Ciclista Milagro Mena se adapta al frío de Italia
››se siente más madura para continuar su sueño de estar en Europa
Milagro Mena es insistente en su sueño, por eso volvió a Europa para probar suerte en el pelotón más importante del mundo.
La pedalista, oriunda de Orotina, cumple su primera semana en Asti, una ciudad de la región de Piamonte, en el noroeste de Italia.
Ahí estará con el equipo profesional Servetto-Piumate-Beltrami TSA, con el que firmó por un año y su extensión dependerá de los resultados.
Mena viajó al Viejo Continente el pasado 20 de febrero, en pleno invierno y tres días después ya estaba combatiendo esa primera prueba.
La tica siempre se sintió cómoda de entrenar en el calor de Orotina, muchas veces a 40 grados Celsius, por eso pasar a 10 u ocho grados es uno de sus grandes retos.
“La verdad es un cambio drástico. Es lo principal en lo que me he tenido que adaptar”, comentó la pedalista.
Hace tres años, la deportista nacional estuvo por primera vez con un equipo europeo, pero nunca firmó un contrato y solo era por tres meses. Finalmente, no hubo una
“Es UN caMBiO DRÁsTicO. Es lO PRiNciPal EN lO QUE ME HE TENiDO QUE aDaPTaR (al FRÍO)”. Milagro Mena ciclista
continuidad.
Ella siguió de lleno en el ciclismo nacional, de hecho, en el 2019 se proclamó campeona nacional de ruta y también conquistó la Ruta de los Conquistadores.
Meta firme. Pero nunca se desenfocó de la meta europea, ahora con una escuadra en la que pretende disputar carreras importantes, como sucederá este fin de semana, cuando debute.
Aunque Mena prefirió esperar para revelar el nombre de la competencia, confesó que es una de alta calidad y un sueño cumplido para ella.
A sus casi 27 años, confía en que esta vez sea diferente.
“En aquella ocasión, mi preparación no estaba enfocada en esos eventos que corrí, sufrí mucho, ahora la contratación se dio desde octubre, hice la preparación de la pretemporada para venir aquí, puede ser un mejor año y una Milagro más madura y conozco este ritmo”, explicó.
Al igual que ocurrió aquella vez, Milagro debió viajar sin su hijo (7 años). Esto es parte de lo difícil, reconoce, pero también lo asume sin lamentos.
Su pequeño lo ha entendido bien y, junto a su esposo, logran crear una mancuerna para los próximos meses, además de la ayuda de su mamá.
“Faltando poco para venirme me dijo que no quería, pero en realidad ha estado muy tranquilo, lo que hacemos es hablar todos los días por video llamadas”.
Cuando era una joven de 19 años su hijo se convirtió en el impulso para continuar la carrera de ciclismo. Nunca significó un freno.
De hecho, recuerda entre risas que la cuarentena la cumplió por insistencia de su mamá, e inmediatamente estaba subida en la bicicleta.
“Es como un impulso, fue eso, de mejorar, de buscar hacer las cosas de la mejor manera. Nació y a los seis meses empecé a hacer las primeras competencias. Tener el apoyo en primer instancia de mi mamá ha hecho que pueda continuar y soñar tanto”, expresó.