Diseño de una ‘pequeña caja’ será un logro determinante
El experimento no solo es la parte biológica, también tiene que ver con el diseño del equipo mecánico donde se transportarán las nueve muestras; este también albergará la interacción entre Fusarium y Trichoderma.
Se trata de un cubo de 10x10x10, que opera completamente de manera automatizada. Si no fuera así, tendrían que pagar por el tiempo de los astronautas en la EEI, lo que elevaría los costos.
Esta pequeña caja será capaz de tomar fotos de las muestras, para ver cuánto han crecido, durante al menos seis días que duraría el experimento.
Una vez que se dé la interacción entre las dos partes y cumplido el tiempo previsto, se congela el material biológico, a -20° C, para luego ser analizado en la Tierra.
En cuanto al proceso de control en la Tierra, se analizarán muestras bajo condiciones normales del planeta y otras que serán colocadas en un aparato llamado Clinostat, que rota continuamente el material, de tal forma que pretende imitar la microgravedad.
El planteamiento los llevó hasta la final de la competencia MIC y a que recibieran una invitación para presentar su propuesta de experimento durante la sexta reunión global de UNISEC que se llevará acabo en Tokio, Japón, del 28 de noviembre al 3 de diciembre.
Los ganadores del primer y segundo lugar de este certamen reciben fondos de un 25% y 10%, respectivamente, para hacer realidad sus misiones al espacio.
Los jóvenes miran más allá de Tokio, pues, de forma paralela, se asesoran con expertos y hacen contactos con empresas para hallar las mejores condiciones para materializar su proyecto.