¿Restaurados?
Pensé que nunca es cribiría lo que sigue pero me alegra po der hacerlo: tras un período de coque teos obstruccionistas, el Par tido Restauración Naciona (RN) parece decidido a pro mover la gobernabilidad de país. Las señales en este senti do se han venido acumulando desde hace meses, pero alcan zaron su punto más explícito el miércoles, con las declara ciones de su jefe de fracción Eduardo Cruickshank.
Identifiqué en ellas do puntos cruciales. Primero anunció que no bloquearán proyectos que interesen a Ejecutivo como vía para im poner sus criterios sobr otros temas; mencionó, con cretamente, la norma técnica sobre el aborto terapéutico Segundo, censuró la iniciati va de crear la figura de “unio nes civiles” para bloquear e matrimonio igualitario, po contradecir lo resuelto por la Sala Constitucional. Y aña dió sobre sus proponentes “Están mintiendo y una ve más no les importa polariza al país a través de este tipo d engaños”.
No los mencionó, pero su blanco principal fueron lo “hermanos separados” fiele a Fabricio Alvarado, autore de los chantajes al Ejecutivo pero también el PUSC, que en otro arranque de miopía decidió acompañarlos en e malogrado proyecto sobr uniones. Sin embargo, lo má importante no es a quiéne acusó, sino las dos promesa que hizo, una explícita (no obstruir para imponer) y otra implícita: rechazar la polari zación artificial de los ciuda danos como estrategia polí tica. Esta última es, a la vez un acto de expiación, porqu fue ese partido, con Fabricio Alvarado como candidato, e que exacerbó las divisione para impulsar su candidatura en el 2018. En buena hora e cambio.
Además de decir, RN tam bién ha hecho. Tras oponers a la ley fiscal (una falla), dio cinco votos a la reforma de reglamento legislativo, sei para impulsar alianzas públi co-privadas en obra pública seis en pro de la educación dual y tres para regular la huelgas. Además, se sumó al consenso sobre teletraba jo y ha apoyado la agenda d ingreso a la OCDE. Las elec ciones municipales, con can didaturas en los 82 cantones serán otra gran prueba: si en ellas, efectivamente, se aleja de la polarización gratuita añadirá otra razón para pen sar que ha madurado como partido.
¿Un Restauración restau rado? Así parece. Si es de ver dad, el país ganará.