Tasa de usura sería de 55% para créditos menores a ¢675.000 y 39,5% para el resto
En tarjetas de crédito se aplicaría el mismo concepto según el límite de gasto de cada usuario, afirman legisladores
Los diputados de la Comisión Legislativa de Asuntos Hacendarios negocian establecer un tope del 55% a las tasas de interés para los créditos inferiores a ¢675.000, y otro del 39,4% para el resto de créditos que se otorguen en el país.
Los intereses superiores serían considerados delito de usura.
Así quedó planteado en una nueva mesa de discusión abierta por los congresistas, a la cual se sumó este miércoles el superintendente general de Entidades Financieras (Sugef), Bernardo Alfaro, en busca de un aval técnico a las propuestas.
El planteamiento consiste, primero, en definir como microcréditos los préstamos que no superen 1,5 veces el salario mínimo de un oficinista 1 del Poder judicial; es decir, los créditos que no excedan los ¢675.300.
Para esos préstamos, se consideraría usura si una tasa de interés sobrepasa el resultado de multiplicar 4,3 por la tasa activa promedio calculada por el Banco Central que, la semana anterior, era de 12,75%, según dijo Welmer Ramos, diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC). El resultado daría un tope del 55%.
Así lo explicaron los congresistas María Inés Solís, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC); el independiente Erick Rodríguez Steller, y Ramos.
Los cuatro legisladores coinciden en que el planteamiento goza de la aceptación de la mayoría de los 11 miembros de la Comisión de Hacendarios y que se podría llegar a un consenso este jueves.
No obstante, Solís explicó que aún falta por definir una regulación para los préstamos en las tarjetas de crédito, para lo cual solicitaron el criterio de la Sugef.
La diputada socialcristiana añadió que, en la discusión, quedó claro que la tarjeta de crédito no es un tipo de préstamo por sí sola, sino un medio de pago.
En ese sentido, la propuesta consiste en que un préstamo con tarjeta de crédito inferior a ¢675.000 tenga una tasa máxima del 55%; pero en caso de que el emisor decida, una vez elaborado el contrato, incrementar el monto, este se debería regir por el límite del 39,4% que se fijaría para los restantes.
“Si la tarjeta de crédito se rige por el tope de microcrédito o por el del tope del crédito convencional, eso lo definiría el monto”, explicó por su parte Solís.
No obstante, Ramos afirma que él no respaldaría una propuesta que tenga un portillo para simular créditos de tarjetas con tasas del 55%.
“Estamos en los 30% de la tasa principal y no por encima del 50%, como planteaba el Banco Central”, explicó Ramos, al decir que están a punto de llegar a un consenso de la Comisión.
Otros créditos. Otro de los planteamientos puestos sobre la mesa consiste en fijar en 39,4% el tope a las tasas de la mayoría créditos. Este porcentaje se obtendría de multiplicar 3,1 veces la tasa de interés activa promedio que, a la semana anterior, era del 12,75%.
En este otro aspecto, Ramos vuelve a discrepar con sus colegas de la comisión legislativa. En vez de usar como multiplicador el 3,1, su planteamiento se basa en que la multiplicación sea por 3 veces la tasa activa promedio para que, al final, el techo quede en 38%.
Jonathan Prendas, de Nueva República, afirmó que al mover el multiplicador de 3 a 3,1 se estaría pasando de un tope del 38% al 39,4%.
Con este ajuste, se protegerían 127.000 familias que, por sus condiciones socioeconómicas, tienen un perfil para tasas del 39%; es decir, ya no quedarían excluidas del sistema financiero nacional.
Independientemente, de si la fijación es alguna de esas dos propuestas, los diputados coinciden en usar de referencia la tasa activa promedio para que el tope pueda moverse según las condiciones del mercado.
Erick Rodríguez explicó que existen otros planteamientos sobre la mesa: que a la tasa de usura, las entidades emisoras no le sumen otros cargos adicionales, como multas o comisiones.
Una última propuesta consiste en que la tasa ordinaria, como le llamarían a la de los créditos diferentes al microcrédito, se revise cada año para evitar inseguridad jurídica.
Se espera que, a más tardar este jueves, la Sugef proponga algún tipo de regulación para los movimientos de los préstamos que se paguen con tarjetas de crédito.