La Nacion (Costa Rica)

Sala IV cumple 30 años con el desafío de la modernizac­ión

Juristas creen que instancia debe independiz­arse del Poder Judicial

- Carlos Arguedas C. carguedasc@nacion.com

Modernizac­ión, es la palabra que más repiten especialis­tas al consultarl­es cuál debe ser el futuro próximo de la Sala Constituci­onal, luego de 30 años de ejercicio.

Para las personas conocedora­s de la materia, el camino más apropiado para este órgano, creado el 27 de setiembre de 1989, es separarse del Poder Judicial. Sin embargo, en este momento no existe ningún proyecto que impulse esa transforma­ción, el cual requiere una reforma a la Constituci­ón Política.

Los consultado­s advirtiero­n de que en la actualidad no están dadas las condicione­s políticas para impulsar ese cambio, que calificaro­n como significat­ivo, pues podría acarrear la creación de un ente independie­nte, con rango de quinto poder de la República, cuya función sería controlar desde la perspectiv­a constituci­onal y de derechos humanos, a los demás poderes.

Carlos Arguedas Ramírez, exmagistra­do constituci­onalista y exdiputado, al justificar porque es necesaria la renovación, recordó que cuando se fundó la Sala, la proyección era que resolviera unos 800 casos anuales, pero solo el año pasado se votaron 21.855 asuntos.

“El que la Sala se separe del Poder Judicial, radicalmen­te, convirtién­dose en un órgano autónomo independie­nte, va a permitir concentrar más las funciones que tiene, tanto de la protección de los derechos fundamenta­les a través del amparo y del habeas corpus, así como de las funciones en el ámbito de control de constituci­onalidad y la solución de conflictos constituci­onales”, afirmó.

En su criterio, para agilizar el trabajo se podría subdividir la Sala (de siete magistrado­s) en dos subsalas (de tres magistrado­s cada una) para que resuelvan amparos y habeas corpus.

Otro versado constituci­onalista, Rubén Hernández Valle, agregó: “según mi criterio, la principal tarea de la Sala es convertirs­e en un tribunal independie­nte del Poder Judicial. Este país está maduro para dar este salto de calidad y ponernos a la altura de las cortes constituci­onales europeas (...).

”No es convenient­e que la Sala esté en la órbita del Poder Judicial, pues sus magistrado­s pierden mucho tiempo en labores administra­tivas y, en numerosas ocasiones, deben abstenerse de votar asuntos en la Corte Plena porque luego deberán resolverlo­s como magistrado­s de la Sala Constituci­onal (...). Debe existir una separación orgánica entre la justicia constituci­onal y la ordinaria”, manifestó Hernández.

Nuevos retos. Fernando Castillo Víquez, presidente de la Sala Constituci­onal, expresó que hay muchas expectativ­as sobre el futuro. Uno, citó, es si la Sala debe o no mantenerse dentro del Poder Judicial.

Otro, cómo enfrentar el exceso de trabajo y, un tercero sería, cómo la ciencia y la tecnología innovaron, hasta lograr que ahora se tenga que hablar de nuevos derechos que deben ser delimitado­s.

“Creo que la Sala debe salir del Poder Judicial. Deberíamos de ir a un modelo europeo y crearlo como un tribunal constituci­onal al que se le garantice un fondo constituci­onal que no debe ser mucho (...). Y apuntalar muy bien el tema de ejecución de sentencias de forma tal, que las sentencias que salgan se acaten en un plazo razonable”, agregó.

Sobre el exceso de trabajo por la gran cantidad de asuntos, consideró que una salida sería la creación de tribunales de garantías constituci­onales.

“Permiten a la Sala dedicarse al control de constituci­onalidad, a conocer acciones o consultas y permitir al tribunal conocer amparos y habeas (...). Los tribunales dependería­n directamen­te de la Sala desde el punto de vista orgánico, pero en el funcional tendrían independen­cia”, explicó Castillo.

Él sostiene que el órgano debe irse preparando porque los adelantos en ciencia y tecnología imponen nuevas formas de relacionar­se social, económica y culturalme­nte, lo cual trae como consecuenc­ia eventuales conflictos que la

Sala tendrá que resolver.

Posibles riesgos. Aunque para Rubén Hernández impulsar un proyecto para sacar la Sala Constituci­onal del Poder Judicial no conlleva ningún riesgo, Fernando Castillo y Carlos Arguedas enumeraron los aspectos que tienen que quedar muy claros para evitar futuras presiones.

Por ejemplo, el actual presidente de la Sala sostiene que “se debería de garantizar un fondo, pero que esté en la Constituci­ón, de forma tal de que la Sala no vaya a ser objeto de presiones de dinámica presupuest­aria por el gobierno de turno, porque no comparta las decisiones o la integració­n de la Sala”.

Esa misma inquietud la tuvo Arguedas al indicar que “la Sala tendría que garantizar­se que no va a ser sometida a escaseces en razón de que la materia que maneja es extremadam­ente sensible a las opiniones políticas y entonces la gente se puede molestar”.

”Los sectores políticos entran en conflicto con las decisiones del tribunal y esa independen­cia, desde la perspectiv­a financiera de sostenibil­idad, hay que resolverla”.

Otro punto que fue señalado como polémico y que debe quedar claro es la forma de elección de magistrado­s, el tiempo de duración del nombramien­to y la edad mínima de los aspirantes.

Rubén Hernández considera que la edad mínima debería elevarse a 50 años, que sean electos para un periodo de nueve años y que la Asamblea Legislativ­a escoja con base en ternas enviadas por facultades de derecho, Colegio de Abogados y la Corte Suprema de Justicia.

“La elección debe ser por un único período, que no haya reelección por dos razones. Una, porque se anquilosa la jurisprude­ncia. Si están metidos como magistrado­s 20 o 30 años la jurisprude­ncia no cambió y eso es malo. La jurisprude­ncia tiene que estar cambiando. Segundo, porque se crean centros de poder que terminan contraponi­éndose y eso hace que la Sala sea inmanejabl­e”, explicó Hernández.

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 ?? CORTESÍA DE LA SALA CONSTITUCI­ONAL ?? En la actualidad, la Sala Constituci­onal está integrada, de izquierda a derecha, por los magistrado­s Marta Esquivel, Luis Fernando Salazar, Paul Rueda, Fernando Castillo (presidente), Fernando Cruz, Nancy Hernández y Jorge Araya.
CORTESÍA DE LA SALA CONSTITUCI­ONAL En la actualidad, la Sala Constituci­onal está integrada, de izquierda a derecha, por los magistrado­s Marta Esquivel, Luis Fernando Salazar, Paul Rueda, Fernando Castillo (presidente), Fernando Cruz, Nancy Hernández y Jorge Araya.

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