La Nacion (Costa Rica)

‘La gente debe entender que el dengue mata’

El funcionari­o afirma que los esfuerzos realizados desde 2016 han evitado nuevas muertes por el virus en el país, pero admite que el riesgo sigue.

- Ángela Ávalos aavalos@nacion.com

Más de dos millones de enfermos y 1.200 muertes dejó el dengue en el 2019.

El escudo que Costa Rica ha montado con control de los zancudos, recolecció­n de desechos y vigilancia de casos febriles, evitó que se produjeran muertes aquí, como las que llenaron de luto a países hermanos de Centroamér­ica, especialme­nte, Honduras.

Sin embargo, Costa Rica acumuló 8.723 enfermos, más de tres veces la cantidad registrada un año antes.

Rodrigo Marín Rodríguez coordina, desde hace varios años, la lucha de control vectorial en Costa Rica. Desde hace pocos meses, está a cargo de la Dirección de Vigilancia de la Salud, en el Ministerio de Salud, donde se ven estos casos.

Marín no está conforme, dice, porque el riesgo sigue ahí. Él esperaba que este año fuera todavía más fuerte de lo que finalmente fue. Pero la amenaza de la muertes está a la vuelta de la esquina. Porque el dengue mata.

El siguiente, es un resumen de la entrevista sostenida con Marín el pasado 10 de diciembre.

––Costa Rica todavía no tiene muertes reportadas por dengue a pesar del aumento exponencia­l de casos este año. —Entre los países de más alta incidencia en Latinoamér­ica están Brasil, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. De los cinco países con más alta incidencia, cuatro son hermanos nuestros. La heroicidad será mantener las buenas cifras en el 2020, porque nos tocaba en el 2019. No estoy contento con más de 8.000 casos, pero comparado con la emergencia por dengue en otros países y teniendo en cuenta el registro de Costa Rica, ni siquiera se acerca a los peores años de la historia.

––¿Cómo lo lograron? Porque, además, la gente no reacciona para prevenir el dengue.

—Nos estamos preparando desde 2016 para combatir el brote de tres enfermedad­es por arbovirus (zika, chikunguña y dengue). Se compraron equipos, insecticid­as de primer mundo, hicimos pruebas de resistenci­a y susceptibi­lidad y acuerdos de trabajo con institucio­nes como la Universida­d de Costa Rica (UCR). Hay un grupo nacional de dengue que se reúne una vez al mes. Fuimos capaces hasta de donar productos a Honduras en la emergencia que tuvieron. El país nunca ha estado sin provisione­s de equipos o insecticid­as. Tenemos un taller para las máquinas desde el 2016. Los funcionari­os están capacitado­s.

––Parece que eso, hasta ahora, ha sido suficiente.

—No, porque tenemos 8.723 casos.

––Pero no hay muertos. —Pero tenemos 8,723 casos.

Suficiente no. Ha funcionado. Que se puede mejorar, sí. Es el reto. Y que Costa Rica no caiga en un brote de dengue de la cola de los países centroamer­icano. Porque somos un país muy expuesto. En Nicaragua, hay más de 160.000 casos y con una población flotante de aproximada­mente un millón de personas que van y vienen a nuestro territorio.

––Y ahora, se van por fin de año y regresan para el año nuevo.

—Hay una población flotante de hermanos nicaragüen­ses muy grande, que va y viene en épocas de transmisió­n muy grande. Nicaragua no ha parado la transmisió­n. Por eso, hemos fortalecid­o el trabajo en frontera.

––Desde 2016, vienen trabajando y esto ha permitido blindar de alguna manera al país. Pero el riesgo de muertes siempre existe.

—El riesgo está. Costa Rica tiene una población flotante de nicaragüen­ses de aproximada­mente un millón de personas, que va y viene, visitando allá zonas con transmisió­n activa en este momento.

––Además de lo que ya están haciendo, ¿qué más falta por hacer?

—Lo importante es que la gente sepa que la principal forma de combatir el dengue es eliminando los criaderos. Tenemos que mejorar la comunicaci­ón, esto a todo nivel: cómo le podemos llegar a la gente para que entienda que el dengue mata, que ha matado niños. Esto podría pasar perfectame­nte aquí. Tenemos al mosquito Aedes aegipty y el Aedes albopictus.

––Han encontrado en las actuales autoridade­s de Salud el apoyo necesario para continuar con el presupuest­o para continuar con esa estrategia. —Nosotros tenemos en este momento suministro­s para los dos próximos años. Aproximada­mente, entre ¢600 y ¢1.000 millones al año en equipos, máquinas insecticid­as, insu mos para los funcionari­os de control de vectores (equipos de protección). No nos podemos quejar desde el punto de vista del apoyo. Para Salas (Danie Salas Peraza, ministro de Sa lud), quien dirigió Vigilancia de la Salud, es una prioridad el tema de las enfermedad­es transmitid­as por vectores.

––Estos 8.723 casos están di ciendo algo.

—Están diciendo ‘tenga cui dado’. Los casos de dengue son cíclicos. Yo pensaba que e bombazo sería este año, y no Comparado con otros países 8.723 casos es un año relati vamente malo en Costa Rica Pero sin muertos, con solo diez casos de dengue grave y con cuatro de los cinco países con más alta tasa de incidencia en Latinoamér­ica, también es un logro, pienso yo.

––¿Cuánto le ha costado esta atención al país?

—Es un dato un poco difuso complejo de sacar. Sí tengo datos de que el peor año en la historia, 2013, costó alrede dor de $120 millones, con cas 50.000 enfermos, con 220 casos de dengue grave y una defun ción y la circulació­n de tres serotipos. Solo en control de vectores ese año se gastaron $10 millones, lo cual es muchas veces mayor al $1,8 millones de la actualidad.

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ALONSO TENORIO

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