La figura silenciosa en medio de los goles erizos
Con un marcador 3-0 es difícil pensar en que el portero ganador haya sido figura, pero Adonis Pineda tuvo momentos determinantes.
Sus intervenciones, aunque pocas, aparecieron en minutos clave del compromiso entre Alajuelense y San Carlos en el Morera Soto.
Cuando el juego estaba con la ventaja mínima de los locales, el guardameta se plantó para evitar anotaciones de los norteños.
Primero fue ante Álvaro Saborío y después contra Mynor Escoe.
Al goleador del campeonato nacional le negó la ocasión más clara de San Carlos en los más de 90 minutos.
Saborío quedó solo ante el marco, nunca pareció seguro de rematar y Pineda le achicó muy bien en el 31’.
“Tiene su recorrido, es un jugador de admirar, tuvo ocasiones, pero yo hice mi trabajo”, dijo el portero al final del partido en torno a su duelo con el goleador.
Solo pasaron cuatro minutos, San Carlos disfrutaba de sus mejores momentos, por eso el trabajo de Pineda se hizo más grande. Su equipo lo necesitó y ahí estuvo.
En el 35’ Maynor Escoe cerró un centro con su pierna zurda y la mano del rojinegro se convirtió en salvadora para dejar el arco en cero.
Esas fueron las acciones más importantes, pero al final del juego también volvió a detener una pelota con la historia ya definida.
Su actuación confirmó que esta serie fue de los porteros. En la ida los elogios se los llevó Patrick Pemberton, quien surgió como la figura de su equipo.
Esta vez el joven de la Liga salió con una sonrisa y el boleto a su primera final, mientras Pemberton salió cabizbajo de la que fue su casa.
“Agradecido con Dios por esto y las tapadas. Tomo la final con mucha responsabilidad, tengo que disfrutarlo porque esto solo se vive una vez, hay que vivir el día a día”, comentó Pineda.