Una ‘Sele’ sin brillo cumple el objetivo
Empate, 1 a 1, con Haití le da boleto a semifinal de Liga de Naciones
Cuando al menos suena el ‘uyyyyy’ en la grada, hay esperanza. La fe de que la sequía de buen fútbol puede acabar algún día y que en Costa Rica todavía hay talento al que aferrarse. En los pies de quienes hasta hace poco miraban a la Sele por televisión, nace el primer tiempo con más volumen ofensivo en casi dos años.
Después, vuelve la precariedad de siempre. La apatía, el juego sin argumentos, la falta de volumen ofensivo y las dudas. La tendencia de un proceso de mucha oscuridad y poca luz. Y vuelve la duda, un 2019 tenso y flojo.
Bien cabe la famosa frase de Celso Borges: “¡Qué parida!”. Para desgracia del país, esta vez se sufre para empatar contra Haití (1-1), cuando hasta hace solo unos años se peleaba por conseguir el pase a cuartos de final de un mundial.
Primer tiempo. Sin Joel Campbell ni Bryan Ruiz, la
Tricolor volvió a levantar a la feligresía de la grada, por lapsos. Como una lámpara con la batería baja de energía, que por ratos parpadea y deja a oscuras la habitación, pero en otros alumbra lo suficiente para iluminar todo el pasadizo.
Y esta vez, el pasadizo fue iluminado por el buen tino de Dylan Flores para conducir y encontrar espacios; el acierto de Johan Venegas para crear y proyectarse; la astucia de Rándall Leal para moverse entre los volantes de Haití.
Por desgracia, a Costa Rica le falta un goleador. A Haití (que evidentemente no es México) le resultó un dolor de cabeza el buen tránsito de la Nacional por el carril central; entre los movimientos de los volantes, la Mayor generó
ocho ocasiones de peligro en los primeros 30 minutos, un número alto si se contabiliza la pobre producción de los últimos juegos.
Los pases filtrados, las triangulaciones y la premisa de conseguir la anotación con un fútbol de elaboración y movimientos mecanizados, le permitieron a la Mayor dominar toda la inicial.
El desperdicio de las jugadas de gol terminó por castigar a la Sele en la primera etapa, que se fue arriba en el marcador en la táctica fija (para variar), en un cobro de tiro libre de Flores que Francisco Calvo mandó a las redes con un buen cabezazo, en el 26’.
Más tarde, en el 37’, una mano de Giancarlo González fue señalada como penal. Duckens Nazon resolvió con un disparo fuerte.
En el segundo tiempo sucedió lo mismo que casi siempre. La lámpara empezó a parpadear con más frecuencia y el fútbol prometedor de la primera etapa se diluyó.
Distante de los primeros 35 minutos de la inicial, Haití adelantó la línea de presión hasta obligar a Costa Rica a jugar largo; la medular perdió lucidez; se perdió Flores, tam bién Leal.
Un balón rebotó en Calvo y pegó en el palo. Se salvó la
Sele. La grada empieza a sudar y entre la angustia suenan los silbidos.
Adiós al fútbol. Adiós al vo lumen ofensivo. Lo de siempre cuando llega la inconstancia e equipo se parte en sus líneas y padece los mismos síntomas de todo el proceso. Una enfer medad crónica que hace titu bear al equipo.
Lo intentó en el cierre Cos ta Rica. Con muchas ganas y poca certeza. La más clara la de Jonathan Moya, quien cap tó un rebote dentro del área y mandó el balón a las redes. No había fuera de juego, pero el lí nea levantó su banderilla.
La victoria habría sido un premio demasiado grande para la Mayor. Es líder de su grupo en la Liga Concacaf pero sin convencer, limitada por una renovación lenta y la disminución del talento.
Los caribeños han crecido mucho, puntualiza el defensor Francisco Calvo y advierte el timonel Rónald González, que considera que Costa Rica enfrentó a dos de las mejores selecciones de la última Copa Oro: Haití y Curazao.
El equipo viajó muchas horas y los jugadores llegaron cansados para enfrentar a Haití, agregó el seleccionador de la Tricolor. Una excusa tras otra para defender el empate en casa frente Haití, y ante consultas sobre el rendimiento de la Mayor durante el 2019.
El último pretexto salió de la boca del presidente de la Fedefútbol, Rodolfo Villalobos, quien atribuyó la baja asistencia de aficionados a los partidos en casa a la crítica excesiva de “un sector de la prensa”, manifestó al canal TD+.
Este fue uno de los argumentos que ofreció el jerarca cuando se le consultó por la baja presencia de seguidores en la Cueva, unos 7.000.
“Nadie está en contra de la crítica, pero uno no deja de ser tico. Cuando la familia tiene problemas, es cuando más cerca debe estar uno. Hay una crítica desproporcionada y de algunos, y eso la gente también lo escucha, y se aleja de las canchas”, afirmó Villalobos.
En la Liga de Naciones Costa Rica sumó dos empates ante Haití, ambos 1 por 1. Además, igualó en casa sin goles ante Curazao y luego los venció a domicilio 2 a 1.
Leve mejoría. Las excusas no vienen de todos los frentes, algunos futbolistas reconocen que este año fue duro para Costa Rica.
Al poco crecimiento del plantel durante la era de Gustavo Matosas, se suma una difícil renovación, con pocos talentos lo suficientemente maduros como para asumir el peso del equipo. Ciertamente, González parece ser el menos culpable del bajo rendimiento.
También es real que del primer tiempo se rescatan aspectos positivos, como el aumento del volumen ofensivo
“Hubo cosas positivas y otras para mejorar”, dijo Dylan Flores.