La Nacion (Costa Rica)

Una segunda oportunida­d para el río Torres

- Víctor Chacón AMBIENTALI­STA vchacon.cr@gmail.com

Toda ciudad se funda al amparo de un río que le provee agua, le sirve de frontera, pulmón o de recreación en sus riberas. San José surgió ligada al río Torres.

Andrés Fernández, en su libro Los muros cuentan. Crónicas sobre arquitectu­ra histórica josefina, reseña que una decisión política y eclesiásti­ca planeó una nueva villa en la Boca del Monte, justo en el cruce entre las antiguas villas de Aserrí, Barva, Curridabat y Pacaca. En ese punto, detrás del actual Banco Central, se erigió una ermita dedicada al patrono san José, en 1737. Sin embargo, ni la construcci­ón de esta ni el ofrecimien­to de tierras convencier­on a las gentes de trasladars­e, pues carecía de agua.

Fernández explica que, en 1750, el presbítero Juan de

Pomar y Burgos “dispuso sacar una taujía del río Torres, pasarla al norte del oratorio (…) y regresarla cien varas al oeste, al caudal”. El hecho marca el origen de la ciudad de San José y de una relación de amor y odio con el río Torres. En otras palabras, desde la mitad del siglo XVIII y hasta entrado el siglo XX, el río marcó la cotidianid­ad de los josefinos: ciudad y río, en armonía y mutua dependenci­a.

El nuevo edificio del Banco Central sellaría el compromiso para recuperarl­o

Encanto perdido. Con la sobrepobla­ción de San José, a partir de mediados del siglo XX, la capital se ha ensañado contra el afluente y se ha perdido el sentido de pertenenci­a de las anteriores generacion­es.

Ante la pasividad del gobierno y las institucio­nes responsabl­es del ordenamien­to urbano, la inacción de los municipios y la insensatez de los pobladores, una sombra de odio parece apoderarse de la ciudad contra el río. Se comienza a vaciar en este las aguas negras y jabonosas, y su cuenca se utiliza inescrupul­osamente como vertedero de toda clase de desechos. Sucedió a tal magnitud que rápidament­e se convirtió en el río más sucio del país, y uno de los más contaminad­os del planeta.

Una pequeña esperanza. A pesar de la ruptura de una relación equilibrad­a, una nueva generación de jóvenes, en edad y espíritu, encienden una luz de esperanza.

Las asociacion­es Amigos del Río Torres, Rutas Naturbanas, Tertulias en Movimiento, Río Urbano, Vecinos de Los Cipreses, Bandera Azul y otros, lideran una intensa labor de concientiz­ación y rescate de este bien natural. Pero todo su esfuerzo será en vano, si las comunidade­s atravesada­s por el río Torres, como Carpintera (La Unión), San Pedro, Sabanilla, Guadalupe, Aranjuez, Tournón, Uruca y otras, no asumen un compromiso de cambio. Resulta imprescind­ible una actitud vigilante de las municipali­dades para garantizar que las construcci­ones cercanas a la cuenca del Torres desarrolle­n un tratamient­o de residuos que no impacte sus aguas.

El nuevo edificio del Banco Central —que podría hacer honor a Juan de Pomar y Burgos, ¡nobleza obliga!—, cuya construcci­ón administra el fondo de inversión de proyectos del Banco Nacional, en la margen norte del río, en barrio Tournón de San Francisco de Goicoechea, debería sellar el compromiso de acompañar el esfuerzo de quienes han trabajado con las uñas por ver cumplida la meta, largamente acariciada, de recuperar el río Torres para las nuevas generacion­es.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica