Tren transita sobre finanzas descarrilladas
Incofer arrastra números rojos desde antes de reabrir servicio en 2005
El pasado viernes, Henry Vásquez esperaba el tren de las 7 a. m., en la remozada estación de Heredia, para dirigirse a San José.
Aunque tiene vehículo propio, Vásquez afirma que decidió utilizar el servicio de ferrocarril entre semana para librarse de las presas, llegar temprano y hasta hacer un poco de ejercicio, pues tiene que caminar cerca de 1 kilómetro desde la estación del Atlántico, en barrio Aranjuez, hasta su lugar de trabajo, en Los Yoses.
En la misma fila se encontraba ese día Fernanda Carrillo, alumna de Medicina. Cuando debe asistir a la universidad, la joven no duda en tomar el tren. El transporte la deja al frente de su centro de estudios y así evita atravesar el centro de la capital.
Razones similares son las que mueven a una gran cantidad de costarricenses a utilizar a diario los trenes del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer). De hecho, solo el año pasado un total de tres millones de pasajeros viajaron en sus vagones.
Sin embargo, pese a su popularidad, este servicio de transporte arrastra un déficit financiero desde muchos antes de que fuera reabierto, en el 2005. Así lo confirmó Elizabeth Briceño, presidenta ejecutiva del Incofer.
“Los trabajadores de contabilidad hicieron un análisis y desde el año 2000 el Incofer está en números rojos; parte de eso fue la justificación del cierre técnico en 1995”, señaló la jerarca.
Según el informe final de gestión 2014-2018 del Incofer, la institución pasó de tener un déficit de ¢1.583 millones en el 2013 a ¢6.595 millones el año pasado.
El reporte indica que el 2015 registró el hueco financiero más alto (¢28.589 millones) debido, según señala, a un incremento en la depreciación de los bienes.
También señala que ese año se iniciaron auditorías externas sobre los estados financieros de la entidad y comenzó la aplicación de las normas in