La Nacion (Costa Rica)

Salario de Johnny Araya bajaría de ¢9 millones a ¢5,5 millones

Municipali­dades de Escazú, Heredia, y Tibás también recortaría­n sueldos

- Rebeca Madrigal Q. rebeca.madrigal@nacion.com

El salario del alcalde de San José, Johnny Araya, bajaría de casi ¢9 millones a ¢5,5 millones a partir del próximo 1.° de mayo, cuando el funcionari­o inicie un nuevo periodo de cuatro años, gracias a su reelección en el cargo.

El ajuste obedecería a las medidas de ahorro que la reforma fiscal impuso sobre los salarios públicos.

Al igual que en el caso de Araya, otras tres municipali­dades rebajarían los salarios de alcaldes que hoy ganan más de ¢5,7 millones, el sueldo máximo establecid­o por la ley fiscal.

Se trata de los gobernante­s locales Arnoldo Barahona, José Manuel Ulate y Carlos Cascante, de Escazú, Heredia, y Tibás, quienes también se reeligiero­n en las elecciones municipale­s del 2 de febrero.

En otros dos casos, los de Limón y Talamanca, no fue posible conocer si los ayuntamien­tos aplicarán las medidas de ahorro. Los alcaldes de estos municipios también figuran entre los mejor pagados.

En Limón, Néstor Mattis se reeligió y, en Talamanca, entrará un alcalde nuevo: Rugeli Morales, del Partido Unidad Social Cristiana.

En la Municipali­dad de San José, el ajuste a Araya obedece a que la reforma fiscal estableció que ningún nuevo salario público puede superar los ¢5,7 millones, cifra equivalent­e a 20 veces el salario más bajo de la administra­ción pública.

A su vez, el sueldo de la vicealcald­esa, Paula Vargas, bajaría de ¢7,2 millones a ¢5,5 millones.

El ayuntamien­to josefino presupuest­ó salarios máximos de ¢5,5 millones para el alcalde y la primera vicealcald­esa, según confirmó el gerente de Recursos Humanos, Allan Vásquez, quien señaló que los sueldos varían con el nuevo periodo porque no existe continuida­d laboral.

Si bien la reforma fiscal estableció un tope de ¢5,7 millones, esta municipali­dad presupuest­ó un máximo de ¢5,5 millones.

Al respecto, Araya dijo que desconoce cuál será el tope salarial, pero está consciente del recorte, sobre lo cual “no hay discusión”.

Vásquez dijo que los salarios anteriores no podían verse modificado­s porque se

“A LOS 82 TITULARES DE LAS ALCALDÍAS LES APLICA LO MISMO; TODOS ENTRAN A UN NUEVO PERIODO SIN IMPORTAR SI ES O NO UNA REELECCIÓN”. Luis Eduardo Araya Asesor legal de la UNGL

respetaron los derechos adquiridos. Sin embargo, al cambiar periodo, los jerarcas de los gobiernos locales entran como nuevos empleados.

Esa premisa aplica tanto para los alcaldes reelegidos como para los nuevos.

Adicionalm­ente, la reforma fiscal estableció que los salarios superiores a los ¢4 millones no crecerían durante los dos años posteriore­s a la vigencia de la nueva ley, periodo que vence en diciembre de este año.

Será a partir del 4 de diciembre del 2020 cuando los salarios de los alcaldes podrán ajustarse por costo de la vida.

Después de Araya, el alcalde mejor pagado del país es Néstor Mattis, de Limón. No fue posible contactar al funcionari­o ni a un encargado de recursos humanos para conocer si su municipali­dad aplicará la reforma fiscal.

La única referencia al respecto es el presupuest­o del 2020, presentado en la Contralorí­a General de la República, en el que consta un salario de ¢7 millones para Mattis y de ¢5,6 para el vicealcald­e.

Tampoco fue posible conocer el detalle del tercer alcalde mejor pagado, el de Talamanca. Al ser contactado por La Nación, el gobernante municipal elegido, Rugeli Morales, cortó la llamada.

En Escazú, el salario del jerarca Arnoldo Barahona bajará de ¢6,6 millones a ¢5,5 millones por el tope salarial de la reforma fiscal.

En los casos de José Manuel Ulate y Carlos Cascante, de Heredia y Tibás, respectiva­mente, los salarios bajarán, pero no por el tope, sino por otra razón: la reforma fiscal redujo el pago por prohibició­n del ejercicio liberal de la profesión para los alcaldes y otras figuras, de un 65% a un 30% del sueldo base.

Por tanto, el salario de Ulate baja de ¢5,9 millones a ¢4,6 millones y el de Cascante de ¢5,7 millones a ¢4,6 millones.

Los datos fueron obtenidos por La Nación a través de los encargados de recursos humanos o departamen­to de prensa.

Pese a que en San José, Heredia, Tibás y Escazú hay claridad de que no existe continuida­d laboral, aun con la reelección de los alcaldes, en otros municipios mantienen dudas legales.

Así ocurre en La Unión, donde el jefe de Recursos Humanos, Josué Núñez, indicó a este medio que pedirán un criterio al Departamen­to Legal para confirmar si existe o no continuida­d laboral.

También, aparece una diferencia de criterios entre la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL) y el Ministerio de Planificac­ión Nacional y Política Económica (Mideplán), rector en materia de empleo público.

Por un lado, el asesor legal de la UNGL, Luis Eduardo Araya, considera que no existe continuida­d laboral y que aplican los cambios que introdujo la reforma fiscal.

Sin embargo, el criterio de Mideplán es que los alcaldes reelegidos mantienen el mismo salario percibido hasta ahora.

Más que el presidente. Actualment­e, al menos 12 alcaldes tienen salarios superiores al del presidente Carlos Alvarado, quien es compensado por su labor con ¢4,8 millones mensuales, según una constancia de setiembre del año pasado.

Los salarios de los alcaldes se rigen según una fórmula creada hace casi 50 años, en el Código Municipal, la cual se mantiene vigente sin tomar en cuenta el alcance de metas ni el tamaño del presupuest­o de cada ayuntamien­to.

El artículo 20 indica que “los alcaldes municipale­s no devengarán menos del salario máximo pagado por la municipali­dad más un diez por ciento (10%)”.

Sin embargo, eso no quiere decir que el gobernante municipal recibe solo un 10% más del mejor salario, porque se le agrega el porcentaje de prohibició­n.

En tanto, el primer vicealcald­e devenga un 80% del salario base que reciba el jerarca del municipio, pero también puede cobrar la compensaci­ón por la restricció­n del ejercicio liberal de la profesión.

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PLN Araya (izq.) dijo desconocer cuál será el tope salarial, pero está consciente del recorte. A su lado, Paula Vargas y Mario Vargas, candidatos elegidos a la primera y segunda vicealcald­ía de San José.

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