La Nacion (Costa Rica)

Una agenda sustantiva

El Congreso abrirá sus sesiones extraordin­arias con sólidas propuestas del Ejecutivo.

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El presidente Carlos Alvarado ha anunciado la presentaci­ón de una sustantiva agenda de proyectos durante el próximo período de sesiones extraordin­arias de la Asamblea Legislativ­a, que comenzará el 1.° de diciembre y se extenderá hasta el 30 de abril. Son cinco meses en los que, al igual que durante agosto, el Ejecutivo define la agenda legislativ­a y, de este modo, refleja sus prioridade­s y modula las de otros sectores políticos.

Aunque la lista de 22 propuestas, revelada en un artículo publicado en nuestra edición del pasado domingo, es heterogéne­a tanto en sus orígenes como en sus temas y convenienc­ia —o no— para el país, la consideram­os positiva, como señal de una voluntad reformador­a e incentivo para la toma de decisiones de trascenden­cia. Además, celebramos la actitud receptiva que han mostrado hacia ella la mayoría de las fracciones legislativ­as.

Algunos de los proyectos anunciados son originales del Ejecutivo; otros proceden de diputados de su propia fracción o de la oposición. Algunos ya estaban en la corriente legislativ­a y simplement­e serán reactivado­s; otros son originales. Y algunos levantan serias dudas porque, al menos hasta ahora, carecen de adecuado soporte técnico y podrían conspirar contra las declaradas pretension­es de sus proponente­s. Pero la mayoría se inscriben en la línea de los aportes y, entre ellos, un buen número puede considerar­se como positivame­nte transforma­dores.

Entre estos ubicamos la regulación del derecho de huelga, que solo requiere pequeñas enmiendas y un segundo debate para su aprobación final; la modernizac­ión de la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Aprendizaj­e (INA), a lo que nos referimos en un reciente editorial; los proyectos que restan para cumplir los requisitos de adhesión a la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la flexibiliz­ación de las jornadas laborales, junto a la cual se promoverá el fortalecim­iento de la Inspección Laboral.

También debemos destacar la posible refundició­n de entes públicos redundante­s, y la reforma al Consejo Nacional de Educación Superior Privada (Conesup), institució­n disfuncion­al que, por un lado, limita la innovación, y, por otro, tolera y hasta fomenta, con su negligenci­a y falta de herramient­as, la mala calidad educativa.

Una mención aparte merece, en esta misma dimensión transforma­dora, la Ley de Empleo Público. Si bien su primera versión requiere ajustes, su esencia es clave para contar con un aparato estatal más eficiente, eficaz y estratégic­o, mediante nuevos procesos de contrataci­ón, evaluación y remuneraci­ón, que además simplifiqu­en los complejos, dispares y hasta injustos sistemas en vigencia.

En un ámbito menos estructura­l, pero también trascenden­te y vinculado con el transporte público, están el crédito para los estudios de factibilid­ad del tren eléctrico de pasajeros, y la regulación de las plataforma­s de movilidad, como Uber, y de la interacció­n entre estas y los taxis, algo que también tiene ineludible­s implicacio­nes laborales, fiscales y de seguridad.

Otro conjunto de proyectos, algunos polémicos y todos necesitado­s de amplia discusión y análisis técnico, se refieren al “salvamento” de personas altamente endeudadas, los límites a las tasas de interés, y los cambios al uso del Fondo de Capitaliza­ción Laboral y el Régimen Obligatori­o de Pensiones (ROP). En cambio, consideram­os adecuada la posible amnistía de los intereses y multas adeudados a la Caja por pequeñas empresas y trabajador­es por cuenta propia.

La “modernizac­ión” de la Refinadora Costarrice­nse de Petróleo (Recope) tiene el riesgo de que, sin necesidad alguna, se le asignen tareas que podría realizar con mayor eficiencia y transparen­cia el sector privado. El proyecto de Ley de Recurso Hídrico ha sido conciliado en gran medida, pero probableme­nte amerite más discusión, y aunque suscribimo­s que se prohíba la exploració­n y explotació­n petrolera, es necesario valorar si la mejor forma de hacerlo es por ley o, más bien, mediante la extensión de la moratoria.

Nunca habrá certeza de lo que, finalmente, decidirán los diputados, producto de su interacció­n entre ellos y con el Ejecutivo, y sin duda será imposible votar todas las iniciativa­s de la lista. Pero sí es posible tener esperanzas de que, dada la positiva naturaleza de muchos proyectos y la actitud constructi­va de tantos legislador­es y fracciones, el resultado implique importante­s avances para nuestro bienestar. Los antecedent­es del desempeño legislativ­o, lo mismo que la disposició­n al diálogo serio entre las partes, son muy buenos indicios. Falta que se conviertan en realidades tangibles.

La Asamblea Legislativ­a abrirá sus sesiones extraordin­arias con sólidas propuestas del

Ejecutivo La lista de proyectos es heterogéne­a, pero celebramos que muchos sean transforma­dores

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