Extrema derecha de España pierde el miedo y sale a conquistar votos
››Vox apela al nacionalismo, el rechazo al aborto y a los inmigrantes
MADRID. AFP. Comparten sus videos en redes sociales y agitan sus banderas españolas en la calle. Los votantes de la extrema derecha del partido Vox se exhiben sin complejos, seguros de que su partido dará la campanada en las legislativas del domingo, sacando provecho de la tensión en Cataluña.
“Cada vez es menos tabú el ser de Vox; antes parecía algo malísimo, pero ahora es cada vez menos tabú”, afirma Marcos Álvarez, médico de 31 años.
Al igual que él, 2.000 personas participaron recientemente en un mitin de Vox en Santander (noroeste). Hombres, mujeres y niños agitaban con fervor la bandera rojigualda, incluso al ritmo del himno de la Legión El novio de la muerte, antes de estrenar frente al mar paraguas patrióticos comprados al partido.
La elegante Santander, sede del banco del mismo nombre, es un feudo del Partido Popular (PP, conservador) en la región de Cantabria, donde Vox espera obtener por primera vez un diputado.
“Yo soy de Santoña, un pueblo marinero, y como yo, hay bastante gente que está por Vox”, incluso antiguos votantes socialistas, señala Alfonso Albeniz, un “capitán de pesca” de 64 años ya retirado, que anteriormente votó por el PP.
Crecimiento.
Tras irrumpir con fuerza en el Parlamento en abril, el partido se ha normalizado en el paisaje político español desde que la derecha se apoyó en él para conquistar o conservar el poder en diferentes regiones y ciudades, como Madrid.
Los sondeos le atribuyen hasta 49 diputados, contra 24 que tiene actualmente.
Su líder, Santiago Abascal, se encontró el lunes en el centro de un debate televisado, el primero en que participó la ultraderecha desde el restablecimiento de la democracia en 1977, multiplicando exageraciones y mentiras.
Fundado en el 2014, “Vox es un partido comparable a otros en Europa, de derecha populista radical y de extrema derecha”, como Agrupación Nacional, de Marine Le Pen (Francia), o la Liga, de Matteo Salvini (Italia), explica el historiador Xavier Casals.
Proviene del “ala dura del PP y utiliza temas que el PP había inicialmente planteado en el debate público y había retirado”, agrega el especialista en extrema derecha: el rechazo al aborto, al matrimonio gay o a la ley contra la violencia de género, que el partido acusa de “criminalizar al hombre”.
Abascal mantiene un discurso de “los españoles primero”, muy hostil hacia los inmigrantes, que pretende asociar con “manadas” de violadores.
Unidad nacional.
“Pero el an tiseparatismo sigue siendo e artículo estelar de su ‘fondo de comercio’ y Vox puede canali zar gran parte de la reacción contra el secesionismo” cata lán, estima Casals.
Los recientes disturbios en Cataluña, en reacción a las condenas de cárcel a nueve dirigentes independentistas por el intento de secesión en e 2017, reforzaron la cólera de su electorado.
Persuadido de que los se paratistas “están destrozando Barcelona y Cataluña”, Al fonso Albeniz aplaude cuan do Abascal propone eliminar el problema prohibiendo los partidos independentistas suprimiendo las autonomías regionales o arrestando “in mediatamente” al presidente catalán, Quim Torra.
La comunicación de Vox se basa en la imagen de su líder de 43 años, antiguo miembro del Parlamento vasco por e PP, que un video proyectado en los mitines muestra atra vesando campos y bosques en actitud viril, hasta las cum bres de unas montañas.
Abascal cuenta también con haberse beneficiado de su paso por un popular programa humorístico, donde se mostró bromista, respondiendo con un “no”, ante cuatro millones de telespectadores, al anima dor que le preguntó: “¿No eres facha (fascista)?”.
Los vínculos del nuevo par tido con los defensores de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) no se asumen públi camente y cuando un simpa tizante enarbola una bandera franquista en el mitin, un or ganizador le pide guardarla.
Pero Abascal califica de “profanación” la exhumación de Franco de su gigantesco mausoleo y afirma que el ver dadero objetivo del presidente del Gobierno, el socialista Pe dro Sánchez, es “derrocar” a rey Felipe VI.
En Santander, el dirigente regional de Vox, Ricardo Ga rrudo, concluye su discurso apelando a una “España libre (...) unida y grande otra vez” recordando el lema franquis ta: “Una, grande y libre”.