La Nacion (Costa Rica)

Especialis­ta: Puñalada en el cuello mató a turista Carla Stefaniak

Herida ‘atravesó músculos y la columna vertebral’, detalló la doctora

- Eillyn Jiménez B. eillyn.jimenez@nacion.com Lavado de tenis.

Una puñalada en el cuello fue la herida que le causó la muerte a la turista venezolana Carla Lucía Stefaniak.

Así lo manifestó, este miércoles por la mañana, la doctora Adriana Murillo, encargada de realizar la autopsia del cuerpo de la extranjera.

“Hicimos la disección del cuello para determinar la causa de muerte y concluimos que fue una herida punzocorta­nte en el cuello. Es la lesión más severa, más mortal, y por eso se consigna de primera. Atravesó los músculos del cuello, la columna vertebral a nivel de cuello e ingresó hacia el canal medular”, detalló Murillo.

La explicació­n la dio durante su declaració­n en el juicio que se realiza por el crimen de la foránea, en el Tribunal Penal de Pavas.

De acuerdo con la especialis­ta, para causar una herida como la que presentaba Stefaniak, es fundamenta­l que el arma empleada tenga filo.

Para detallar las lesiones que tenía la mujer y explicarla­s a jueces y partes involucrad­as, la doctora Murillo debió aportar fotografía­s que tenía almacenada­s en una llave maya, ya que estas no estaban incorporad­as en el expediente.

La experta en Medicina Legal también precisó que al sacar el cadáver de la bolsa en la que llegó al Complejo de Ciencias Forenses, este estaba envuelto en un pedazo de hule, tenía rastros de barro y hojas, y se hallaba en estado de descomposi­ción.

Precisó que en estos procesos se saca el cuerpo, se recopilan evidencias y, posteriorm­ente, se lava. Murillo dijo que la mujer solo portaba un calzón, del cual no se pudo recabar ninguna evidencia.

Aclaró que por el estado de los restos, no se determinó si había rastros de fluidos biológicos en el cuerpo y que no se hallaron lesiones compatible­s con el arrastre.

La funcionari­a judicial dijo que, como parte de su experienci­a profesiona­l, ha hecho 1.970 autopsias y ha supervisad­o entre 800 y 1.000.

Antes del inicio de la declaració­n de Murillo, el padre de la víctima, Carlos Caicedo, se retiró de la sala, ya que dijo que no podía escuchar ese testimonio.

Antes de la declaració­n de Murillo, testificó en el debate José Martínez Salazar, quien se hospedaba cerca de la villa que fue alquilada por Stefaniak en el hotel Le Mas de Provence.

Durante su declaració­n,

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