Ídolo rojinegro logra venderles camisetas hasta a archirrivales
Wílmer López cumplió siete meses de hacer un trabajo muy distinto al que acostumbraba en Alajuelense.
¿Cómo le ha ido en esas nuevas tareas? El ídolo rojinegro dice entre risas: “Eso mejor se lo pregunta a alguien de la directiva, o a Ivannia Salazar, que es la directora de mercadeo”.
A raíz de eso, el directivo liguista Federico Calderón apuntó que Wílmer tiene como principal responsabilidad desarrollar convenios con asociaciones solidaristas y visitar las empresas para ofrecer prendas originales y todos los artículos que tiene la Liga, así como paquetes de venta de entradas y membrecías de socios.
“Le ha ido demasiado bien; la verdad, al ser una persona tan noble, tan educada y atenta con la gente, le es fácil abrir las puertas (...). Eso se ha traducido en muy buenos resultados de venta”, dijo Calderón.
Tras ese criterio, el ícono erizo comentó que está contento con su nueva asignación, que le permite estar en contacto directo con la gente.
“Hemos ido a muchas asociaciones de diferentes empresas, a las ferias, que han sido un éxito, y yo siento que la Junta Directiva está contenta. He colaborado y le agradezco al aficionado y a quienes integran las asociaciones, que no solo son liguistas y han llegado a comprar, porque yo les vendo mucho a liguistas, pero también les vendo mucho a aficionados saprissistas, cartagos, heredianos, que los termino convenciendo de comprar cosas de la Liga, y esperemos que siga así”, contó.
Pero ¿cómo hace el Pato para venderle mercadería de Alajuelense a seguidores de Saprissa, Herediano y Cartaginés?
“Es vacilón, he compartido con muchos aficionados de otros equipos, saprissistas, heredianos y cartagos, y siempre está el vacilón, la jodedera, todo con mucho respeto, pero al final yo les termino diciendo: ‘Usted le va a su equipo, pero le apuesto a que en su familia hay liguistas, porque siempre pasa, dígame quién’. Me terminan admitiendo que tengo razón y compran el artículo (...)”, agregó.
Ahora Wílmer tiene esa función, en mercadeo, un poco lejos de la cancha, pero siempre como parte del club.
¿Extraña dirigir un entrenamiento?
“Lo extraño todo, extraño andar en pantaloneta, ponerme los tacos, la camisa, oler feo por el sudor, el convivio con mis compañeros del cuerpo técnico, con jugadores, y echo de menos la presión, que es una cosa con la que uno nació, ese estrés de saber que usted tiene que dirigir, que hacer cosas buenas, que darle cuentas a un aficionado que te exige, que te pide rendimiento”, confesó.