Derrame de diésel en río deja sin agua a 60.000 puntarenenses
Camión sufrió desperfecto mientras recogía material en el cauce y contaminó la fuente
Un derrame de hidrocarburos en el cauce del río Barranca afectó el suministro de agua en el centro de Puntarenas y obligó ayer a tomar medidas de emergencia para asegurar el líquido en el Hospital Monseñor Sanabria, un hogar de ancianos y clínicas.
El problema dejó a 60.000 abonados sin servicio, situación que seguiría al menos hasta hoy por la mañana.
Yamileth Astorga, jerarca del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), confirmó que detectaron el problema poco después del mediodía del martes, razón por la que se cerraron las válvulas de suministro de la planta potabilizadora en esa provincia.
Al parecer, había un camión localizado aguas arriba de la toma del acueducto, donde se estaba extrayendo material del lecho del río.
“Aparentemente, se le soltó una manguera de alimentación y esta llenó el agua del río con hidrocarburo. Tenemos unas 60.000 personas sin agua. Sé que el incidente está en investigación, pero nuestra prioridad es el suministro”, explicó Astorga.
La institución presentó la denuncia ante la Fiscalía de Puntarenas y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) con la intención de que se determine si se cometió un delito.
La jerarca del Instituto explicó que el propio martes se detuvo el bombeo de agua hacia las comunidades afectadas mientras se controlaba el derrame y luego se procedió a una limpieza general de tanques y tuberías de la planta de El Roble, desde donde se alimenta a la ciudad portuaria y comunidades aledañas.
Las comunidades afectadas por la interrupción incluyen El Roble, Barranca, Chacarita, Fray Casiano y 20 de noviembre. En tretanto, la zona de Puntarenas centro conocida como El Carmen (desde La Angostura hasta el faro), continuó con suministro por tratarse de un sistema distinto.
Para remediar la situación, AyA envió cuatro camiones cisterna a las zonas afectadas con instrucciones de atención prioritaria a centros de salud, en particular al hospital local, el Centro de Ancianos Luz de Amor, un Ebáis y la cárcel El Roble.
“En efecto, el corte de suministro abarca la zona del hospital, pero nosotros tenemos nuestros propios tanques de almacenamiento y, desde el primer momento hemos estado en coordinación con el AyA. Ellos vigilan sin pausa el nivel de esos tanques y han puesto a disposición del hospital tres camiones cisterna para mantener el suministro”, explicó Rándall Álvarez Juárez, director del centro médico.
Esa institución dispone de tres tanques para tres módulos hospitalarios en el sitio y, añadió Álvarez, todos se mantienen bajo vigilancia y examen de laboratorio.
Agregó que medidas oportunas evitaron afectaciones y, hasta el momento, el agua está perfectamente para uso en el hospital y asegurada su disponibilidad.
Álvarez dijo que tampoco hay afectación en el servicio de lavandería, por lo cual el suministro de ropa hospitalaria se mantiene con normalidad.
Al cierre de esta edición, el servicio seguía interrumpido y podría seguir así hasta este jueves, en medio de la desesperación comunitaria por tener líquido.
El reto de aprovisionarse. Decenas de vecinos corrieron ayer para aprovisionarse de agua y llevarla a sus casas en taxi, carros particulares, bicicletas y hasta caminando con carretas.
Uno de los casos fue el de César Sandoval, de 70 años, quien, con un carretillo, recorrió unos 900 metros para conseguir agua en el plantel de El Roble.
“Esto es una problemática grande, ya que estar sin agua es fatal. Yo tuve que agarrar mi carretillo y montar dos galones grandes para ir a traer agua. No me queda de otra que caminar con el carretillo, espero que esto se solucione lo más pronto” contó el hombre.
Rosa Vargas, vecina de Barranca, se declaró “desesperada”, ya que el corte la tomó desprevenida y no tuvo oportunidad de lavar ropa ni de preparar alimentos.
“Esto lo desespera a uno, no me dio tiempo de recoger agua porque no me di cuenta, ahora solo me queda venir hasta un puesto de toma de agua para llevar hasta mi casa”, señaló Vargas.
Si bien la planta potabilizadora y tuberías ya están listas para reanudar el bombeo, primero deben limpiarse los residuos de combustible sobre piedras y puntos aledaños al sitio de la fuga.
Por esa razón, el reparto de agua en cisterna continuó reforzado con 10 unidades, seis más respecto al despacho inicial de anteayer.
“También hemos habilitado un centro de distribución en el plantel de AyA de Socorrito, en El Roble de Puntarenas, para que las personas puedan llegar con recipientes a abastecerse”, alertó la entidad mediante redes sociales.
“La Refinadora Costarricense de Petróleo nos está ayudando con suministros de limpieza. Nos facilitó esponjas de absorción y va a ayudarnos a aplicar una sustancia que disuelve el hidrocarburo derramado”, concluyó Astorga.