Deyver sortea obstáculos y vuelve a recobrar su brillo
Deyver Vega fue clave para el Saprissa en el Invierno 2014. Con el conjunto tibaseño consiguió su estrella 31, un torneo que le sirvió para convertirse en una realidad y en el “futbolista de moda”.
Hoy, Vega lucha por esa consolidación, pero fuera de Costa Rica, donde sortea obstáculos para volver a ser el jugador desequilibrante que brilló en la S.
Deyver partió a Noruega en marzo del 2016 con la clara intención de avanzar en su carrera profesional, conseguir desarrollo personal y tener, en paralelo, la oportunidad de meterse en la Selección Nacional.
Pero, con la llegada del primer invierno fuerte, comenzaron las lesiones. En el 2017, fueron los isquiotibiales de la pierna derecha (parte posterior del muslo).
“En Saprissa nunca padecí de isquios, pero es que acá uno se enfrenta a otra intensidad, otro ritmo, más en la liga nórdica, que es más intensa por el clima”, expresó.
Debido a las bajas temperaturas, los músculos del sancarleño lo comenzaron a atormentar. El cuerpo del futbolista se enfrentaba al desgaste físico, en muchas ocasiones a -0 grados centígrados.
Luego de que en el 2017 sufriera un desgarro en la pierna derecha, que se repitió un año después, Vega pidió asesoramiento en el club para fortalecerse. El golpe que prendió las alarmas fue perderse la última convocatoria a la Selección Nacional, en noviembre del 2018, cuando Rónald González lo llamó para los juegos ante Chile y Perú.
“Cuando, en noviembre pasado, tuve una lesión y no pude ir a la Sele, fue difícil. Tuve un desgarro del que empecé a recuperarme en Costa Rica.
”Luego se dio lo del Valerenga y desde que llegué, nos enfocamos en estar bien. Hice la pretemporada bien y me fueron introduciendo poco a poco; por ejemplo, jugaba 15 minutos y así, de igual forma continué sumando y si usted ve los números, prácticamente, solo me he perdido seis partidos. Ha sido un proceso de precauciones, pero he logrado aportar”, contó.