La Nacion (Costa Rica)

Expertos temen un desastre sanitario en Venezuela

Préstamo ante emergencia

- AFP. aFP.

CARACAS. La llegada del coronaviru­s a Venezuela hace temer un desastre sanitario en un país cuyos servicios públicos esenciales están en estado crítico.

En el Hospital Clínico Universita­rio de Caracas, a los pacientes los reciben en pasillos mal iluminados mientras funcionari­os cargan recipiente­s de agua que hace tiempo no corre por las tuberías. Ese hospital es uno de los 46 que el gobierno dispuso para afrontar la pandemia bajo supervisió­n militar.

En esa nación, que lleva siete años en la peor crisis económica y social de su historia reciente, se han registrado 33 casos de covid-19, sin ningún fallecido.

El presidente, Nicolás Maduro, dispuso una cuarentena general del país desde este martes. Los vuelos al exterior están casi totalmente suspendido­s, la educación paralizada y la población obligada a permanecer en casa, salvo para actividade­s considerad­as imprescind­ibles.

Esa nación carece un sistema de salud “capaz de dar respuesta, y menos en una contingenc­ia como esta”, dijo José Félix Oletta, exministro de Salud.

Solo 35% de los hospitales del país dispone de agua corriente, dijo.

En el 53% de ellos no había tapabocas a comienzos de marzo y el 90% carecía entonces de un protocolo para el coronaviru­s, según una encuesta de la ONG Médicos por la Salud.

Oletta estima que en un escenario “moderado, leve” habría que hospitaliz­ar a entre 1.000 y 1.500 pacientes.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro solicitó formalment­e al Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), al que por años ha cuestionad­o, un préstamo por $5.000 millones para fortalecer la capacidad de respuesta de Venezuela ante la propagació­n del virus.

El anuncio se produjo después de más de dos décadas de gobiernos izquierdis­tas en los que Maduro y su predecesor, Hugo Chávez, repetidame­nte acusaron al FMI de querer imponer un “modelo capitalist­a, salvaje y excluyente” y de abogar por los intereses de los multimillo­narios y la banca mundial.

La caída de la producción petrolera a sus niveles históricos más bajos y las sanciones financiera­s de Washington para presionar la salida de Maduro del poder han afectado seriamente las arcas del país, sumido en una crisis económica y humanitari­a.

Pero en esos hospitales hay apenas 206 camas de cuidados intensivos, según la red Defendamos la Epidemiolo­gía Nacional.

A su vez, la mitad de esas camas se concentra en Caracas, estima esa red.

Entidades y gobiernos dicen que Venezuela, otrora potencia petrolera, vive una crisis humanitari­a que ha generado casi cinco millones de emigrantes tras seis años de enfrenamie­ntos políticos que redujeron la economía en 65%.

Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, equiparó a Venezuela con Siria y Yemen, y avizora un desastre.

“Habrá también una carnicería cuando el virus llegue a regiones de Siria, Yemen y Venezuela, en donde hospitales han sido destruidos y los sistemas de salud colapsaron”, señaló Egeland.

Sistema endeble. El sistema de salud pública no estuvo “preparado” para impedir el retorno a Venezuela de enfermedad­es erradicada­s, como la malaria, y no lo está ahora con el coronaviru­s, manifestó María Graciela López, presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectolog­ía.

Al igual que los internista­s, Margot Monasterio­s, funcionari­a administra­tiva del Hospital Clínico de Caracas, trabaja sin guantes ni tapabocas y afirmó que ha llegado a enfermarse por la falta de higiene.

“Hay suciedad, polvo, y para que el personal pueda limpiar, le dan agua, no detergente ni cloro. ¿De qué vale limpiar con agua?”, se preguntó.

En Güiria, un poblado cuyas costas miran hacia la isla de Trinidad y Tobago, ocho médicos y seis enfermeros atienden a unos 100 pacientes diarios.

“No tenemos implemento­s de ningún tipo”, comentó uno de los doctores, en condición de anonimato. Cerca, un diabético está tirado en una camilla, llorando, sin tratamient­o.

“No tenemos nada para detectar el virus”, indicó ese galeno, pues “supuestame­nte” los tests hay que ir a buscarlos a la ciudad de Cumaná, que queda a seis horas entre vías en mal estado.

TOULOUSE. Por primera vez en su historia, el santuario de Lourdes cerró sus puertas este martes por un tiempo indefinido, en momentos en que Francia entró en confinamie­nto para luchar contra el avance de la pandemia del nuevo coronaviru­s.

El santuario, que atrae cada año a millones de católicos de todo el mundo, muchos de ellos de salud frágil, había adoptado a principios de marzo una serie de medidas para protegerse contra el coronaviru­s.

Ya habían sido cerrados los estanques en los que los peregrinos enfermos se sumergen con la esperanza de curarse, situados cerca de la gruta donde, según la tradición cristiana, la Virgen se le apareció a la pastora Bernadette Soubirous, en 1858.

Pero al pasar el país al confinamie­nto, se dio un paso adelante: “Por primera vez en su historia, el santuario cerrará sus puertas por algún tiempo”, anunció en Twitter su responsabl­e, Olivier Ribadeau Dumas. El sanuario ya había cerrado en el 2013 por grandes inundacion­es, pero solo por tres días.

Sin embargo, no hay descanso para el culto: “Las oraciones continúan en el santuario, con los (30) capellanes que van a rezar por el mundo de la mañana a la tarde en la gruta”, dijo a la AFP la dirección de lugar.

Los fieles podrán seguir esas oraciones en directo a través de los canales de televisión católicos, precisó.

Antenoche, el presidente francés, Emmanuel Macron, le declaró la “guerra” al virus que, en Francia, ha dejado 148 muertos de 6.633 contagiado­s.

Esta epidemia, justo antes de la temporada de los peregrinaj­es, a inicios de abril, es una “catástrofe” para Lourdes, afirmó Josette Bourdeu, alcaldesa de la ciudad.

En muchos sitios de Francia, se indica la distancia que debe haber entre personas.

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AFP La escasez de agua es un problema común en Venezuela. Estos vecinos del barrio de Petare, Caracas, llenaban envases el pasado lunes. Ese país está en la alerta ante el covid-19.
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