Experiencia empieza en Taiwán
La creación de la variedad 2-18 se remonta a los años 90 en Taiwán, donde se comenzó a experimentar con plantas de banano in vitro para combatir la plaga, según explicó el director del Centro de Investigaciones de Corbana.
Después de estas pruebas, las plantas se enviaron a otros países asiáticos como Filipinas, donde la fruta ha servido para manejar la enfermedad. La variante somacrosal 2-18 también llegó a Bélgica y por convenios internacionales estas se pueden remitir a otras partes del mundo con fines científicos.
Según Sandoval, en Filipinas existen muchas áreas sembradas y la fruta se adaptó bien. Es un Cavendish similar en sabor al banano que se cultiva en el país, aunque su rendimiento es un poco menor.
“Si voy a obtener un racimo de 27 kilos, por ejemplo, con el banano que se siembra actualmente, con este (variedad 2-18) voy a tener 22 o 23 kilos, el rendimiento baja un poquito pero compensa porque resiste más a la enfermedad”, aseguró Sandoval.
A inicios de agosto, las autoridades fitosanitarias de Colombia confirmaron la presencia de la enfermedad en el continente, situación que representa un gran peligro para la producción nacional.
Hasta el momento, no existe un producto químico que sea eficiente para el combate del letal hongo, que puede sobrevivir en el suelo entre 30 y 40 años y que se dispersa con enorme facilidad, según advirtió, semanas atrás, el SFE.