Gobierno afrontará fuertes pagos de deuda en el 2021
Proyección la detalla el Banco Central de Costa Rica en el Programa Macroeconómico para los próximos dos años
El Gobierno afrontará en el 2021 amortizaciones de la deuda pública equivalentes a un 6,5% de la producción (unos ¢2,6 millones de millones), porcentaje similar al que hizo frente en el 2018, que fue un año crítico para las finanzas públicas (6,3% de la producción).
Esto implica que el Gobierno tendrá que pedir préstamos por esa cantidad para pagar los créditos que se vencen, pero además requerirá préstamos por otro monto equivalente al 5,7% de la producción (unos ¢2,3 millones de millones) para pagar los gastos que no puede cubrir con la recaudación de impuestos y otros ingresos (el déficit financiero).
La necesidad total de financiamiento será equivalente al 12,2% de la producción. Los recursos se prevé obtenerlos de deuda interna principalmente (un 9,7% del 12,2%) y el resto de préstamos externos, sin considerar el proyecto de eurobonos que el Gobierno presentará a la Asamblea Legislativa.
Los datos los detalla el Banco Central en el Programa Macroeconómico para el 2020 y 2021.
“Los requerimientos brutos de financiamiento del Gobierno continuarán altos también por varios años. Sin embargo, en esta transición, el acceso al mercado externo permitiría reducir la presión sobre el costo de la deuda para los sectores público y privado, mejorar la estructura y la gestión financiera de la deuda pública, fortalecer la estabilidad macroeconómica y promover el crecimiento económico y el empleo”, señala el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
La exministra de Hacienda, Rocío Aguilar, detalló que en el 2018 se realizaron colocaciones importantes a corto plazo porque era difícil hacerlo a un periodo mayor.
“Los contratos de colocación del año 2018, que fueron como por $600 millones, eran a tres años y deben de estar cayendo en el 2021; el año 2018 una buena parte de lo que se lograba colocar se hacía a plazos muy cortos porque el mercado no había forma que invirtiera a más largo plazo, entonces, efectivamente el 2021 es un año que vuelve a estar cargado”, comentó Aguilar.
Repercusiones. El financiamiento del 2021 se daría en condiciones diferentes a las del 2019 porque habrá la posibilidad de más financiamiento externo, pero la parte interna sigue siendo un monto importante y si el crédito se reactiva, la competencia por los recursos será mayor que en el 2018.
“Es mucho, por supuesto, por eso es que no hay que esperar a que se acabe el 2020 para empezar a hacer algo para el 2021, lo importante es empezar un programa de canjes ahora, porque este año, en particular, en el mercado hay mucho menos necesidades que ir a cubrir”, comentó Aguilar.
Si se colocaran los eurobonos bajarían la presión sobre el mercado local y además tendrían un menor costo. El Gobierno presentará un proyecto para poner en el mercado hasta $4.500 millones en cinco años.
No obstante, el exministro de Hacienda, Thelmo Vargas, considera que los eurobonos aumentan el riesgo cambiario.
“Financiar eso afuera la reduce (la presión en el mercado interno), por ahora, pero aumenta el riesgo cambiario y la presión interna a futuro, cuando haya que amortizar deuda externa. La moraleja de política pública es que se requiere reactivar la economía, para que a futuro el peso relativo de la deuda baje, así como eliminar los déficit fiscales. Todo lo demás es calistenia financiera”, comentó Vargas.
Para Vargas si, como es el caso, la deuda del Gobierno Central ronda un 60% del producto interno bruto (PIB) y su plazo promedio fuera 10 años, cada año habrá que amortizar un poco menos del 6% del respectivo PIB.
“Por ende, 6,5% del PIB en amortizaciones durante el 2020 no constituye tanto desvío, aunque el financiamiento del déficit primario (exceso de
“EFECTIVAMENTE, EL 2021 ES UN AÑO QUE VUELVE A ESTAR CARGADO”. Rocío Aguilar Exministra de Hacienda
gastos sin intereses sobre ingresos) podría ejercer alguna presión en el mercado y en la tasa de interés”, comentó.
Por su parte, el economista Manuel Zúñiga, explicó que un financiamiento de 9,7% de la producción en el mercado interno tendría al menos tres tipos de repercusiones, si Hacienda lo financia internamente.
La primera es que presionaría el alza a las tasas de interés en colones; segundo, dada la necesidad de recursos, los inversionistas negociarían tasas altas, implicando un mayor costo financiero y tercero, si Hacienda se financia internamente, estrujaría la oferta de recursos para el sector productivo. Todo lo cual atenta contra la estrategia de crecimiento.