BCCR prevé crecimiento moderado y menor déficit fiscal para 2020 y 2021
Consumo de hogares e inversión privada serán los motores del impulso económico, estimó
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) informó ayer de que prevé un crecimiento de la economía de 2,5% para este 2020, levemente mejor que el esperado para el 2019 (2,1%), aunque moderado respecto al potencial del país.
Mientras tanto, para el 2021, la entidad vislumbra que el producto interno bruto (PIB) de Costa Rica crecerá 3%, según se desprende del Programa Macroeconómico 2020-2021, documento donde la entidad emisora hace el diagnóstico de la situación externa e interna del país, y realiza sus proyecciones para los dos siguientes años.
Para el actual bienio, el Banco también espera una mejora en las finanzas públicas, pues incluyó una reducción en el déficit del Gobierno Central desde 7%, en el 2019, a 5,9%, en el 2020, y a 5,7%, en el 2021. Lo anterior se debe a que a partir de este año tendrán mayor impacto las reformas en materia tributaria y la regla fiscal, creadas en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
El crecimiento de la economía proyectado para estos dos años se fundamenta, según manifestó Rodrigo Cubero, presidente del BCCR, en que se mantenga la reactivación de la actividad económica iniciada desde finales de año anterior. Además, en una leve recuperación de la confianza del sector privado.
“Vemos menos inversión pública, pero sí un leve aumento del consumo privado, para el 2020 y 2021, vía consumo de los hogares e inversión privada”, aseguró Cubero.
“Las condiciones crediticias van a apoyar el incremento de la economía para el 2020 y 2021”, afirmó Cubero. Pese a esto, reprochó a los bancos por “no hacer la tarea” de estimular el crédito por medio de una reducción en las tasas de interés.
Con el objetivo de fomentar el dinamismo económico, la Junta Directiva del BCCR acordó, nuevamente, reducir su tasa de política monetaria (TPM) y ubicarla en 2,25% a partir de este jueves.
Dicho indicador estaba en 2,75% desde el pasado 19 de diciembre.
Cubero manifestó que el ajuste se tomó como medida para el estímulo económico y porque no auguran presiones inflacionarias relevantes para este año.
El ente emisor utiliza la TPM como referente para las tasas de interés de las entidades financieras.
Asimismo, el Programa estimó una mejora en la inversión de capital del Gobierno Central, a raíz de las obras de infraestructura que se encuentran en ejecución, principalmente en la Gran Área Metropolitana (GAM).
En inflación, la institución decidió mantener el rango meta entre el 2% y el 4%, con un 3% como objetivo central.
El índice de precios del consumidor (IPC) se ubicó en 1,52% al cierre del año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Mejora. En cuanto al resultado del Gobierno Central, la estimación del BCCR es que el déficit sea de 5,9% del PIB al cierre del presente año, y de 5,7% para el 2021 (en el 2019 fue de casi 7%).
Lo que caería más fuertemente es el déficit primario (exceso de gastos sobre los ingresos, excluyendo el pago de intereses) de 2,8% de la producción, en el 2019, a 1,3%, en el 2020, y 0,8% del producto interno bruto (PIB), en el 2021.
Esta reducción obedece a que es en el 2020 cuando se aplican las disposiciones tributarias para la totalidad del año, porque en el 2019 entraron en la segunda mitad; además, se pone en práctica, por primera vez, la regla fiscal y con eso se logra dar un giro importante a la dinámica del déficit.
La expectativa es que mejoren los ingresos y que continúe la consolidación de la contención del gasto por remuneraciones, a raíz de la nueva metodología de cálculo de pluses salariales de los empleados públicos.
La principal presión, en los números del Ejecutivo, será el pago del servicio de la deuda pública que consumen buena parte del gasto.
El jerarca de la autoridad monetaria detalló que la programación también considera una menor necesidad de financiamiento interno porque habría acceso a préstamos externos.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, informó, el miércoles pasado, que presentarán un nuevo proyecto para solicitar a la Asamblea Legislativa para colocar $4.500 millones en eurobonos.
Sin embargo, las proyecciones del programa base no incluyen como supuesto que el Gobierno contaría con la autorización legislativa para emitir los eurobonos.
En tanto, Cubero destacó que el aval para los recursos es fundamental porque si el Gobierno financia sus mayores necesidades solo en el mercado interno, provocará una presión en las tasas de interés.
Crecimiento de la deuda. Debido a que el déficit primario bajará más rápido por el aumento en los ingresos tributarios y la regla fiscal, el jerarca del ente emisor señaló que se va a adelantar el “quiebre” del crecimiento de la deuda pública que estaba previsto a partir del 2023, y ahora ocurriría un año antes, a partir del 2022.
Se prevé que la carga de la deuda (la relación deuda a PIB) llegaría a 61% de la producción para el 2020; a 62,6% para el 2021 y a 64,6% en el 2022.
Con tales resultados, la regla fiscal tendría que aplicarse, también, sobre el gasto de capital (el destinado a inversiones) a partir del presupuesto del 2022.
No obstante, se espera que después de ese año, la relación caiga sistemáticamente hasta el año 2040.
Una de las características del 2019 fue que no se cumplió la proyección del déficit fiscal anunciada al comienzo del año, pues se previó en 6,3% y el Gobierno anunció, el miércoles pasado, que cerró en 6,96%.
Cubero indicó que la discordancia ocurrió porque la previsión del Ministerio de Hacienda fue mayor a lo previsto a mediados del año pasado.