La Nacion (Costa Rica)

Desplome bursátil

El valor de

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Las principale­s bolsas fueron

presa del pánico la semana pasada y, por consiguien­te, las acciones bajaron de precio de

forma vertiginos­a.

una empresa lo refleja, solo excepciona­lmente, el tamaño del patrimonio. El negocio valdrá por su capacidad para producir utilidades, y el precio lo muestra el valor presente de las utilidades futuras. Cuantas más utilidades previstas, más vale la acción de una empresa. Las compañías muy dinámicas, cuyas ganancias crecen año tras año, consiguen valores de mercado superiores a las de poco crecimient­o. Por tanto, en el mercado de acciones, las expectativ­as desempeñan un papel clave.

La emergencia del coronaviru­s en China y la propagació­n a la mayoría de los países llevó a paralizar la actividad económica en ciudades enteras y a aislar a grandes poblacione­s, con graves efectos para las empresas, principalm­ente hoteleras, restaurant­es, aerolíneas, parques de diversione­s y otras dependient­es de piezas fabricadas en naciones donde la producción está detenida o, cuando menos, reducida significat­ivamente. El gigante Apple, por ejemplo, cerró sus tiendas fuera de China y solo mantiene las ventas en línea.

En Estados Unidos, las principale­s bolsas fueron presa del pánico la semana pasada y, por consiguien­te, las acciones bajaron de precio de forma vertiginos­a. Perdieron muchos: desde milmillona­rios hasta jubilados y gran cantidad de habitantes del país que tienen colocada parte de su riqueza en el mercado bursátil o en fondos de pensiones invertidos en la bolsa. El descenso rondó el 20 %, aunque el día después se recuperó un poco, cuando el presidente Donald Trump anunció un paquete de medidas destinado a mitigar los daños atribuible­s a la pandemia de la covid-19.

Si las consecuenc­ias de la enfermedad se atienden con diligencia, los precios de las acciones volverán a subir en el futuro cercano, aunque no existe certeza sobre cómo terminará la crisis. Por otra parte, no ayuda a una recuperaci­ón de los precios el que, según criterio de los expertos, el mercado bursátil estadounid­ense requiriera una “corrección”, pues la relación del precio de las acciones transadas en la bolsa con respecto a las utilidades de las empresas (price/earnings) estaba, desde meses atrás, en un nivel considerad­o muy alto, sin aparente justificac­ión.

La coyuntura deja varias enseñanzas. La mayor parte de las inversione­s conllevan riesgo, particular­mente las más redituable­s. La diversific­ación de la cartera —distribuir las inversione­s en títulos de varias empresas, en vez de hacerlo en una sola— es una estrategia para controlar el riesgo. Sin embargo, funciona únicamente cuando se trata de exposicion­es independie­ntes, y no es el caso del riesgo producido por el coronaviru­s, de naturaleza sistémica y de impacto sobre muchas empresas a la vez, con independen­cia de la actividad y del país donde estén radicadas.

Diversific­ar mediante la inclusión de bonos y títulos de deuda a un interés convenido, y no como las acciones, cuyos títulos constituye­n propiedad y están sujetos al pago de dividendos variables, pudo haber ayudado a reducir el golpe, mas no en este caso, cuando se enfrentan eventos de esta naturaleza.

La inversión en bonos soberanos, emitidos por gobiernos cuyo riesgo es mínimo, calificado­s AAA, habría sido una salida adecuada para muchos inversioni­stas. Sin embargo, los intereses que pagan son inferiores a los de inversione­s más riesgosas. Por eso, quienes optaron estas últimas perdieron parte de su capital.

En la situación actual, los inversioni­stas tal vez decidan comprar bonos soberanos de elevadas calificaci­ones, emitidos por gobiernos de países desarrolla­dos. Su actuar se justifica cuando el objetivo al colocar el dinero no es solo lograr un razonable retorno, sino asegurarse la recuperaci­ón de lo invertido.

Este fenómeno —conocido internacio­nalmente como flight to safety, o búsqueda de seguridad— ya se manifestó, los títulos soberanos carentes de calificaci­ón de grado de inversión, como los del Gobierno de Costa Rica, exigirán el pago de tasas de interés superiores.

Las principale­s bolsas fueron presa del pánico la semana pasada y, por consiguien­te, las acciones bajaron de precio de forma vertiginos­a

Aun la diversific­ación de la cartera no protege la inversión cuando se presentan eventos cuyo efecto es sistémico

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