Italianos se arman de humor ante cuarentena
ROMA. Siguiendo la consigna gubernamental #iostoacasa (Me quedo en casa), los italianos se enclaustraron en sus domicilios para protegerse de un enemigo invisible, el coronavirus, y se arman de humor para combatir la ansiedad.
Multiplican las iniciativas, como las canciones en los balcones y los aplausos al personal sanitario, que ha suscitado elogios en todo el mundo.
Y para matar el tiempo, a falta de poder reunirse con los amigos en las cafeterías, compiten en ingenio en los grupos de discusión y las redes sociales.
Desde hace siete días solo pueden salir de casa para ir al trabajo, al médico o al supermercado, y tienen prohibidas las reuniones. También pueden caminar o salir a correr por el barrio, solos o con el perro.
Entre las bromas más populares, abundan las fotos de cuadrúpedos para alquilar por hora, y así evitar la multa de la Policía que vigila el cumplimiento de las medidas. Un italiano aparece en un video en el que saca a su perro, de pelaje negro y rizado. Mira el reloj y se esfuma, arrojando al falso animal por encima del hombro.
En otro cortometraje, un italiano con la mirada oculta por unas gafas de sol, interpreta a un pinchadiscos en la placa eléctrica de la cocina, meneándose al son de música estruendosa.
Un ciclista recorre el apartamento en una bicicleta de carreras hasta que su esposa, enfurecida, le echa la bronca. Un viajero entra por la puerta de su casa tosiendo y es recibido a zapatazos.
La consigna de quedarse en casa se toma muy en serio en una Italia que fue el primer país europeo en registrar, el 21 de febrero, un caso de contagio local.
En Italia las calles están desoladas; ayer, un ciclista tenía toda vía para circular.