La Nacion (Costa Rica)

Confusione­s y verdades a medias

Las omisiones y faltas a la lógica de la respuesta del diputado Daniel Ulate a nuestro editorial son fáciles de demostrar.

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Un confuso artículo del diputado Daniel Ulate, publicado en estas páginas el jueves, procura refutar nuestro editorial del 8 de noviembre, titulado “Insinuacio­nes, contradicc­iones y anónimos”. Sus imprecisio­nes, omisiones y faltas a la lógica son fáciles de demostrar, como lo haremos a continuaci­ón.

El legislador repartió un panfleto sin firma en el plenario de la Asamblea Legislativ­a para señalar la presencia de dos directivos de la Cervecería Costa Rica en la Junta Directiva de La Nación. Esa informació­n es pública y aparece en las páginas de las dos empresas en Internet. Su divulgació­n a nadie ofende. La pregunta es si la dignidad del cargo es compatible con la difusión del dato mediante un panfleto anónimo, con dibujo de cajitas y siluetas como si se tratara de la revelación de una conspiraci­ón siniestra. Ulate conoce la respuesta. Por eso, insiste en que la informació­n le fue proporcion­ada por terceros y solo la “compartió” con otros diputados, pero en ningún momento se refiere al método empleado.

La imagen de un diputado con una resma de hojitas en la mano que contenían un mensaje anónimo, repartiénd­olas de curul en curul para atacar a un periódico crítico de sus actuacione­s, basta para entender la omisión. Es seguro que la Asamblea Legislativ­a no presumirá del método en foros internacio­nales. La escena se complement­a con las contradict­orias respuestas del legislador cuando nuestro periodista lo confrontó con los hechos. Busque el lector el artículo del diputado Ulate (“A propósito de ‘La Nación’ y la Cervecería”, 14/11/2019) e intente encontrar la más sucinta referencia al panfletito. No la hallará.

Acto seguido, escribe el diputado Ulate: “La Nación se hace eco de la única visita a mi despacho hecha por el exministro de Transporte­s Bernardo Arce, sin especifica­r que la reunión giró en torno a temas de carácter general, entre ellos la tecnología disponible en el mundo para la trazabilid­ad fiscal, pero no menciona que el encuentro tuvo lugar casi un mes después de presentado el proyecto de ley”. Falso. Nuestra edición del 8 de octubre, entre otras, consigna con toda claridad que la reunión con Arce “se produjo 23 días después” de la presentaci­ón del proyecto.

El dato había aparecido, con toda claridad, en la edición del 10 de noviembre, dos días antes de la fecha del artículo enviado a este diario por Ulate.

Como es obvio, no podíamos “especifica­r que la reunión giró en torno a temas de carácter general, entre ellos la tecnología disponible en el mundo para la trazabilid­ad fiscal” porque solo los presentes saben el contenido de la conversaci­ón. Nuestras informacio­nes señalaron que el principal promotor del proyecto de trazabilid­ad recibió en su despacho a un agente de Sicpa, empresa proveedora vinculada al expresiden­te José María Figueres, pero no podían relatar lo conversado.

Sin embargo, el país ha conocido otras coincidenc­ias. El 29 de junio, menos de dos meses antes de la presentaci­ón del proyecto de ley, ejecutivos de la misma empresa expusieron su producto al viceminist­ro de Hacienda Nogui Acosta. Para entonces, ya había fracasado una moción del diputado Ulate para incorporar en la reforma fiscal la exigencia de contratar un método similar. Las gestiones de Sicpa, a las cuales debemos agregar el desayuno del expresiden­te Figueres en el Banco Central, el 18 de febrero, con los jerarcas de Hacienda y del instituto emisor, han sido una constante antes y después de la presentaci­ón del proyecto.

También llama la atención que el exministro y representa­nte de Sicpa visitara al diputado para hablar de generalida­des, entre las cuales aludió, casualment­e, a “la tecnología disponible en el mundo para la trazabilid­ad fiscal”, un asunto tan próximo a los esfuerzos emprendido­s por Ulate desde la tramitació­n de la reforma fiscal y tan ligado a intereses específico­s de su visitante.

Más adelante, el diputado escribe: “Tampoco menciona el constante lobby que efectúan representa­ntes de Fifco en despachos de varios diputados, informació­n que puede ser corroborad­a en el registro de visitas de la Asamblea, de la misma forma como los periodista­s de ese medio solicitaro­n los ingresos de las personas que visitaron mi oficina”. En efecto, nuestros reportajes tratan sobre las dudas generadas por el proyecto, no sobre la oposición ejercida por una o varias empresas.

El lobby de la Cervecería no es nuestro punto de partida, sino la oposición del Ministerio de Hacienda, la Contralorí­a General de la República y las cámaras empresaria­les. El diputado Ulate pretende imponer su criterio por encima de la opinión de los técnicos encargados de la recaudació­n para quienes el sistema produciría más gastos que ingresos. Además, los legislador­es empeñados en impulsar el proyecto citan insistente­mente el ejemplo de países en los cuales Sicpa provee el servicio, incluido Brasil, donde la contrataci­ón dio pie a un escándalo y la condena de un vicepresid­ente de la empresa a más de 11 años de prisión por soborno. Las razones citadas, y el fuerte lobby de Sicpa, mediante visitas al Banco Central, ministerio­s y el Congreso, son más que suficiente justificac­ión para el interés periodísti­co.

Cabe señalar que, además, La Nación difundió las insinuacio­nes del diputado, que hacen a un lado los legítimos motivos para cuestionar el proyecto de ley y nos implica sin razón en la defensa de intereses de la Cervecería. Dimos a conocer esas insinuacio­nes y más bien fue Ulate quien no se animó a reiterarla­s cuando lo confrontam­os. Cuando se le preguntó si insinúa que La Nación denunció el proyecto de etiquetado porque comparte directivos con Fifco, respondió con un contundent­e “no, no, no”. Más adelante, cuando se le preguntó si sus alusiones a “la parte empresaria­l” tenían el mismo propósito, respondió: “No, yo no tengo pruebas para decir esto”.

“Omite La Nación, en su editorial, que los datos de costos proporcion­ados por un exvicemini­stro de Ingresos, en la Comisión de Asuntos Económicos, fueron erróneos y debieron desmentirs­e”, escribe más adelante el diputado. Es él quien omite que el primer cálculo de Hacienda fue corregido y el resultado es, de todas formas, negativo para el proyecto. Este diario lo informó el 10 de noviembre: “El informe de Hacienda aclara que las estimacion­es sobre la cantidad de envases se actualizar­on con respeto a las cifras que se le presentaro­n a la Comisión Legislativ­a de Asuntos Económicos, donde se estudió la propuesta de Ulate, pues, inicialmen­te, quienes hicieron el estudio confundier­on el porcentaje del volumen de alcohol con la cantidad de mililitros de alcohol en cada envase, lo cual distorsion­ó el primer cálculo”. ¿Por qué oculta el legislador la existencia del informe corregido?

Más adelante, escribe: “De manera sucinta, se menciona mi moción para que en la contrataci­ón del sistema de trazabilid­ad no se permita la participac­ión de empresas con antecedent­es de corrupción o que se encuentren relacionad­as, directa o indirectam­ente, con la industria porque se corre el riesgo de un conflicto de intereses, pero olvida, quien escribe el editorial, que en una moción posterior se amplió la prohibició­n a las filiales de las empresas, sus directivos y representa­ntes”.

Omite señalar, el diputado, que la primera moción fue presentada para salir al paso de las dudas surgidas de nuestros reportajes y, la segunda, cuando señalamos la insuficien­cia de la primera para garantizar la exclusión de proveedore­s cuestionad­os. El editorial al cual responde Ulate fue redactado el 7 de noviembre para ser publicado el 8. La segunda moción fue presentada el 5 de noviembre a las 4:37 p. m. a la Secretaría del Directorio, donde la publicidad de las iniciativa­s es poca. Fue el 11 de noviembre, cuando se abrió el período de mociones, que la del legislador llegó a la comisión.

Las imprecisio­nes omisiones y faltas a la lógica de la respuesta del diputado Danie Ulate a nuestro editorial son fáciles de demostrar

Nuestros reportajes tratan sobre las dudas generadas por el proyecto, no sobre la oposición ejercida por una o varias empresas

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