Pavas condenado a vivir sin sede de Cruz Roja por alto costo
››estación de Bomberos del distrito se encarga de atender a víctimas con impactos de bala
La estación de Bomberos de Pavas no es primeriza en atender víctimas con impactos de bala. Vehículos particulares llegan constantemente a dejar heridos, para que los paramédicos de allí los estabilicen.
Según Bomberos, lo más conveniente sería que fueran atendidos por una sede de Cruz Roja local o que fueran remitidos directamente a un centro hospitalario, pero ninguna de estas opciones está cerca como para llegar a tiempo, cuando cada minuto es vital para salvar una vida.
Antes del 2017, Pavas era atendido directamente por el comité auxiliar de la Cruz Roja de Escazú (8,1 kilómetros) y, desde 2018, pasó a serlo del comité metropolitano, en San José (9,5 kilómetros).
Pese a tener 71.384 habitantes, extendidos en 9,34 kilómetros cuadrados, Pavas no tiene un despacho de Cruz Roja desde hace 25 años, aproximadamente, y la razón es muy simple: dinero.
Según Idalberto González, gerente general de Cruz Roja, construir y organizar comités o puestos de despacho requiere de una importante inversión, tanto por la edificación del puesto como por su costo de operación.
“El costo mensual de operación de tener un puesto de despacho en Pavas, entendiendo que tendría que ser 24/7 y por lo menos disponer de dos ambulancias para el servicio con su tripulación de conductor y socorristas, anda en el orden de los ¢150 millones.
”Comprar un terreno y hacer la construcción puede costar entre ¢200 y ¢300 millones”, afirmó.
Largo proyecto. González señala que han venido trabajando desde hace unos tres o cuatro años en la idea. Agrega que entienden la necesidad de ampliar el servicio y el tiempo de respuesta en Pavas, pero que completar todos los trámites les podría llevar hasta tres años.
“Si nosotros habláramos de buscar dónde construir una base, eso sí llevaría tiempo, no sería en el corto plazo, porque habría que conseguir el terreno, los fondos para poder construir, y eso se puede llevar de dos a tres años, para poder tener una instalación, aunque siempre necesitaríamos un apoyo económico para mantener los costos operativos”, aseveró.
El gerente explica que la solución a corto plazo sería alquilar un local que reúna las condiciones, así como tener el aporte mensual de la Municipalidad de San José. Bajo estas condiciones y con los recursos para contratar el personal, “se podría tener un puesto en seis meses”, dice.
“Nosotros recibimos, gracias a distintas leyes, una porción de dinero para cubrir los gastos, pero eso solamente cubre el 40% del costo operativo; el restante 60% tiene que ser cubierto por la misma comunidad, y ahí es donde entran las diferentes actividades que debe hacer Cruz Roja para obtener esos recursos”, añadió.
Atención urgente. La necesidad de una Cruz Roja en Pavas vuelve a la memoria cuando la cantidad de víctimas en la zona se dispara.
El director general de Bomberos, Héctor Chaves, afirmó que desde que la estación de Pavas fue inaugurada, en marzo de 1991, comenzaron a recibir personas baleadas que muchas veces quedan sin vida mientras son atendidas.
Indicó que en promedio reciben dos casos de baleados por semana y eso los ha obligado a realizar varias modificaciones en la edificación, pues los bomberos muy a menudo reciben amenazas de muerte por parte de familiares y amigos de las víctimas, que exigen salvarles la vida a los heridos.
Bomberos y Cruz Roja, señaló Chaves, hacen su mejor esfuerzo para realizar la intervención prehospitalaria más adecuada a las víctimas, pero existe “un vacío” sobre cómo debería manejarse esta atención.
“A nivel del Estado costarricense, el que regula la atención prehospitalaria es el Ministerio de Salud. Hay un vacío de que no hay una instancia gubernamental que la brinde, ya sea la Caja (Costarricense de Seguro Social) o el mismo Ministerio; hay un vacío.
”La Cruz Roja es una ONG que ha dado un gran apoyo durante años, pero no nació para atención prehospitalaria, sino para las guerras, desastres naturales y grandes calamidades”, detalló.
El director operativo de Bomberos, Luis Salas, menciona que la intervención posible en la estación de Pavas, cuando llega una persona con impactos de bala, no es la más adecuada.
En tanto, Salud indica que “los prestadores de servicios de atención prehospitalaria tienen una oferta que puede ir desde soporte básico hasta avanzado. Esto dependerá de la categorización del recurso humano y del equipo con que cuente la unidad”. Aun así, afirma que “el Ministerio de Salud no colabora con equipo
La violencia en Pavas, producto de las disputas entre grupos criminales de la zona, incrementó en un 43% los homicidios entre 2018 y 2019. Actualmente, existe un conflicto marcado por el dominio de territorios en el distrito y eso ha subido la cantidad de muertes por balaceras.
El 27 de febrero, un tiroteo a plena luz del día en el sector de Los Laureles dejó a un hombre sin vida y otros dos heridos. Dos días después, una mujer fue asesinada de dos balazos en Lomas del Río y otros dos hombres resultaron heridos. Al día siguiente, dos hombres fueron asesinados en Villa Esperanza y uno resultó herido, también por un tiroteo.
Estas nueve personas fueron heridas en un lapso de cuatro días y todas fueron llevadas a la estación de Bomberos de Pavas por vehículos particulares.
Sin precisar el dato, el jefe de paramédicos del Cuerpo de Bomberos, Pedro Murillo, afirma que el número de personas baleadas que llevaron a la estación de Pavas entre febrero y el inicio de marzo es preocupante, pues ya superó la estadística en el mismo periodo del 2019, cuando atendieron a 15 pacientes.
Comenta que cuando atienden una emergencia con potenciales tiradores alrededor de la estación, contactan a la Fuerza Pública para proteger la escena y a sí mismos. En ocasiones, también llega la Policía Municipal de Escazú o San José.
Policía en escena. El subdirector de la Fuerza Pública de San José, Adrián Noguera, afirma que “la Policía siempre llega cuando hay un herido en Bomberos. En el caso de identificar que hay una persona armada en ese lugar, nosotros lo intervenimos, independientemente de si es familiar de la víctima u otra persona.
”Vamos a asegurar el arma y luego vamos a detenerlo, para ver si esa arma está bajo los permisos o licencias que da el Estado”.