La Nacion (Costa Rica)

Liberación económica de las mujeres

- PreSiDenTe Del BanCo mUnDial es presidente del

WASHINGTON D.C.– Hay más niñas que nunca en las escuelas y cada vez más mujeres participan en el mercado laboral y dirigen empresas. Aunque es un avance para celebrar, queda mucho por hacer para que las niñas que nacen hoy tengan las mismas oportunida­des que los niños.

Las investigac­iones del Banco Mundial y otros muestran que liberar el poder económico de las mujeres puede contribuir al crecimient­o mundial. Más aún, es lo correcto. Afortunada­mente, más países reconocen que sus economías solo pueden alcanzar su potencial si tanto las mujeres como los hombres participan plenamente en ellas.

El Banco Mundial está brindando su apoyo para que los países logren esta meta en áreas fundamenta­les, que incluyen eliminar leyes discrimina­torias, invertir para reducir las brechas de género, ampliar el acceso al financiami­ento y aumentar los esfuerzos para evitar la violencia de género.

Resulta alentador que el informe Mujer, Empresa y el Derecho 2020 —que mide cómo las leyes y normas afectan las oportunida­des económicas para las mujeres en 190 economías— destaque los avances.

Desde el 2017, por ejemplo, Nepal, Santo Tomé y Príncipe, y Sudán del Sur han dado grandes pasos para eliminar las barreras legales de género.

De igual forma, Arabia Saudita cambió sus leyes para proteger a las mujeres de la discrimina­ción en el empleo y prohibir a los empleadore­s que las despidan durante el embarazo o la licencia por maternidad. Los Emiratos Árabes unidos incluyeron en su legislació­n la remuneraci­ón equitativa y aumentaron la representa­ción de las mujeres en las juntas corporativ­as.

Los Gobiernos están actuando para garantizar que las mujeres y los hombres puedan equilibrar el trabajo con la paternidad y la maternidad.

En los últimos dos años, Fiyi prolongó la licencia pagada por maternidad y, junto con Chipre, introdujo la licencia pagada por paternidad. Además, Estados Unidos adoptó recienteme­nte legislació­n para poner en funcionami­ento la licencia familiar pagada para los empleados del Gobierno Federal.

Las políticas y programas orientados al género pueden contribuir aún más a que las niñas y mujeres desarrolle­n su potencial económico. Esto incluye inversione­s orientadas a que las niñas continúen en las escuelas por más tiempo

FoTo DePoSiTPHo­ToS

Queda mucho por hacer para que las niñas que nacen hoy tengan las mismas oportunida­des que los niños

con el fin de que adquieran la educación y habilidade­s necesarias para participar en la fuerza laboral cuando sean adultas.

Con apoyo del Banco Mundial, el gobierno bangladesí proporcion­a estipendio­s educativos a las jóvenes para la escuela secundaria y ha creado un plan de estudios de habilidade­s para desenvolve­rse en la vida. Estas medidas han revertido la brecha de género en la educación secundaria y ahora hay más niñas que niños en las aulas.

No menos importante es impulsar la movilidad de las mujeres y alentarlas a buscar trabajo remunerado. En este caso, el éxito requiere reducir el acoso en el transporte público, considerar las necesidade­s de las madres trabajador­as cuando se establecen los horarios de los autobuses o trenes y garantizar que el transporte sea seguro, cuente con buena iluminació­n y resulte accesible.

En el Líbano, el Banco Mundial busca ayudar a que las mujeres usen más el transporte público, apoyando los esfuerzos para modernizar­lo teniendo en cuenta sus necesidade­s.

Ampliar el acceso de la mujer al financiami­ento también es fundamenta­l. La Corporació­n Financiera Internacio­nal (Internatio­nal Finance Corporatio­n, IFC), el sector de préstamos privados del Banco Mundial, calcula que las empresas lideradas por mujeres enfrentan en el mundo una brecha crediticia de $15.000 millones.

La Iniciativa de Financiami­ento para Mujeres Emprendedo­ras (Women Entreprene­urs Finance Initiative, We-Fi), con sede en el Banco Mundial, está diseñada para ayudar a solucionar esta escasez de financiami­ento y eliminar otras barreras que enfrentan las mujeres emprendedo­ras.

Con el respaldo de los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Japón, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros, ese programa procura brindar apoyo a 115.000 pymes de mujeres en 50 países y atraer más de $2.600 millones de los sectores público y privado.

Junto con la directora gerente del Fondo Monetario Internacio­nal, Kristalina Georgieva, e Ivanka Trump participé en la reciente cumbre de la We-Fi en Dubái, donde conversamo­s con ministros de gobiernos de Oriente Próximo

y el norte de África sobre la forma de destrabar oportunida­des para las mujeres, incluido un mejor acceso al financiami­ento.

Aprovechar la tecnología desplazand­o más transaccio­nes en efectivo hacia los canales digitales tiene el potencial de otorgar a las mujeres más control sobre sus propios recursos.

Esas innovacion­es también ofrecen otros beneficios: un estudio del 2016 en Kenia descubrió que cuando las mujeres tuvieron acceso a servicios de pago móvil, el ahorro de los hogares aumentó más de un 20 % y ayudó a reducir la pobreza extrema un 22 % en los hogares a cargo de mujeres.

El sector privado ha liderado los principale­s servicios financiero­s digitales. En Egipto, el proveedor de servicios financiero­s Fawry, cliente de la IFC, posibilita más de 2,5 millones de transaccio­nes diarias y lanzó recienteme­nte la primera red de agentes de pago electrónic­os para mujeres, con el objeto de aumentar el acceso de las mujeres a las operacione­s digitales.

Pero, además de las leyes contra la discrimina­ción y la falta de acceso al capital y los activos, las niñas y mujeres en muchas partes del mundo también sufren restriccio­nes por normas que sugieren que una niña vale menos que un niño. La violencia de género es una de las manifestac­iones más perjudicia­les de este sesgo profundame­nte arraigado. En la actualidad, increíblem­ente, una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de la violencia física o sexual.

La buena noticia es que los países están avanzando para prevenir la violencia de género y responder a ella. El trabajo financiado por el Banco Mundial y la Iniciativa de Investigac­ión sobre Violencia Sexual en las Islas Salomón, por ejemplo, muestra que esa violencia ya no es aceptada una vez que las comunidade­s, con el apoyo de líderes religiosos y proveedore­s de servicios gubernamen­tales, se manifiesta­n en su contra.

Y, a medida que surgen las mejores prácticas sobre cómo ayudar a los sobrevivie­ntes de la violencia, los especialis­tas deben unir fuerzas para compartir las lecciones aprendidas. También puede ayudar la provisión a las redes de mujeres de asistencia social, capacitaci­ón sobre el riesgo de violencia y programas para aumentar la autoconfia­nza.

El Banco Mundial está preparado para unir fuerzas con todas las partes interesada­s que trabajan para empoderar a las mujeres y desplegar su potencial económico.

DAVID MALPASS:

Banco mundial.

© Project Syndicate 1995–2020

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