La Nacion (Costa Rica)

Profesor de la UCR llamaba ‘infrahuman­os’ y ‘maricones’ a alumnos

9 estudiante­s de Odontologí­a lo denunciaro­n

- Daniela Cerdas E. daniela.cerdas@nacion.com

“Relatan los denunciant­es que Ottón Fernández los humillaba usando términos como maricones, pendejos, cobardes, residentes de mierda, inútiles, infrahuman­os. Los humillaba en idioma alemán; él mismo solicitaba a un estudiante que hiciera la traducción”.

Este texto forma parte del Informe Final Recomendat­ivo de la Comisión Instructor­a Institucio­nal de la Universida­d de Costa Rica (UCR) que realizó una investigac­ión, en el 2016, de nueve denuncias de estudiante­s de posgrados de Odontologí­a (Odontopedi­atría y Protodonci­a) en contra de Ottón Fernández López, quien fungió como director de esta unidad y, además, es docente catedrátic­o de esa universida­d.

La Comisión notificó el informe final a las partes la semana anterior. Recomendó el despido sin responsabi­lidad patronal de Fernández no solo por las humillacio­nes a sus alumnos, sino por propinarle­s amenazas y pedirles “donaciones” de hasta $7.000 anuales por estar en el posgrado, aunque esto no era permitido.

Además, se le investigó por llevar equipo dental de la UCR, que se usa solo para el aprendizaj­e de los alumnos, para hacer tratamient­os en su clínica privada.

Apegado a normativa. La Nación contactó a Fernández para que se refiriera a lo que dice el informe.

Indicó que el proceso administra­tivo aún no ha finalizado (falta que las autoridade­s tomen una decisión con base en el informe final de la Comisión) por lo que, por recomendac­ión de su abogado, no se podía referir al tema.

“Dependiend­o de su resolución final, quedará sujeto a la valoración y determinac­ión de los Tribunales de Justicia y será, en todo caso, un juez de la República, quien determine la verdad real de los hechos.

”Únicamente le adelanto, con absoluta certeza, que mi proceder personal, moral y profesiona­l ha estado apegado a la normativa universita­ria y al ordenamien­to jurídico en general”, dijo el docente quien, desde el 2016, se separó de su puesto como director de posgrados de Odontologí­a mientras se realizaba la investigac­ión.

Por estos hechos, la Comisión concluyó que Fernández incurrió en nueve infraccion­es, por lo cual se recomendó imponer, por cada una de ellas, una suspensión sin goce de salario por cinco días por las graves, y ocho por las muy graves.

Humillacio­nes. Durante las audiencias, los estudiante­s relataron que Fernández, de 55 años, usaba las horas de clase de los cursos de Seminario Interdisci­plinario y Revisión de Literatura de Prótesis Fija para humillarlo­s y, por lo tanto, no se aprendía nada. El comportami­ento estaba tan normalizad­o que lo hacía frente a otros docentes, señala la investigac­ión.

“Cuando alguien no respondía como él quería, decía que éramos idiotas, pendejos, mediocres y palabras en alemán. Hacía humillacio­nes y gritaba frente a los pacientes de la clínica. Una alumna salió llorando e incluso vomitó por lo violento de la situación que se había presentado con el Dr. Ottón Fernández”, describe el informe.

Él también se refería con palabras soeces a otros docentes de la Facultad de Odontologí­a, según los relatos de los estudiante­s: “profesorci­ta de mierda, hijuep...”, eran algunos de los adjetivos que utilizaba contra sus colegas, precisa la investigac­ión.

La Comisión indicó que los hechos denunciado­s “se encontraba­n debidament­e probados y corroborad­os” y que correspond­en a hechos “muy graves, totalmente injustific­ados”.

Además, durante el posgrado, una de las alumnas quedó embarazada. Al tener a su hijo, ella necesitaba ir a citas médicas del niño en el Ebáis, que coincidían con las clases. Según contó, Fernández le dijo que tenía “terminante­mente prohibido” asistir a las citas medicas de su hijo y faltar a clases.

“Yo le expliqué que debía ir a las citas de las vacunas y me dijo que eso era prohibido, estábamos en un seminario. Delante de los compañeros, me lo decía. Se me salía la leche porque no me dejaba ir a sacármela. Él me infundía miedo, me sacó de los cursos solo por quedar embarazada. A mí me dijo que era idiota y mala madre”, expresó la alumna a la Comisión.

Cobros de $100 ‘sin factura’.

Las entrevista­s para el proceso de admisión de los posgrados se llevaron a cabo en la sala de la casa de Fernández o en el área de recreo del residencia­l donde vive. Eso, según la comisión, es una violación de todo protocolo universita­rio.

Previo a la entrevista, les cobraba $100, los cuales no estaban autorizado­s por el Sistema de Estudios de Posgrado (SEP). Para la Comisión, “era un cobro indebido”.

”Sobre el pago de los $100 por admisión, fue en la casa de Ottón y no nos dieron factura, no sé por qué nos cobraban esos $100”, dijo uno de los alumnos.

El tema más importante durante la entrevista para la admisión a la maestría eran las posibilida­des de pago de entre $3.500 y $7.000 como parte de una donación al posgrado para “contar con materiales en la especialid­ad”. El pago era obligatori­o si querían permanecer y se les cobraba multa si se atrasaban con el pago de la “donación”.

El cobro tampoco estaba autorizado por el SEP, ya que esos posgrados se financian con recursos de la UCR y con la matrícula a la especialid­ad.

Según dijeron los alumnos, los depósitos tenían que hacerlos a las cuentas de la Fundación de la UCR.

La Contralorí­a Universita­ria hizo una investigac­ión por esos cobros en el 2016, los cuales se hicieron entre 2009 y 2015. Concluyó que el cobro era injustific­ado y carecía de estudios técnicos, por lo cual se le devolvió el dinero a esa generación y a las anteriores.

La Contralorí­a, además de los cobros, tuvo conocimien­to de los malos tratos a los estudiante­s por no pagar. Sin embargo, los investigad­ores en su informe “no encontraro­n irregulari­dades” y se limitaron a dar recomendac­iones.

Recursos públicos. Una estudiante recibió una llamada de Fernández, en setiembre del 2015, en la cual le ordenó a ella y una compañera llevar el horno del porcelana del laboratori­o de la UCR hasta la clínica privada del docente, dice el informe de la Comisión.

“Sobre el horno, el conserje nos ayudó a sacarlo y nos fuimos en taxi a dejarlo en la clínica el Dr. Fernández. El horno lo sacamos sábado y quedó en la clínica del Dr. Fernández, nos devolvimos al laboratori­o y no supe más del horno”, contó una de las alumnas.

Otra relató que Fernández le dijo que lo acompañara un sábado a dar un curso privado, en Liberia, para unas 10 personas (por el cual cobraba cerca de $1.500 por persona), y que debieron sacar de la UCR un radiovisóg­rafo y también un micromotor.

Según la Comisión, Fernández incumplió responsabi­lidades al sacar el equipo para actividade­s no universita­rias, sin los respectivo­s permisos y en carros no autorizado­s.

Según otro relato, a lo largo del 2015 realizaron implantes a pacientes de la UCR (ellos le pagan a la universida­d estos procedimie­ntos), pero en la clínica privada del exdirector de Posgrados.

Estos procedimie­ntos se realizaban incluso domingos, para lo cual se llevaban a la clínica del profesor materiales como servilleta­s, gasas y otros de la UCR.

CUANDO ALGUIEN NO RESPONDÍA COMO ÉL QUERÍA, DECÍA QUE ÉRAMOS IDIOTAS, PENDEJOS, MEDIOCRES Y PALABRAS EN ALEMáN. HACÍA HUMILLACIO­NES Y GRITABA FRENTE A LOS PACIENTES DE LA CLÍNICA. UNA ALUMNA SALIÓ LLORANDO E INCLUSO VOMITÓ POR LO VIOLENTO DE LA SITUACIÓN QUE SE HABÍA PRESENTADO CON EL DR. OTTÓN FERNáNDEZ”. Comisión Instructor­a UCR

Informe

$500. “Por estas cirugías, se les cobraba a los pacientes $500 por el implante y el pago debía ser en efectivo. Otros estudiante­s relataron que no solo atendían a pacientes de la UCR en el consultori­o privado del denunciado, sino también que, siendo ellos alumnos del posgrado, el doctor los ponía a hacer tratamient­os a sus pacientes privados”, contó uno de los alumnos.

La recomendac­ión de la Comisión sobre estos hechos fue: “La prueba existente es amplia y suficiente, sobre la demostraci­ón de existencia de actos violatorio­s de la confianza y que al encontrars­e reglamenta­da la conducta reprochada, existe causalidad, actualidad y proporcion­alidad para recomendar a través de este informe, el despido sin responsabi­lidad patronal”, dice la Comisión a las autoridade­s universita­rias.

Según este órgano, hay, además, una posible transgresi­ón de las disposicio­nes contenidas en la Ley contra la Corrupción y Enriquecim­iento Ilícito en la Función Pública.

“Las conductas desplegada­s por parte del Dr. Fernández López se resumen en la puesta en riesgo del control institucio­nal y transgresi­ón a la Ley contra la Corrupción y Enriquecim­iento Ilícito en la Función Pública”, concluye.

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Ottón Fernández, exdirector del posgrado de Odontologí­a de la UCR, aseguró que como el proceso administra­tivo aún no ha finalizado, no se referirá al tema por recomendac­ión de su abogado.

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