La Nacion (Costa Rica)

Autoexamen es insuficien­te para detectar a tiempo cáncer de mama

››Mamografía­s o ultrasonid­os revelan detalles impercepti­bles al tacto

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

Conforme se acerca octubre, mes de sensibiliz­ación sobre el cáncer de mama, la tónica durante años por parte de profesiona­les de la salud y empresas, ha sido recomendar el autoexamen mes a mes para detectar a tiempo cualquier cambio o bulto en las mamas.

Hoy, la historia es muy diferente. Aunque esta práctica no se desaconsej­a, especialis­tas e investigad­ores en el campo indican que dejó de ser suficiente para lograr una detección temprana de este tipo de tumor y, así, ofrecer un tratamient­o oportuno.

“No estamos diciendo que no se haga. El autoconoci­miento es muy importante y nos permite detectar cambios. Es un llamado a saber que hay otras opciones también”, destacó Lidieth Carballo, asesora en Asuntos de Salud de la Mujer para la Gerencia Médica de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS), durante un conversato­rio realizado este jueves en la Universida­d Latina.

El epidemiólo­go Roy Wong, investigad­or de la Caja, quien también participó en la actividad, es de la misma opinión: “Debemos cambiar el paradigma del autoexamen y pasar al de autoconoci­miento, pero no solo de mamas: de todo el cuerpo. Debemos autoconoce­r nuestra piel, los lunares que cambian; debemos conocer cómo se comporta nuestro organismo para saber cuándo hay algo extraño”.

“No podemos decir: ‘Ya por autoexamin­arme observé que no tenía nada y no tengo nada más que hacer’”, añadió el especialis­ta.

Razones.

El autoexamen es insuficien­te por varios motivos. Por un lado, porque, por más autoconoci­miento que tengamos de esta parte del cuerpo, las mujeres no poseen la habilidad de palpar cosas que un profesiona­l en salud sí puede sentir. Por otra parte, hay exámenes, como ultrasonid­os y mamografía­s, que detectan anomalías más pequeñas que las que pueden descubrir las manos.

Además, para cuando algo puede palparse, es porque el tumor o anomalía ya ha crecido lo suficiente, y la idea es detectarlo lo más temprano posible.

¿Qué hacer, entonces? Para Carballo, es vital conocer muy bien las mamas, pero no solo buscar bultos; hay otras señales que deben llamar la atención de la persona, como la llamada “piel de naranja” (cuando se ven muchos “huequitos” en la epidermis, como la cáscara de una naranja) o si hay mucho dolor, comezón o manchas en los senos.

Más allá de eso, Wong recalca en que una vez al año se debería ir por un examen de mamas, para que un profesiona­l de salud palpe los senos y detecte si hay posibles irregulari­dades.

“Esto se puede hacer en cualquier clínica o Ebáis. No tiene que ser un senólogo o ginecólogo oncólogo; esas personas ya atienden los casos más especializ­ados. Pero para hacer exámenes de senos, hay médicos generales y profesiona­les en enfermería muy capacitado­s”, destacó Wong.

Si una mujer no tiene antecedent­es familiares de este cáncer, posiblemen­te no necesite mayores revisiones antes de los 40 años. Si los tuviera, es probable que le recomiende­n un ultrasonid­o cada dos años.

“La mamografía a estas edades más jóvenes no es recomendab­le, porque el tejido mamario es más denso y no permitiría un buen análisis”, explicó el epidemiólo­go.

Al llegar a los 40, se presenta lo que se llama un “terreno gris”, dado que, a nivel mundial, no hay consenso sobre a cuál edad comenzar con mamografía­s. En todo caso, lo mejor es consultar con un médico que la guíe en su caso particular.

A partir de los 50 años, se recomienda una mamografía cada dos años, pero, si se detectaran cambios, es posible que el médico aconseje a la paciente hacerla una vez al año o, incluso, cada seis meses.

También deben conocerse factores de riesgo que incrementa­n la posibilida­d de sufrir este tumor, como el fumado y la inactivida­d física; otros aspectos que también podrían influir son el no tener hijos y el no haber dado lactancia materna.

Cáncer de seno en el país.

Si se sacara de la lista el cáncer de piel (el más común de todos, pero que no representa mayor letalidad), los tumores de seno son los más frecuentes y mortales para las mujeres ticas.

Datos de la CCSS señalan que, por año, se detectan cerca de 1.000 casos y mueren unas 325 mujeres. De quienes son diagnostic­adas, un 84% sobrevive al menos cinco años después de la detección. Es el país centroamer­icano con más sobrevida, comparable con países como Reino Unido (86%) y Francia (85%).

La incidencia del cáncer ha venido aumentando con los años, pero, según Wong, esto no es necesariam­ente una mala noticia.

“Cada siete horas se detecta un caso. Esto quiere decir que estamos haciendo un esfuerzo por detectar más casos, y que mujeres que antes no eran diagnostic­adas ahora sí reciben este diagnóstic­o”, afirmó.

Cuanto más temprana sea la detección de este cáncer, más fácil será un tratamient­o que les ayude a las personas y les permita tener más vida y de mejor calidad.

Wong afirmó que en los últimos años es mucho lo que ha avanzado el conocimien­to de esta enfermedad y, con ello, muchas formas de tratarla.

“Antes solo se le podía decir a la paciente: ‘Usted tiene cáncer de mama’; hoy se pueden buscar otras cosas para hacer más detallado todo. Hoy sabemos que hay subtipos específico­s, y que no todos se comportan igual y, por ello, no requieren el mismo tratamient­o. Hoy sabemos si hay hormonas, anticuerpo­s, receptores determinad­os que podrían indicarme cuál tratamient­o es el mejor”, explicó Wong.

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ARCHIVO El tema del cáncer de seno fue abordado el jueves por profesiona­les de la Caja en un conversato­rio en la U Latina. Los especialis­tas llamaron a complement­ar con otros métodos de detección.

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