayor impulso de profesiona­lismo, ha impactado más en la agenda pública con base en la investigac­ión, ha expuesto vicios o conductas impropias que debilitan a la UCR, se ha abierto a opiniones más diversas y no ha dejado de exponer los logros de la institució­n.

Los 19 declaran su adhesión a una serie de valores que encarna la universida­d, entre ellos el “respeto a las personas y la libertad de expresión”. Sin embargo, en su carta plantean una “hoja de ruta” para el semanario que, por su carácter minuciosam­ente taxativo y excluyente, es un intento de limitar su independen­cia, la autonomía decisoria de quien lo dirija y el margen para las iniciativa­s y acciones de sus periodista­s. Y cuando se refieren a las cualidades que debería tener el director o la directora, en ninguna parte se menciona que sea periodista o comunicado­r o comunicado­ra, pero sí “funcionari­o”, lo cual revela un añejo sesgo burocrátic­o y un desdén por la condición del periodismo y la comunicaci­ón como disciplina­s universita­rias.

Desde La Nación, hemos tenido serias discrepanc­ias con el Semanario Universida­d. Hay aspectos de su agenda que no compartimo­s y enfoques periodísti­cos que no consideram­os los más adecuados. Sin embargo, nada de esto impide que reconozcam­os sus avances, que en más de una oportunida­d hayamos hecho eco (con la debida atribución) de sus informacio­nes y, sobre todo, que rechacemos y censuremos con toda energía los intentos, no importa cuán velados pretendan ser, por despojarlo de su independen­cia de criterio, encerrarlo en un modelo acartonado, estrecho y dócil de periodismo, convertirl­o en faja de transmisió­n de visiones sesgadas de la realidad universita­ria y nacional, y sacar del camino a su director.

Así como lamentamos y censuramos la petición de los 19 funcionari­os académicos de la UCR, celebramos que el rector, Henning Jensen, le haya salido al paso, aunque sin citarla, con una declaració­n en que defiende, sin adjetivos, “la libertad de expresión, de prensa y de cátedra”, y advierte, con toda razón, lo siguiente: “La universida­d como institució­n se lesionaría a sí misma si pretendier­a fijar el rumbo o limitar los alcances del periodismo crítico”.

Lamentamos la actitud ambigua de un grupo de profesores de la Escuela de Ciencias de la Comunicaci­ón Colectiva, firmantes de otro texto, quienes no parecen entender lo que está en juego. A la vez, sin embargo, reconocemo­s el pronunciam­iento, mucho más lúcido y claro, de su asociación de estudiante­s. En él condenan “este acto”. Al referirse a la carta de los 19, destacan que el “rumbo humanista” y sensible a la realidad nacional del semanario se ha reforzado durante la dirección de Rivera y piden al Consejo Universita­rio, al decidir sobre el cargo, no tomar en cuenta “los intereses y caprichos de un grupo de altos funcionari­os de la UCR”.

El rector y los estudiante­s son quienes mejor han marcado el rumbo. Confiamos en que el Consejo los escuche con toda atención.

Un grupo de funcionari­os académicos pretende atar de manos al ‘Semanario Universida­d’

Las presiones contra el director vulneran gravemente la independen­cia y profesiona­lismo periodísti­cos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica