Lujos monárquicos
En la monarquía absoluta, el rey tiene el poder; no existe la división de poderes. En Costa Rica, la cúpula del Poder Judicial se convirtió en una especie de monarquía ingrata y vergonzosa. Sus reyes viven de jugosos ingresos pagados por los pobres súbditos. Sus pensiones heredables llegan a convertirse en mares de dinero, mientras sus vasallos ganan apenas para salir de deudas y darles de comer a sus hijos.
Aumentaron sus salarios, procedimiento habitual en esa forma de gobierno, solo que ahora se le llama bono gerencial. Hace poco, se tomó la decisión de investigar al rey supremo por supuestamente allanarle el camino a una subalterna para que gozara de una pensión, pese a que el propio aparato judicial la está investigando.
Brillantes hombres de apellidos Blanco, Herrera, Castro, Ulloa, Jiménez, Serrano, Esquivel, Guardia, Baudrit, Coto, Odio, Blanco y Cervantes, entre otros, volverían a morir, esta vez de la vergüenza de reconocer que el honorable cargo que los inmortalizó fue convertido en una burda fuente mercantil de ingresos personales y que sus sucesores, en nombre de una alegada división de poderes, no pueden emular.
Daniel Madrigal Sojo
Mi esposo y yo fuimos a almorzar a Subway de Santa Cruz, Guanacaste, y sufrimos un inconveniente. Busqué en Internet un sitio para quejarme y no lo encontré, por lo que envié mi comentario a través de la página de empleo de la empresa y en el correo donde me había afiliado para obtener puntos. Me llamaron para hacerme una encuesta y me comentaron que mi caso “es aislado”.
La empresa debería considerar que si no disponen de un sitio digital visible y eficaz para escribir sugerencias o quejas, nadie podrá dejar sus comentarios.
María del Mar Burbano
En el centro de la capital abundan los indigentes. Me satisface observar grupos organizados dándoles asistencia. Eso se llama solidaridad. No hay prejuicios. Las acciones sirven de ejemplo para que los pensionados de lujo se inspiren y hagan su aporte solidario a los más necesitados.
Las pensiones se crearon para disfrutar de una vejez digna; no para enriquecerse, como sucede con los pensionados de lujo que bajo regímenes injustos hacen su agosto. Tenemos jubilados muy jóvenes y otros que reciben hasta dos o tres pensiones, lo cual ocasiona una odiosa diferencia social. El recorte solidario requiere inmediatez para aliviar a miles de hermanos en extrema necesidad. Es un deber moral.
Elías A. Esquivel Salas
En respuesta a la carta de Virginia Guerrero Loaiza, titulada “Paciente de 93 años sin atender” y publicada el 14 de noviembre, el Hospital Maximiliano Peralta aclara que en ningún momento se le ha negado la atención al adulto mayor mencionado; de hecho, en los registros no aparecen visitas recientes a Emergencias u otros servicios.
En consideración de la inquietud de la familia, el jueves se le trasladó al servicio de Emergencias, donde permaneció en observación y fue visto por una especialista en geriatría, quien le brindó las atenciones requeridas. Posteriormente, se le dio de alta.