La Nacion (Costa Rica)

La patada a Cuauhtémoc dejó marca en Camacho

Mario se retiró en el 2017 y ahora vende pollo frito en San Pedro de Poás

- Esteban Valverde esteban.valverde@nacion.com Hombre de negocios.

Mario Camacho fue uno de los protagonis­tas de las acciones más recordadas de la Selección Nacional en 2007. Aquella jugada no fue un golazo, tampoco un lujo, de hecho le terminó costando una expulsión; sin embargo, hizo mucha gracia en la afición y todavía hoy, 13 años después, la gente la tiene en la retina.

Camacho, en una semifinal de Copa Oro entre Costa Rica y México, fue por la disputa de una pelota aérea, lo hizo con el pie derecho levantado y terminó impactando con la suela de su taco el pecho del símbolo del fútbol mexicano, Cuauhtémoc Blanco, quien cayó al campo y se revolcó de dolor.

Mario, en un repaso de su carrera luego de tres años de retirado, confesó entre risas que muchos aficionado­s lo tienen más presente por esa acción que por sus goles o espectacul­ares chilenas, ante esto él entendió que la entrada realizada es una marca que tendrá por el resto de su vida.

Ya sea en su negocio, Pollo Frito Camacho, o en cualquier calle de Costa Rica, el ariete siempre escucha comentario­s sobre la entrada y también revela que mucha gente le dice: ‘Qué rico que pegó a Cuauhtémoc’.

“Parece mentira, pero eso la gente la recuerda muchísimo. Todas las semanas alguien me la recuerda. Vamos a ver, yo ese día entré con todas las ganas del mundo, era muy joven, estaba ante México, entré de delantero y la idea era cortar un contragolp­e, yo quería cortar la bola, me quedó larga y se vino la situación”, revivió.

Mario no escondió que la acción la ha visto varias veces en YouTube, también la vuelve a repasar en su mente, y es claro que nunca quiso hacer la entrada que al final se dio.

Para él es increíble que la gente solo recuerde esa jugada, aunque él haya marcado muchos goles de buena factura.

“Trece años después y nadie se olvida de eso. Como a veces digo, metí goles, pero la gente se acuerda más de la patada, pero lo tomo con humor por todo lo que la gente escribe, es algo que tendré que llevar siempre, si 13 años después me hablan de eso, supongo que así será toda la vida. A la gente como que le supo rico”, relató.

El ímpetu por demostrar su valía hizo que el ariete, en aquel momento con 23 años, no midiera consecuenc­ias y solo luchara por la pelota sin importarle nada.

“En realidad la gente me dice: ‘Qué dicha que lo pegó’, que se enorgullec­en de la jugada, pero la gente toma esas jugadas así, por la rivalidad, porque era Cuauhtémoc. Yo la he visto muchas veces, la intención mía es cortar el avance sacando la bola, también vengo de espalda, él toca la bola y espera el golpe, se ve aparatosa y tenían que expulsarme, es la verdad, porque el golpe fue bastante duro”, mencionó.

El excentrode­lantero dijo que una anécdota interesant­e es que la entrada es recordada por el mexicano, al punto que una vez siendo compañero de Johnny Acosta, Blanco preguntó por Camacho.

Mario se retiró en 2017 al jugar por última vez con Liberia, donde pasó muchos problemas económicos y prefirió dedicarse a su negocio familiar.

“El último equipo que estuve fue Liberia hace tres años, por la situación económica tomé la decisión de no jugar más, siempre he estado en el Pollo Frito Camacho, negocio que nació en el 2001, desde que decidí retirarme estoy en el negocio a tiempo completo”, contó.

El exdeportis­ta ahora vive en San Pedro de Poás de Alajuela, su pueblo natal.

“Uno quisiera jugar siempre, cada vez que puedo voy a Grecia o a la Liga a ver partidos, tal vez en el momento que decidí retirarme fue precipitad­o, pero ya pasó, lo disfruté y ahora estoy en otra faceta de mi vida”, evaluó.

El momento más dulce para el romperrede­s fue cuando alzó el cetro de Uncaf con el Puntarenas FC en 2006, mientras que el más amargo fue la decisión de colgar los botines.

En Poás se está creando un proceso para ascender una franquicia que actualment­e está en Linafa y el proyecto seduce al Toro Camacho para volver a vestir de corto.

“Hago ejercicio tres o cuatro veces a la semana, no es lo mismo que estar en actividad, pero me cuido menos en las comidas, pero estoy bien, me mantengo físicament­e bien por el ejercicio. Acá en Poás hay un proyecto de Linafa que quizá pueda valorar y ayudarle al pueblo, estoy en eso”, expresó.

La espinita de jugar todavía está en el romperrede­s.

“Siento que cuando tomé la decisión de retirarme no fue por mí y si me pongo en forma podría volver”, concluyó.

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CORTESÍA Camacho junto a su hijo, Mario André y Yendrick Ruiz, quien visitó el restaurant­e del exartiller­o, en San Pedro de Poás.
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Mario Camacho vio la tarjeta roja por la acción que hizo contra Cuauhtémoc Blanco en una semifinal de la Copa de Oro 2007.

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