Infantino y los ridículos
¡Ridículo! Así quedaría Infantino si le llega a quitar el supuesto Mundial Sub-20 femenino a Costa Rica, en caso de que –por decisión del Registro Nacional– deba repetirse la Asamblea y pierda la elección el grupo en el poder.
Igual de bufonesco se verá el presidente de FIFA si mantiene su decisión y se presenta al evento ponderando el esfuerzo y trabajo del posible nuevo Comité, cuya gestión ante el Registro ha calificado de “fea y ridícula”.
El respeto a las leyes de un país nunca puede ser banalizado. Menos por el jerarca de un ente mundial que fue desmembrado, acusados muchos de sus dirigentes por todo tipo de fechorías, desde obtener votos para mundiales mediante regalías, hasta cobrar “comisiones”.
¿Cómo el presidente de FIFA, que ocupa su silla gracias al escándalo mundial que enterró a su predecesor, puede descalificar como ridícula una gestión para verificar la legalidad de la elección en una de sus federaciones asociadas?
Parece que la FIFA no tiene memoria. Basta con ver la Liga de Naciones de Concacaf. Por todo lado, aparecen las vallas de Mediapro, la empresa española cuyas filiales en América, Media World e Imagina USA, pagaron sobornos millonarios a dirigentes, entre ellos a Eduardo Li.
Sigue siendo dueña de los derechos televisivos de varias selecciones del área. En el Estadio Nacional estuvo presente durante la Copa Oro. La Concacaf la escogió para la producción de los partidos del torneo.
La compañía fue condenada a cancelar más de $24 millones en resarcimiento y multas. Su directivo en América, Roger Huguet, así como varios aliados de Traffic, en componenda con las filiales de Mediapro, también abonaron sumas millonarias y aún esperan sentencia
La FIFA y Concacaf no rompieron nexos con ella. Los han ampliado. Será encargada del VAR en Copa Oro, ya lo es de la Liga MX en México y la Copa Libertadores. Conserva los derechos de transmisión de El Salvador y Honduras y acaba de firmar con Canadá.
La FIFA se hace de la vista gorda porque el negocio debe seguir. Si el Mundial Sub-20 viene y hay VAR, de seguro volverá a nuestros estadios. No es de extrañar, entonces, que mire con desdén la gestión de un grupo electoral, para que sean las autoridades competentes del país las que decidan la legalidad o no de una votación.