Arranque fallido
En abril del 2019, la Refinadora intentó vender gasolina con etanol. Con ese fin, incluso, solicitó a la Aresep un aumento en las tarifas de los combustibles para financiar la iniciativa.
Aresep negó el alza y, en julio de ese mismo año, la Intendencia de Energía de la Aresep indicó que Recope carecía de “un análisis técnico y científico” y “atropellaba” la potestad legal del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) como responsable de fijar el porcentaje de alcohol a mezclarse con el hidrocarburo.
También, señaló que la Refinadora omitió gestionar permisos para el almacenamiento del producto ante el Minae.
Por esta razón, la administración de Carlos Alvarado aplazó para mayo del 2020 la producción y distribución de ECO95.
La principal queja en aquel momento era su posible impacto en los motores, donde el etanol opera como “detergente”.
Al ser un solvente, el etanol puede quemar empaques y hules en partes del motor y, además, desprender impurezas adheridas en los tanques de combustible que se meten en los inyectores.
Esto puede ensuciar tanto esas piezas responsables de llevar combustible a las cámaras de combustión del motor que se traban, produciendo luego un efecto de “cabeceo” en el vehículo, que envía a su propietario al taller de servicio.
Otra preocupación es que la mezcla tiene menos poder energético respecto a la gasolina pura, por lo cual, para recorrer la misma distancia, el consumidor requeriría alrededor de 4% más de carburante.
Esto, según un análisis de dos agencias de Gobierno de Estados Unidos.