La Nacion (Costa Rica)

Defendemos la independen­cia judicial porque es una garantía para la democracia

- FIRMA RESPONSABL­E: Fernando Cruz Castro Presidente de la Corte Suprema de Justicia

La independen­cia judicial es un principio fundamenta­l de la democracia, que asegura la separación de poderes y consolida la existencia de un Estado constituci­onal de derecho. Así, lo han reiterado cortes de justicia, tribunales constituci­onales y la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos.

Esas declaracio­nes deben traducirse en una fortaleza que cobije a la justicia para que esta resista los embates del poder y sus intentos de imponerse en detrimento de la sociedad democrátic­a. Debilitar al Poder Judicial es minar una garantía que pertenece a la ciudadanía.

La independen­cia judicial es débil; requiere un reconocimi­ento normativo y sociocultu­ral bien definidos, de lo contrario, el poder judicial se convierte en uno de segundo orden, en un subalterno de los otros poderes.

La judicatura, de ningún escalafón y rango, puede ni debe nadar en las aguas políticas del Poder Ejecutivo y del Parlamento. Los vasos comunicant­es entre ambos permiten neutraliza­r, si se lo proponen, al que decide conflictos y es determinan­te en el equilibrio de poderes: el judicial.

La particular­idad de las funciones jurisdicci­onales conlleva específica­s garantías, que se manifiesta­n en el respeto de la autonomía, independen­cia e imparciali­dad del juez. Si esas garantías no se definen adecuadame­nte, imponiendo límites claros a los otros poderes, la independen­cia judicial se convierte en una frase sin contenido y sin vigencia.

Los jueces de la República, en el ejercicio de sus funciones, están sometidos al mandato que les imponen la Constituci­ón Política, los tratados internacio­nales de derechos humanos y las leyes.

Hemos experiment­ado una grave crisis, pero con las decisiones tomadas se demostró que, independie­ntemente del puesto o la jerarquía, nadie se encuentra por encima de la Constituci­ón o de la ley. Trabajamos de manera firme y constante para recuperar la confianza de la ciudadanía y la legitimida­d, lo cual hacemos con humildad y autocrític­a constante.

Sobre las iniciativa­s de “remozar”, “refrescar” y “renovar” la Corte Plena, tendremos la oportunida­d de ocuparnos y pronunciar­nos cuando los proyectos de ley nos sean remitidos a consulta por la vía del artículo 167 de la Constituci­ón Política.

De lo que sí me ocupo de manera inmediata, y así lo externo públicamen­te en esta carta que comparto con la ciudadanía, es sobre las manifestac­iones del legislador del Partido Unidad Social Cristiana Pedro Muñoz Fonseca, publicadas en medios de comunicaci­ón nacionales, a los cuales declaró que una división interna repercute en “juzgados” y hasta en la “Fiscalía”, por la forma como se resuelven casos y se dejan de conocer algunos, según consignó el diario La Nación en la edición impresa del 4 de noviembre.

Muñoz afirma: “Hay una pelea entre dos bandos, y esa división no solo influye en las resolucion­es, sino también en los casos que se conocen, en los desestimad­os y en los que se dejan de conocer”. Desconocem­os a cuáles casos se refiere el legislador y qué injerencia impropia han tenido algunos magistrado­s en el juzgamient­o de algunos asuntos, por ello, lo insto a presentar las denuncias ante los órganos correspond­ientes.

Las acusacione­s públicas son graves porque no solo dañan el honor de personas, sino que además lesionan la administra­ción de justicia, pues insinúan una debilidad interna del Poder Judicial, de juzgadores vulnerable­s a presiones, que incumplen su responsabi­lidad de ejercer sus funciones con la independen­cia y autonomía que les otorgan las leyes.

Es relevante que una voz con tanta autoridad, como la de Pedro Muñoz, diga en cuáles procesos la acción de los magistrado­s ha influido en el juzgamient­o, desestimac­ión y postergaci­ón de asuntos sometidos al conocimien­to del

Poder Judicial.

No puedo ser indiferent­e ante una denuncia tan grave, hecha por un parlamenta­rio tan destacado como Pedro Muñoz. Es necesario que las denuncias tengan una identidad clara para corregir los extravíos de un sistema judicial que siempre debe prestar oídos a las críticas y las descalific­aciones.

La Corte Plena es un órgano deliberati­vo integrado por 22 magistrado­s, elegidos en un proceso público llevado a cabo en la Asamblea Legislativ­a. Las decisiones se toman luego de analizar y discutir asuntos que después constan en actas públicas aprobadas y publicadas en el sitio web de la institució­n.

Desde diciembre del 2016, las sesiones públicas se transmiten vía streaming, cuyo enlace se comparte en las redes sociales del Poder Judicial. Los asuntos que por disposició­n de la Ley Orgánica del Poder Judicial no son públicos, como los procesos disciplina­rios y los jurisdicci­onales con fuero especial, se documentan detalladam­ente, se dicta una resolución motivada, en la que se expresan las razones que sustentan la decisión de la Corte Plena.

Como presidente del Poder Judicial, le ruego señalar los casos en que se han tomado acciones o haya habido influencia­s indebidas porque la fortaleza y el vigor de la institucio­nalidad judicial no dependen de la renovación de la cúpula judicial; requiere una reacción oportuna a una denuncia tan grave como la que ha expresado una autorizada voz del Parlamento.

Escuchar las críticas y las descalific­aciones es un deber ineludible que tengo desde la presidenci­a del Poder Judicial. Por eso planteo esta respetuosa instancia al parlamenta­rio Pedro Muñoz Fonseca.

 ?? RAFAEL PACHECO GRANADOS ??
RAFAEL PACHECO GRANADOS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica